El Confidente
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La guerra civil se instala en los informativos de Canal Sur
La purga que está llevando a cabo Álvaro Zancajo en los informativos ha provocado una auténtica guerra civil en los pasillos de la cadena autonómica
Álvaro Zancajo, director de Informativos de Canal Sur desde finales de enero, ha provocado una guerra interna en los pasillos de la cadena autonómica. El último cese ha sido el de un coeditor de Local de Canal Sur en Sevilla, Emilio Maíllo, que estaba sustituyendo en sus tareas al jefe de Local, un veterano muy querido que ha sufrido el coronavirus. Maíllo, al que se dedicaron a pintar desde el entorno de Zancajo como un “radical peligroso” y afiliado de la CGT, se negó el pasado martes a aceptar sin más la orden de abrir el informativo con la manifestación que tuvo lugar un día antes contra la gestión del Gobierno de España y que llenó la avenida de la Palmera sevillana de banderas rojigualdas.
Su intención de no aceptar la escaleta al dictado de Zancajo le ha costado cara. El tema, una vez contrastada la información con la Subdelegación del Gobierno, que confirmó la presencia de unas 500 personas en la protesta, fue en titulares del informativo, aunque no abriendo. La respuesta ha sido el cese de este redactor y otra compañera de Local. La bronca cuentan que fue monumental porque rechazó su orden de incorporarse a la redacción de Deportes, de donde sale su sustituto.
Es el estilo de Zancajo, que tiene a la mayoría de la redacción sumida en un profundo desconcierto en momentos muy complicados por la pandemia, que dificulta sobremanera todo el trabajo. Han sido muchos los ceses. La lista es larga. Profesionales de gran prestigio en la redacción de Canal Sur como Mercedes Fonseca, María Teresa Sánchez Monteseirín, Ángela Blanco, Marta Morillo, Esther Martín o Blanca Rodríguez se han visto desplazadas de sus tareas, directamente cesadas o han decidido dimitir. Ahora, algunos de los nombres con más reconocimiento de la cadena nutren la nómina de los programas no diarios.
Zancajo se ha hecho con un equipo propio al que “dicta hasta los rótulos”, en los que tampoco admite ni un solo cambio, aseguran quienes trabajan con él. Entre quienes lo apoyan está la periodista Mariló Montero. Su programa informativo fue suprimido por la baja audiencia y en su círculo lo ‘venden’ como una venganza del director general de la cadena, Juan de Dios Mellado, contra Zancajo y los suyos. Nada que ver con la realidad, explican desde la cúpula de Canal Sur.
Lo cierto es que Zancajo, que parece actuar al margen del Gobierno andaluz de Juanma Moreno, está consiguiendo dinamitarlo todo. El Gobierno de PP y Cs había elegido un estilo sosegado, tranquilo, para llevar el cambio a Canal Sur sin cortar cabezas y contando con los periodistas de la casa. Fue la carta de presentación de Mellado, Isabel Cabrera o Rafa Porras, el tridente que iba a ocuparse de la cadena autonómica en la nueva etapa.
Todo cambió con el juicio de los ERE, donde la redacción planteó pegas a algunas de las peticiones o enfoques que les hacían desde la dirección. Eso, mezclado con el pulso constante de algunos sindicatos de la cadena, que llevaron a negro la pantalla a la primera de cambio, propició que el Gobierno diera un golpe sobre la mesa. Desde San Telmo, llegaron órdenes de que había que imprimir un giro y entonces aterrizó Zancajo, con mano dura y dispuesto a librar una guerra. Daba el perfil, cuentan ahora. Sin embargo, ya no tiene tantos defensores como cuando llegó.
Sus formas son tan duras y tan poco periodísticas que esa confianza inicial de la cúpula de la cadena se ha quebrado. La situación es ya tan tensa que el enfrentamiento abierto de Zancajo con Juan de Dios Mellado, que lo ha desautorizado en algunas de sus decisiones, no es ningún secreto. Es evidente que hay una campaña abierta contra el director general del ente público, con acusaciones en redes sociales de seguir al servicio del PSOE, y tampoco nadie niega que la inspiración de esos mensajes llega del jefe de Informativos, que se cuida poco de criticar a Mellado en círculos no precisamente privados.
La situación se hace aún más insostenible porque no ha habido tensión lo suficientemente importante para que se traduzca en grietas en la coalición del Gobierno de PP y Cs en Andalucía. Salvo aquí, en Canal Sur. La jefa de Informativos adjunta, propuesta por Cs y su exjefa de prensa en Andalucía, Desireé García-Escribano, se desmarca cada vez que puede de las decisiones y las formas de Zancajo. Esta periodista, que también tiene una larga trayectoria en televisión, se ha convertido en la esperanza blanca de la plantilla y trata de doblar el pulso a Zancajo.
Ya el vicepresidente, Juan Marín (Cs), ha trasladado sus avisos al consejero de la Presidencia, Elías Bendodo (PP). Por primera vez en la historia de Canal Sur, el ente depende de estas dos carteras. Bendodo tuvo que responder este miércoles en el Parlamento al PSOE sobre las denuncias de “manipulación” en la cadena, tras emitirse una entrevista en el informativo de Mariló Montero a un policía que cargó contra el Gobierno. Sobre él se ocultó que había sido candidato de Vox y fue denunciado a la Fiscalía por Unidas Podemos por difundir bulos y crear alarma social.
El consejo profesional emitió un duro informe que daba cuenta de la forma de trabajar del jefe de Informativos y que ha caído en saco roto. Desde el ala del PP en el Gobierno andaluz, la respuesta se limita al ‘y tú más’ cada vez que los socialistas llevan estas denuncias de manipulación al Parlamento. Desde dentro, aseguran que la bomba está a punto de estallar y la guerra civil en los pasillos es ya insostenible.
Álvaro Zancajo, director de Informativos de Canal Sur desde finales de enero, ha provocado una guerra interna en los pasillos de la cadena autonómica. El último cese ha sido el de un coeditor de Local de Canal Sur en Sevilla, Emilio Maíllo, que estaba sustituyendo en sus tareas al jefe de Local, un veterano muy querido que ha sufrido el coronavirus. Maíllo, al que se dedicaron a pintar desde el entorno de Zancajo como un “radical peligroso” y afiliado de la CGT, se negó el pasado martes a aceptar sin más la orden de abrir el informativo con la manifestación que tuvo lugar un día antes contra la gestión del Gobierno de España y que llenó la avenida de la Palmera sevillana de banderas rojigualdas.