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¿Irá por ahí la tercera vía?
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Juan Carlos Rodríguez Ibarra

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¿Irá por ahí la tercera vía?

El Presidente de la Generalitat de Cataluña decidió disolver el Parlamento catalán y convocó elecciones en esa comunidad el pasado día 25 de noviembre de 2012.

Foto: Manifestación en Barcelona, en 2010. (Efe)
Manifestación en Barcelona, en 2010. (Efe)

El Presidente de la Generalitat de Cataluña decidió disolver el Parlamento catalán y convocó elecciones en esa comunidad el pasado día 25 de noviembre de 2012. El argumento principal para terminar una legislatura que apenas había alcanzado el ecuador fue que el proyecto independentista que ahora defiende su formación política y que ha aprobado el Parlamento catalán no se encontraba dentro de sus promesas electorales y, mucho menos, dentro de su Programa de Gobierno con el que fue investido Presidente de la Generalitat.

"La voz de la calle debe trasladarse a las urnas". "Hace falta el aval inequívoco del pueblo de Catalunya, que es la única forma de saber el peso de las mayorías y las minorías", dijo entonces el Sr. Mas. El argumento fue mendaz en tanto en cuanto Mas no tuvo ningún inconveniente en incumplir sistemáticamente su programa electoral en otros asuntos que, sin duda, afectaban negativamente a los ciudadanos catalanes, fueran o no independentistas.

El Parlamento surgido de esas elecciones, entretenido en definir el carácter de los catalanes como sujetos, no investiga lo que se tapa ahora con la bandera de la independencia. Bruselas advierte de que las administraciones catalanas salen muy mal paradas en cuanto a calidad y transparencia

La tasa de paro en Cataluña, que Mas se comprometió a bajar a la mitad, pasó del 17,98% al 21,95%, es decir, que el paro aumentó de 686.800 parados a 821.600; no parece creíble que los parados aceptaran con simpatía que Mas convocara elecciones por un incumplimiento y no pensara hacerlo por dejar a 478.200 parados sin cumplir su compromiso de darles empleo.

Mas no anunció recortes en el subsistema sanitario catalán pero, en dos años, una reducción del gasto del 11% provocó un aumento del 43,1% en el número de personas en lista de espera, que pasaron de 56.670 a 80.540. La rebaja significó el cierre de más de medio centenar de ambulatorios y servicios de urgencias y la paralización de todas las inversiones, entre las que se incluye la construcción de cinco nuevos hospitales. Mientras 23.870 enfermos esperaban, el Sr. Mas caminó hacia la independencia. Tendrán suerte los que esperan porque tal vez puedan ser los primeros pacientes operados en un nuevo Estado.

Ya se sabe que pasó en las elecciones del 25 de noviembre de 2012 y posteriormente a la celebración de las mismas. También se sabe que el  Parlamento surgido de esas elecciones, entretenido en definir el carácter de los catalanes como sujetos, no investiga  lo que se tapa ahora con la bandera de la independencia. Bruselas advierte de que las administraciones catalanas salen muy mal paradas en cuanto a calidad y transparencia. La región presenta la peor nota de España en esta materia y una de las peores a nivel europeo, según el último estudio de la Comisión Europea sobre la corrupción política e institucional en los países de la UE-27 y un total de 172 regiones europeas.  

Creo que sé la manera de parar el proceso independentista auspiciado por Convergencia y sus socios. Bastaría con ceder las competencias de Justicia en exclusiva a Cataluña para que allí concluya cualquier tipo de procedimiento judicial. No habría más reivindicaciones

Ahí está, por ejemplo, el caso Palau y la presunta trama de financiación irregular en torno a CiU, donde CDC adjudicó millonarios contratos de obra pública a Ferrovial a cambio, presuntamente, de comisiones en cuyo pago intermedió Fèlix Millet; el caso Pallerols, un asunto de corrupción ligado a la financiación ilegal de Unión Democrática de Cataluña (UDC) que se remonta a 1994; o la trama de las ITV, que afecta de lleno a Oriol Pujol, Secretario General de Convergencia Democrática de Cataluña, por posible tráfico de influencias. La Agencia Tributaria considera que el hombre de confianza de Artur Mas participó en una trama empresarial para amañar concursos de estaciones de ITV.

Otro caso es el que afecta al hospital de Sant Pau, una sucesión de pagos irregulares, favores políticos y adjudicaciones sin concurso en la construcción del nuevo edificio del centro. Este caso está siendo investigado por el juzgado de instrucción 22 de Barcelona, que mantiene imputados a dos exresponsables del centro sanitario. Casos, todos ellos, de primer orden a nivel mediático, político y judicial.  

Todo eso, y algunas cosas más, se quedarán en el tintero  gracias a que Mas cayó en la cuenta de que  la independencia de Cataluña no lo puso en su programa electoral. Lo otro, los incumplimientos, los recortes, los engaños, la corrupción no tienen mucha importancia.  

A la vista de lo anterior creo que sé la manera de parar el proceso independentista auspiciado por Convergencia y sus socios. Bastaría con ceder las competencias de Justicia en exclusiva a Cataluña para que allí concluya cualquier tipo de procedimiento judicial. No habría más reivindicaciones. ¿Irá por ahí la tercera vía?

El Presidente de la Generalitat de Cataluña decidió disolver el Parlamento catalán y convocó elecciones en esa comunidad el pasado día 25 de noviembre de 2012. El argumento principal para terminar una legislatura que apenas había alcanzado el ecuador fue que el proyecto independentista que ahora defiende su formación política y que ha aprobado el Parlamento catalán no se encontraba dentro de sus promesas electorales y, mucho menos, dentro de su Programa de Gobierno con el que fue investido Presidente de la Generalitat.

Cataluña Artur Mas CiU