El gafe político de Mario Vargas Llosa

Si un día pretende usted presentarse a unas elecciones, aunque sea a su junta de vecinos, rece por que no le apoye Mario Vargas Llosa. Este pasado domingo, el Nobel de Literatura de origen peruano llamaba desesperado en su filípica semanal en 'El País' a votar a la conservadora Keiko Fujimori en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Perú, que se celebró este lunes, ante el riesgo apocalíptico que, según él, suponía el candidato de izquierdas, Pedro Castillo. "Por eso he hecho campaña por Keiko Fujimori y deseo fervientemente que gane la elección", concluía después de argumentar: "¿Eso quieren los peruanos? ¿Un país devastado por la censura, la incompetencia económica, sin empresas privadas ni inversiones extranjeras, empobrecido por burócratas desinformados y serviles, y una policía política que ahoga a diario fantásticas conspiraciones creando una dictadura más feroz y sanguinaria que todas las que ha conocido el país a lo largo de su historia?".

Pues, ejem, sí, eso es lo que han querido los peruanos porque, como ustedes ya sabrán, Castillo está rozando la victoria, superando a su contrincante por unas decenas de miles de votos y después de protagonizar una épica remontada. Lo curioso es que esta es solo la penúltima demostración del gafe político del autor de 'Conversación en la catedral', obra por cierto que arrancaba con esa muletilla aplicada luego hasta la náusea en mil situaciones distintas: "¿En qué momento se jodió el Perú?". ¿Y tú me lo preguntas? A ver, enumeremos.

La hija y el padre

La historia comenzó en las elecciones de 1990, cuando el literato aparcó la pluma para lanzarse a la política y todos daban por hecho que iba a ser el nuevo presidente de Perú... Hasta que emergió de las sombras un desconocido advenedizo que primero le pasó por encima electoralmente sacándole el doble de votos y luego acabó echándole del país (e iniciando por cierto un régimen dictatorial de terror y corrupción). Se llamaba Alberto Fujimori, ¿les suena? Hoy está en la cárcel y es por cierto el padre de la candidata Keiko a la que, en un gesto que no sabemos si le honra o le humilla aún más, ha apoyado ahora Vargas Llosa. Pero ahí no acabó la cosa.

En 1990, el literato aparcó la pluma para lanzarse a la política y todos daban por hecho que iba a ser el nuevo presidente de Perú

En las elecciones de 2006, tras la caída del sátrapa, Vargas Llosa apoyó a Alejandro Toledo, quien ganó, sí, y pocos años después acabó en la cárcel condenado por gravísimos delitos de corrupción. En las siguientes, en 2011, Vargas Llosa volvió a apoyar a un candidato ganador —Ollanta Humala— que, ¿adivinan?, acabó también en la cárcel por lo mismo que el anterior.

En fin, don Mario debería recordar aquello que le dijo una vez su exmujer antes de que la dejara por Isabel Preysler —"lo único para lo que vales es para escribir"—, abandonar toda esperanza con la política y aprovechar los últimos años de su vida para dejarnos otra gran novela.