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La 'fórmula Abadía' para acabar con el problema catalán
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La 'fórmula Abadía' para acabar con el problema catalán

La fórmula del ingeniero aragonés para acabar con el gran mal de la democracia española consta de dos fases

Foto: El profesor y escritor Leopoldo Abadía. (EFE)
El profesor y escritor Leopoldo Abadía. (EFE)

Nadie le podrá negar al ingeniero aragonés Leopoldo Abadía, el mismo que detectó a tiempo la gran crisis y se ha hecho muy popular como divulgador económico en base al sentido común tan propio de la tierra que le vio nacer, imaginación para presentar fórmulas con las que enfrentar grandes problemas. Por ejemplo, ante el problema catalán —Abadía vive en Barcelona desde hace muchos años—.

Su fórmula para acabar con el gran mal de la democracia española consta de dos fases. La primera sería meter en un 'parador de lujo' a los ministros económicos del Gobierno junto con los responsables de la Conselleria de Economia de la Generalitat. Sin móviles, sin prensa, sin radio, sin televisión y sin iPads. Sentados alrededor de una mesa con papel en blanco, lápiz y calculadoras. Todo ello para concluir: ¿cuánto te he robado a ti y tú a mí? “Seguro que puestos de acuerdo en el tema del dinero, la mitad del problema quedaba solucionado".

La segunda parte de la 'fórmula Abadía' pasaría por encerrar en un 'parador de lujo', durante tres meses sin abandonar la sala y sentados a una mesa a los tres padres de la Constitución vivos —Pérez Llorca, Miguel Herrero y Miquel Roca— junto con representantes del Gobierno, la Generalitat y grandes partidos políticos. La pregunta a las ocho personas sería: “¿Cómo lograr el encaje de Cataluña en España?”.

Abadía, desde su experiencia, se muestra convencido de que la otra mitad del problema quedaría resuelto en no más de 90 días.

Nadie le podrá negar al ingeniero aragonés Leopoldo Abadía, el mismo que detectó a tiempo la gran crisis y se ha hecho muy popular como divulgador económico en base al sentido común tan propio de la tierra que le vio nacer, imaginación para presentar fórmulas con las que enfrentar grandes problemas. Por ejemplo, ante el problema catalán —Abadía vive en Barcelona desde hace muchos años—.

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