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Un documento académico presentado como un documento político
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Fernando Garea

El patio del Congreso

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Fernando Garea

Un documento académico presentado como un documento político

Pedro Sánchez presenta el plan para 2050 y anuncia su intención de transversalidad, pese a la dificultad para cerrar acuerdos sobre las crisis y las exigencias de 2021

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la presentación del proyecto 'España 2050'. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la presentación del proyecto 'España 2050'. (EFE)
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En la apertura del acto, Diego Rubio, responsable de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo de España, con sede en la Moncloa, nos ha ayudado al fijar el marco del documento y del evento al arrancar con una cita de 'Alicia en el País de las Maravillas'. Así estábamos avisados desde el primer minuto. El marco se mantuvo durante toda la presentación con expresiones como: "No somos el pasado, somos lo que nos queda por vivir" o "construyamos un futuro brillante entre todos", pronunciadas por los diferentes oradores, a medio camino entre la autoayuda y los buenos deseos de inscripción de taza de escritorio.

Ese marco de País de las Maravillas está también en el título del texto de Pedro Sánchez que encabeza el documento: 'España: un país con hambre de futuro'.
Se culmina ese marco de optimismo en las últimas líneas de texto del informe de 676 folios presentado por el presidente del Gobierno: “España puede superarlos y consolidarse como uno de los países más avanzados de Europa antes de mediados de siglo (…) Seamos optimistas. Recuperemos la confianza en el progreso, en nuestro país, y en nosotros mismos”.

Foto: El jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Iván Redondo, conversa con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE) Opinión

Cecil B. DeMille fue un director de cine que triunfó por sus superproducciones con grandes decorados y capacidad para mover a masas de figurantes en escena. Iván Redondo, jefe de Gabinete del presidente del Gobierno, ha acreditado ya su voluntad de sucesor de DeMille.

A estas alturas ya ha quedado claro que si algo le gusta a este equipo de Moncloa es organizar actos vistosos, con espectacularidad de escenario y despliegue de medios, con solemnidad y con presencia de personalidades e invitados como figurantes que den realce a las presentaciones. Ya se ha hecho con la media docena de actos de presentación del Plan de Recuperación y con algunos más protagonizados por Pedro Sánchez, como el de diciembre sobre rendición de cuentas.

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Es una constante en la trayectoria de Redondo, que ya organizó eventos similares con otros clientes como el entonces presidente de Extremadura, José Antonio Monago. En 2013, presentó el plan Extremadura One para 2020 con presencia de empresarios, sindicatos e invitados de la región, en un ensayo general de otras superproducciones posteriores. Monago perdió las elecciones en 2015 y Extremadura One duró lo que duró aquel efímero Gobierno autonómico del PP.

placeholder El jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Iván Redondo, conversa con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, hoy. (EFE)
El jefe de gabinete del presidente del Gobierno, Iván Redondo, conversa con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, hoy. (EFE)

A todo ello hay que sumar el contexto del corto plazo sobre la necesidad que tiene Sánchez de lanzar un señuelo en uno de sus peores momentos desde que llegó a la Moncloa. Se trata de que 2050 le sirva para coger impulso en 2021. Es curioso, porque ese mal momento le ha llegado, en gran parte, por su error de diagnóstico sobre el presente, por ejemplo, en las recientes elecciones de Madrid. Y este jueves ha presentado el diagnóstico sobre los próximos 30 años.

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Una vez apartada la hojarasca del acto de presentación, de las circunstancias políticas y las intencionalidades, se llega a un documento de 676 folios plagado de datos, de radiografía de la realidad de España y de muchas propuestas de solución o de líneas estratégicas.

Pese a todo, el contenido del informe es mucho mejor que el envoltorio y los fuegos artificiales que le acompañan. Tiene detrás un trabajo serio y detallado de especialistas en la recopilación de datos y en el análisis. Y tiene el mérito por parte de la Moncloa de haber visto la necesidad de elaborar un trabajo de prospectiva, como se hace en otros gobiernos e instituciones mundiales. Por ejemplo, la Agenda 2030 o los Objetivos del Milenio entre 2000 y 2015 que marcaron y marcan estrategias en todo el mundo.

Es cierto que una parte contiene generalidades y buenos deseos, como el de mejorar la educación y la productividad o el de reducir el paro. Y que en muchos puntos carece de concreción, por ejemplo, en asuntos básicos como las pensiones o la despoblación, pero también es cierto que es un documento de base y de muy largo plazo, con un carácter académico. Se supone que no es un documento ideológico o político. O no debería serlo. No hay tampoco análisis de reformas institucionales para adaptar el Estado a lo que exigirá la mitad del siglo XXI. De hecho, una de las objeciones del 'envoltorio' es que trata como acto político lo que es un documento académico.

Pese a todo, el contenido del informe es mucho mejor que el envoltorio. Tiene detrás trabajo serio

El presidente del Gobierno ha anunciado el inicio del "diálogo nacional" sobre la base del documento, se supone que de forma transversal y ampliada a todo el espectro político y social. De aquí a 2050 habrá al menos siete legislaturas con otros tantos posibles cambios de signo de Gobierno. Si la prospectiva no tiene esa transversalidad, su utilidad puede decaer en el momento en el que se produzca el primer cambio de Gobierno. Escuchando la reacción de Pablo Casado no parece cercano ese acuerdo.

El partido mejor situado para suceder al actual en el Gobierno, sea cuando sea, es el PP y sus principios ideológicos están tan alejados de Sánchez que, con toda seguridad, sus soluciones para 2050 no tendrán nada que ver con las del actual presidente. "España iniciará un gran diálogo nacional, un proceso de abajo arriba que va a durar varios meses abierto a instituciones públicas y privadas y los ciudadanos", ha anunciado solemne Sánchez.

El presente empaña la predicción del futuro: ¿es posible un acuerdo transversal sobre la España de los próximos 30 años si ni siquiera hay un acuerdo sobre la crisis que tenemos encima por la pandemia o el conflicto diplomático con Marruecos o el reparto de fondos europeos para los próximos 10 años? O los Presupuestos Generales del Estado para 2022 que aventuran una negociación complicada en otoño o las reformas legales que exige la Unión Europea como las pensiones o la reforma laboral que necesitarán una mayoría parlamentaria que hoy está lejos o la renovación de instituciones que están en precario hace más de dos años. Según el marco optimista del acto de presentación, el 2050 parece mucho mejor que el 2021. O, al menos, eso nos han contado hoy.

En la apertura del acto, Diego Rubio, responsable de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo de España, con sede en la Moncloa, nos ha ayudado al fijar el marco del documento y del evento al arrancar con una cita de 'Alicia en el País de las Maravillas'. Así estábamos avisados desde el primer minuto. El marco se mantuvo durante toda la presentación con expresiones como: "No somos el pasado, somos lo que nos queda por vivir" o "construyamos un futuro brillante entre todos", pronunciadas por los diferentes oradores, a medio camino entre la autoayuda y los buenos deseos de inscripción de taza de escritorio.

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