"No nos metamos en el mercado, amigo": transparente Rajoy con Alsina

Muy a su pesar, Mariano Rajoy es transparente, en el sentido de que en una sola frase es capaz de definir con precisión y dejar ver su forma de ser, su manera de vivir y su estilo como político.

En los últimos días se han escuchado dos frases del presidente del Gobierno que, cruzadas, sirven para explicar en qué consiste lo que se conoce como 'marianismo'.

“No nos metamos en eso”, ha dicho este miércoles en Onda Cero cuando Carlos Alsina le ha preguntado sobre las medidas del Estado contra la discriminación salarial de las mujeres.

La frase le sirve para ese asunto tan relevante, pero también para no afrontar una solución que no sea una medida paliativa coyuntural a la situación en Cataluña. Le sirve para dejar en manos de jueces y fiscales la vanguardia del enfrentamiento al independentismo. Le sirve para no abordar una reforma constitucional. Le sirve para no escuchar cuando le piden dimisiones por la gestión de la nevada y le sirve para no cumplir el acuerdo que permitió su investidura que obligaba a la dimisión de imputados.

Y, sobre todo, le sirve para no afrontar de frente la corrupción. Para ir adaptando sus argumentos a los acontecimientos, desde el “Luis, sé fuerte” al “no es una trama del PP, sino contra el PP” y el “yo no me ocupaba de eso”. Quizá le sirvió para no tomar medidas en su momento, para no meterse en eso.

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Es decir, el “no nos metamos en eso”, combinado con su “esto es un lío” que suele repetir el presidente del Gobierno y el “es el mercado, amigo” del que nos habló recientemente Rodrigo Rato. Todo para desentenderse, con el vano empeño de que los escándalos de corrupción se extinguirán por sí solos. Que lo de Ricardo Costa ocurre en otra galaxia y otra dimensión, como para meterse en eso.

El "no nos metamos en eso" le ha servido para explicar que no tiene competencias para hacer cumplir el artículo de la Constitución que habla de igualdad entre géneros, a pesar de que el cumplimiento de la Constitución sea, precisamente, el centro de su argumentación en Cataluña y la razón de no moverse para hacer frente a lo que supone que dos millones de catalanes voten a favor de candidaturas independentistas.

Le ha servido además para bloquear iniciativas de los demás grupos y evitar que se derogue el legado normativo de la mayoría absoluta, aunque en este caso haya tenido la inestimable colaboración de la división de los demás, incapaces de acordar una nueva Ley de Seguridad Ciudadana que derogue la 'ley mordaza' o una renovación urgente de RTVE. No nos metamos en eso, parecen decir todos contagiados.

“Se filtran más cosas de las razonables”, es la otra frase clave. La dice Rajoy en el documental 'La noche del Rey', que emitirá el martes Telemadrid y que ha realizado la productora Cometa, de la mano de Sandra Fernández y Arantza López.

Rajoy se refiere con esa frase al proceso de abdicación del anterior jefe de Estado, pero sirve para entender que el presidente del Gobierno preferiría que no hubiera filtraciones, que no se hable de según qué asuntos y que es mejor esperar siempre, aunque no se sepa exactamente a qué se espera. Hay que evitar los líos. Que cuando se dice que el PP y el Gobierno fallan en la comunicación, en realidad lo que se está diciendo es que a Rajoy no le gusta la comunicación política. Si lo valorara, no despreciaría a la mitad de la población que puede sufrir discriminación salarial solo por ser mujeres.

Así es Rajoy: sin cambios, sin renovaciones, casi con el mismo equipo de hace 30 años, sin abrir debates o asuntos que no tengan un resultado previo claro... Y anunciando su propósito de volver a presentarse como candidato a La Moncloa, sobre todo, por no meterse en ese lío de la sucesión.

De pasada nos ha contado que discrepa de sus antecesores en Moncloa (José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero) que se autoimpusieron solo dos mandatos y que discrepa del acuerdo de investidura que firmó él mismo con Ciudadanos y que habla claramente de establecer esa limitación de dos legislaturas.

Es decir, no nos metamos en eso.