El Confidente
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Suárez Illana lee un libro sobre las víctimas de ETA mientras habla un diputado de Bildu
Adolfo Suárez Illana no dio todo el rato la espalda al diputado de EH Bildu Oskar Matute durante su intervención en el Congreso, sino que también se puso a leer 'Vidas rotas'
La política de gestos gana terreno en los debates del hemiciclo; la de fondo, ya veremos. Entretanto, Adolfo Suárez Illana, secretario cuarto del Congreso de los Diputados, quiere alzarse como gran adalid de los ademanes simbólicos. Este martes, mientras parlamentaba desde la tribuna de oradores el diputado de EH Bildu Oskar Matute, el político del Partido Popular se puso a leer el libro 'Vidas rotas', una obra que Maite Pagazaurtundúa calificó como "un monumento hecho en palabras" para recordar a las 858 personas que asesinó la organización terrorista ETA entre 1960 y 2010.
Al comienzo de la intervención de Matute, Suárez Illana le dio la espalda, como hizo en el tercer día del debate de investidura que concluyó con la elección de Pedro Sánchez como nuevo presidente del Gobierno el pasado 7 de enero. El diputado del PP ha adoptado esta costumbre cada vez que hablan los representantes de la formación independentista vasca. Esta vez, el político 'abertzale' se lo reprochó. Citó una frase del cantaor flamenco José Domínguez Muñoz, 'el Cabrero': "Aunque a uno le den la espalda, su voz no hay quien la pare".
Pero tras unos minutos de charla de Matute, Suárez Illana dejó de enseñarle la anchura de sus hombros y sacó de su cartera un ejemplar de 'Vidas rotas. La historia de los hombres, mujeres y niños víctimas de ETA', una obra que recoge los relatos de los atentados mortales de la organización terrorista y la semblanza de los asesinados. El libro se ha convertido en una referencia para los estudiosos y los interesados en la historia de ETA. Gracias a la labor investigadora de sus autores —Florencio Domínguez, Rogelio Alonso y Marcos García Rey—, este libro desveló que había más de 300 asesinatos de ETA sin resolver judicialmente.
Mientras habla el diputado de Bildu, mi compañero y amigo, Adolfo Suarez, lee el libro “Vidas Rotas” donde se narran todos los asesinatos de ETA. Gracias amigo Adolfo por visibilizar la memoria, la dignidad y la justicia de las víctimas en el @Congreso_Es La dignidad tú la tienes pic.twitter.com/8ukvQwezuo
— Teresa Jiménez-Becerril (@teresajbecerril) February 18, 2020
Teresa Jiménez-Becerril, diputada del PP, tuiteó la fotografía que reflejaba la situación descrita. Este diario desconoce la autoría de la imagen. En el mensaje, la política conservadora agradecía a su compañero de partido su actitud simbólica: "Gracias, amigo Adolfo, por visibilizar la memoria, la dignidad y la justicia de las víctimas en el @Congreso_Es. La dignidad tú la tienes [sic]". Su hermano, Alberto Jiménez-Becerril, y su cuñada, Ascensión García, fueron asesinados por dos miembros de ETA en enero de 1998 cerca de su casa de Sevilla cuando regresaban de cenar con unos amigos. Los etarras abordaron al matrimonio por la espalda y los tirotearon hasta la muerte. Alberto Jiménez-Becerril era concejal del Ayuntamiento de Sevilla.
La carga simbólica de los gestos de Suárez Illana este diario la convierte en datos para la memoria histórica: en junio de 1999, la Audiencia Nacional condenó a José Luis Martín Barrios y a Mikel Azurmendi como autores del atentado a 30 años de prisión. Los terroristas dejaron huérfanos a tres niños de cuatro, siete y ocho años.
La política de gestos gana terreno en los debates del hemiciclo; la de fondo, ya veremos. Entretanto, Adolfo Suárez Illana, secretario cuarto del Congreso de los Diputados, quiere alzarse como gran adalid de los ademanes simbólicos. Este martes, mientras parlamentaba desde la tribuna de oradores el diputado de EH Bildu Oskar Matute, el político del Partido Popular se puso a leer el libro 'Vidas rotas', una obra que Maite Pagazaurtundúa calificó como "un monumento hecho en palabras" para recordar a las 858 personas que asesinó la organización terrorista ETA entre 1960 y 2010.
- El legado mortal de ETA: todos los datos sobre sus 858 asesinatos Marcos García Rey