La expresidenta del PP catalán, tras los pasos de Levy para las listas de Madrid

La recolocación de dirigentes del PP en las distintas candidaturas electorales sigue en marcha después del cierre de las listas al Congreso y el Senado para los comicios generales del 28-A y de la correspondiente al Parlamento Europeo para la cita con las urnas del 26 de mayo. Y después de los trasvases de la Cámara Baja a la Alta y de algunos diputados nacionales a Bruselas, llegan los cambios de destino con parada en autonomías y ayuntamientos. Pablo Casado prometió hacer sitio a los veteranos salientes y por la sede de Génova corre la especie de que Madrid puede acoger en sus instituciones a otra catalana popular, Alicia Sánchez Camacho, una vez integrada Andrea Levy.

Levy, vicesecretaria de Programas de la dirección nacional, fichada desde Barcelona para la dirección nacional en la etapa de Mariano Rajoy, luego casadista de primera hora, ya figura en la lista por Madrid al Congreso en el sexto puesto. Además, tiene apalabrado ir de número dos en la candidatura a la alcaldía de Madrid que encabeza José Luis Martínez-Almeida.

Sánchez Camacho fue durante nueve años presidenta del PP catalán, la etapa de sus resultados electorales más brillantes (comicios autonómicos de 2012) hasta que emergió Ciudadanos. Diputada por Barcelona con cargo de secretaria en la Mesa en el Congreso desde 2016, se ha quedado fuera de todas las candidaturas para el 28-A, y también para las europeas. Dolors Montserrat encabeza esa lista y es la única dirigente de los populares catalanes con destino a la Eurocámara.

Sánchez Camacho apoyó a Soraya Sáenz de Santamaría en el congreso de la sucesión de Rajoy, pero fuentes del PP reconocen que buscan una salida política a la expresidenta del partido en Cataluña. Después de trasladar domicilio, colegio de su hijo incluido, a Madrid, Sánchez Camacho tiene plaza de funcionaria, pero no contaba con volver a Barcelona. Después de la criba y las jubilaciones forzosas de las primeras listas, en la sede de Génova no quieren que cunda la imagen de que el equipo de Casado deja "tirados" a sus dirigentes más veteranos o que se han fajado en las regiones más incómodas para el partido, como son las autonomías controladas por nacionalistas o independentistas, catalanes o vascos.