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La vida en la excedencia: el juez del 11-M se enfrenta a la Guardia Civil por Jaime Botín
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La vida en la excedencia: el juez del 11-M se enfrenta a la Guardia Civil por Jaime Botín

Javier Gómez Bermúdez, enfundado en su traje de abogado de millonarios, intenta desacreditar a la Guardia Civil en un duro interrogatorio en defensa de Jaime Botín

Foto: Javier Gómez Bermúdez, en 2018, junto al mando de la Guardia Civil Gabriel Ordaz. (EFE)
Javier Gómez Bermúdez, en 2018, junto al mando de la Guardia Civil Gabriel Ordaz. (EFE)

Para llevar un plato de langostinos a casa, hay empleos que requieren tragarse algún sapo. O protagonizar alguna imagen impensable antes. Es lo que ocurrió el lunes en el juicio a Jaime Botín, acusado de contrabando de un 'picasso'. Su abogado, Javier Gómez Bermúdez, exmagistrado de la Audiencia Nacional, tuvo un tenso interrogatorio intentando desmontar al guardia civil que había dirigido el operativo. Hasta que Gómez Bermúdez, y para destensar, recordó al final: "Yo he colaborado mucho con la Guardia Civil, durante 30 años".

El primer día del juicio a Jaime Botín dejó claras varias cosas. La primera, que pese a haber alegado "pérdidas de memoria" para librarse de la vista, el patrón de Bankinter conserva en su mente lo que ocurrido, y la segunda es que tiene un equipo de abogados puntero. Le defendía Javier Gómez Bermúdez y en primera fila del público estaba sentado Rafael Mateu, socio fundador de Ramón y Cajal abogados, el bufete que hizo que Gómez Bermúdez dejara su trabajo como magistrado de enlace en Francia.

placeholder Jaime Botín (d) a su llegada al juzgado junto a su abogado Javier Gómez Bermúdez. (C. Castellón)
Jaime Botín (d) a su llegada al juzgado junto a su abogado Javier Gómez Bermúdez. (C. Castellón)

Una parte fundamental de la defensa es desacreditar el trabajo de la Guardia Civil, a la que acusa de pedir a Francia la incautación del cuadro en Córcega sin informar al juez del caso, solo con la orden del Ministerio de Cultura. Así que Gómez Bermúdez, que presidió el tribunal del juicio del 11-M, se encaró con el guardia civil que testificaba, al que intentaba pillar en fallos en los atestados. En un juicio no hay amigos y el cliente es lo primero. "No le voy a decir la misma cosa tres veces". "No me tiene que hacer trampas", respondió el agente.

En un momento dado, Gómez Bermúdez insistió en saber cómo llegó la Guardia Civil a conocer los datos del vuelo que había contratado Botín para llevar el lienzo de Córcega a Ginebra. "Por investigaciones de la Guardia Civil", replicó el agente. "Tendremos que concluir que son fuentes oscuras", señaló el letrado. "Eso es problema suyo. Oscuras que arrojaron luz", contestó el testigo. Ante el interés de la pequeña sala, con todos los asientos para el público llenos de prensa, Gómez Bermúdez rebajó la tensión: "He trabajado muchísimos años con la Guardia Civil, 30 años, no es ese el problema. Pero como sé de su meticulosidad, me extraña".

Para llevar un plato de langostinos a casa, hay empleos que requieren tragarse algún sapo. O protagonizar alguna imagen impensable antes. Es lo que ocurrió el lunes en el juicio a Jaime Botín, acusado de contrabando de un 'picasso'. Su abogado, Javier Gómez Bermúdez, exmagistrado de la Audiencia Nacional, tuvo un tenso interrogatorio intentando desmontar al guardia civil que había dirigido el operativo. Hasta que Gómez Bermúdez, y para destensar, recordó al final: "Yo he colaborado mucho con la Guardia Civil, durante 30 años".

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