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El 'buen rollo' de Calvo y Vox
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El 'buen rollo' de Calvo y Vox

En Vox, reconocen que la interlocución con el Gobierno es nula. Pero la "educación" y "las formas" de la vicepresidenta primera... son un caso aparte. No hay mala relación personal

Foto: Santiago Abascal, el presidente del Gobierno y la vicepresidenta Carmen Calvo. (EFE)
Santiago Abascal, el presidente del Gobierno y la vicepresidenta Carmen Calvo. (EFE)

El decreto sobre fondos europeos que ayer defendió Carmen Calvo desde la tribuna del Congreso, y que salió adelante con la sorpresiva abstención de Vox, no contó con una negociación ni un contacto entre el Gobierno y el partido de Abascal. Sin embargo, la relación entre la vicepresidenta y el grupo parlamentario no es especialmente mala. De hecho, como reconocen algunos miembros destacados de Vox, es con la única que tienen "una relación más normal".

Con ella, alegan, "se puede tener una conversación". Algo que es directamente inexistente con el resto de miembros del Ejecutivo, y no solo por la parte morada: con los socialistas, el trato es nulo y la posibilidad de un mínimo entendimiento, muy lejana. Incluso con los dirigentes más ortodoxos como Nadia Calviño.

Foto: La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo. (EFE)

Con Calvo, es otra cosa. Y cunden los ejemplos. Cuando la vicepresidenta se reincorporó tras pasar el coronavirus, el portavoz del grupo, Iván Espinosa de los Monteros, aprovechó su intervención en la sesión de control para alegrarse de su vuelta y desearle que todo fuera bien en la recuperación, que tardó en consolidarse. La vicepresidenta, que no le contestó desde su escaño, le telefoneó después reconociendo no haberle escuchado bien y para darle las gracias directamente por su interés. "Educación y otra forma de comportarse que no tienen el resto de miembros del Gobierno", dicen en Vox.

En otra ocasión, debatiendo sobre memoria democrática, un diputado de Vox, Francisco José Contreras, contó que su tío —Rafael Contreras Leva— fue un sacerdote asesinado en Baena en 1936 por el hecho de ser jesuita. La vicepresidenta se acercó después a su escaño para interesarse directamente por el asunto.

La interlocución con el Gobierno, como repiten en Vox, no existe. Pero incluso entre los grupos más enfrentados siempre hay excepciones. En política, todo es posible.

El decreto sobre fondos europeos que ayer defendió Carmen Calvo desde la tribuna del Congreso, y que salió adelante con la sorpresiva abstención de Vox, no contó con una negociación ni un contacto entre el Gobierno y el partido de Abascal. Sin embargo, la relación entre la vicepresidenta y el grupo parlamentario no es especialmente mala. De hecho, como reconocen algunos miembros destacados de Vox, es con la única que tienen "una relación más normal".

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