Asaltan un área de servicio de carretera en pleno estado de alarma

Las restricciones a la movilidad impuestas por el decreto del estado de alarma aprobado por el Gobierno han provocado que la mayor parte de los comercios cierren sus puertas o limiten considerablemente su horario con el fin de reducir al máximo la actividad de las personas y que no se extienda el coronavirus más de lo que ya está. Esta situación de cierre casi total, en casos aislados, está siendo aprovechada por algunos para delinquir.

Es lo que ocurrió en la noche del miércoles en el kilómetro 112 de la N-2, que une Madrid con Zaragoza. A la altura del término municipal de Sigüenza (Guadalajara), uno o varios individuos destrozaron la estación de servicio Área 112, que permanecía cerrada temporalmente en su zona de cafetería y restauración con motivo del estado de alarma. La zona de gasolinera sí abría, pero en horario más restringido.

Agentes de la comandancia de la Guardia Civil de Guadalajara investigan desde que tuvieron conocimiento de los hechos quién ha podido estar detrás de este atraco y acto vandálico. De momento, no han podido cuantificar los daños causados en la instalación. Desde la comandancia del instituto armado, explican a este confidente que ha sido el único robo que se ha cometido estos días en la zona y que de momento los investigadores responsables de las pesquisas están centrados en analizar las pistas y tratar de identificar a los autores del asalto.

Los delincuentes, además de los delitos derivados de la comisión del asalto, también habrían incurrido en un incumplimiento de las medidas acordadas en el mencionado decreto aprobado por el Gobierno y renovado recientemente por el Congreso de los Diputados.

El área de servicio tiene una gran extensión y es parada habitual de transportistas, ya que cuenta con cabañas específicamente pensadas para que descansen los camioneros en caso de que el viaje les pille en la zona. La cercanía a Madrid permite a estos usuarios pernoctar y estar bien situados para acceder a la capital de España por la mañana a primera hora, con el fin de llegar a sus destinos a tiempo. Los agentes encargados de las diligencias rastrean también la posibilidad de que alguno de estos transportistas haya podido presenciar algo de lo sucedido.

Durante los días que dura el estado de alarma, las fuerzas de seguridad locales, las autonómicas, la Policía Nacional y la Guardia Civil han detenido a un millar de personas por incumplir las restricciones de movilidad y salir a la calle cuando no tenían que hacerlo, y han impuesto más de 100.000 sanciones por estos mismos motivos. Han cazado a gente reunida en fiestas, a personas que viajaban más de una en su vehículo, a quienes bajaban varias veces al supermercado a comprar, a otros que paseaban a su perro a varios de kilómetros de su casa o a los que se ponían continuamente en la cola de la farmacia para que les diera el aire más tiempo.

La extensión del coronavirus entre la población española es todavía una incógnita, ya que no hay herramientas para hacer pruebas a las personas que presentan síntomas de manera fiable. Además, los test que están aplicando las autoridades sanitarias no son del todo fiables, como evidencian no pocos casos en los que los pacientes dan inicialmente positivo y luego negativo y al revés. De ahí que el protocolo exija que todo aquel que presente síntomas compatibles con la enfermedad así como aquellos que han estado en contacto con esta persona sean necesariamente aislados. Actualmente, según los sindicatos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, hay más de 15.000 profesionales de estas dos corporaciones en cuarentena por este motivo, lo que reduce considerablemente la capacidad operativa de las fuerzas de seguridad, como han puesto en evidencia las propias organizaciones sindicales.