Tensión y división en bandos en la toma de posesión del delegado en Andalucía

La toma de posesión de Pedro Fernández como nuevo delegado del Gobierno en Andalucía ha servido para visualizar este miércoles la tensión aún contenida en el PSOE de Andalucía, en vísperas de la pugna para relevar a Susana Díaz como líder socialista de la comunidad.

A un lado estaban haciendo pandilla la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, el alcalde de Sevilla y aspirante a suceder a Susana Díaz, Juan Espadas, y el vicepresidente del Congreso y reconocido sanchista, Alfonso Rodríguez de Celis. Al otro lado se situaron la propia Susana Díaz y el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, que la apoya.

El acto despidió a la hasta ahora delegada del Gobierno, Sara García, uno de los apoyos de Díaz, con alabanzas a su dedicación viviendo encerrada en los momentos más duros de la pandemia, pero en un ambiente político que dejaba claro que la decisión de Pedro Sánchez trasciende el relevo en el cargo para convertirse en un movimiento para cercar a la expresidenta de la Junta y facilitar en otoño el jaque mate de cara a las autonómicas del próximo año.