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El morboso bulo independentista del conductor de la plaza de Vic
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El morboso bulo independentista del conductor de la plaza de Vic

Los independentistas se equivocaron de hombre y señalaron a un joven valenciano que nada tenía que ver con los sucesos de Vic pero cuya cara se hizo famosa a la velocidad del rayo

Foto: Fotografía tomada de un vídeo del Twitter del Ayuntamiento de Vic, del coche que irrumpió en la plaza Major de Vic. (EFE)
Fotografía tomada de un vídeo del Twitter del Ayuntamiento de Vic, del coche que irrumpió en la plaza Major de Vic. (EFE)

El incidente de un coche atropellando cruces amarillas en la plaza mayor de Vic este fin de semana, que levantó una inusitada polvoreda política, lleva camino de convertirse en uno de los mayores ridículos políticos del independentismo. El independentismo acusó enseguida a los antiindependentistas del suceso, asimilando que el conductor era de un partido constitucionalista y vinculando cualquier ideología antiindependentista con la extrema derecha.

No es novedad ninguna esa asimilación. La alcaldesa de Vic, Anna Erra, fue la primera que hizo de hilo conductor de las quejas soberanistas el mismo sábado en que sucedieron los hechos, y este lunes convocó a la prensa para anunciar que el ayuntamiento se personará en la causa y, además de las acusaciones de conducción temeraria y daños, le acusará de un delito de incitación al odio y discriminación.

Tanto el presidente de la Generalitat, Quim Torra, como el consejero de Interior, Miquel Buch, condenaron los hechos y los situaron dentro de la reacción ‘fascista españolista’ al movimiento independentista. Este lunes, Torra ha pedido, incluso, a la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, la convocatoria de forma urgente de la Junta de Seguridad por el “aumento de ataques fascistas”.

Pero, en realidad, la motivación del suceso no fue, en absoluto, política, por lo que posiblemente la alcaldesa de Vic tenga que ‘comerse’ sus propias palabras. O incluso el propio ‘president’. El conductor del vehículo, vecino de Vic, tiene problemas psicológicos y su acción de acceder a la plaza mayor (vetada para los vehículos sin permiso) pudo tener cualquier motivación menos la que argüían los soberanistas y las autoridades catalanas. El vecino, de 52 años, es conocido de la Guardia Urbana por sus trastornos depresivos y se trata con una potente medicación.

Pero eso no fue todo. Después de que hubiesen sido colgadas las fotografías del suceso en la red, Anonymus Catalonia difundió el nombre y apellidos, así como la dirección y el teléfono, del propietario del coche, unos datos que, en principio, solo deberían constar en Tráfico.

Lo malo es que el deseo de venganza (en las redes, unos independentistas animaban a otros a ir a buscar a su domicilio al conductor y darle un escarmiento) hizo que también colgasen capturas de pantalla con fotografías del individuo en cuestión. El morbo añadido era que es militar (español, por supuesto), por lo que el cóctel de ‘agresión’ y de ‘militar español’ era el óptimo para alimentar la caverna independentista.

La motivación del suceso no fue, en absoluto, política, por lo que posiblemente la alcaldesa de Vic tenga que ‘comerse’ sus propias palabras

Lo malo es que los independentistas se equivocaron de hombre y señalaron, fotografías incluidas, a un joven valenciano que nada tenía que ver con los sucesos de Vic pero cuya cara se hizo famosa a la velocidad del rayo entre las filas ‘indepes’, que introdujeron la información falsa en todos los foros sociales para denunciar al ‘fascista asesino’ de Vic. El descerebrado que había difundido los datos, además, no había tenido en cuenta que el vecino de Vic respondía a las siglas M.L.A. y el de Valencia, a las de M.L.T.

El domingo por la noche, alguien advirtió que estaban cometiendo un terrible error, porque la persona que denunciaban los independentistas no era la de Vic, sino otra que no tenía nada que ver. Pero el daño ya estaba hecho. Y todo por querer tomarse la justicia por su mano y condenar antes de tiempo, en las redes sociales, a alguien que, simplemente, había cometido una locura. “Esto es lo que pasa cuando la gente se toma la justicia por su mano en plan fascismo totalitario”, le avisaba un internauta a uno de los gurús independentistas más activos en las redes sociales, que había aireado a todo trapo el incidente achacándolo a la acción política de un “jodido fascista y peligro social”.

El incidente de un coche atropellando cruces amarillas en la plaza mayor de Vic este fin de semana, que levantó una inusitada polvoreda política, lleva camino de convertirse en uno de los mayores ridículos políticos del independentismo. El independentismo acusó enseguida a los antiindependentistas del suceso, asimilando que el conductor era de un partido constitucionalista y vinculando cualquier ideología antiindependentista con la extrema derecha.

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