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Juan Carlos Rodríguez Ibarra

En Nombre de la Rosa

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El cambio y las edades

El Estado hará bien en no dejarse arrebatar dos de las políticas más igualitarias: educación e igualdad. Pero hará aún mejor apostando por una educación para la sociedad del conocimiento

Foto: Un niño coloca su prenda de vestir en un aula de un colegio público. (EFE/Jesús Diges)
Un niño coloca su prenda de vestir en un aula de un colegio público. (EFE/Jesús Diges)

El Confidencial enmarcaba el pasado día 11 de mayo la siguiente noticia: “El presidente de Ciudadanos (C's), Albert Rivera, ha afirmado este lunes que el proyecto de cambio para España sólo lo pueden encabezar personas nacidas en democracia, que no tienen ‘mochilas’ y no son quienes han llevado al país a la situación en la que se encuentra actualmente, un perfil en el que ha enmarcado a los candidatos de su partido”.

¿De qué cambio habla Rivera? Desgraciadamente, el discurso electoral de Rivera no deja traslucir a un líder que apueste por la nueva sociedad y por una educación acorde con los nuevos parámetros que la definen. Oyendo lo que dijo al día siguiente el presidente de la CEOE,en un acto con empresarios y hoteleros en Madrid, manifestando que "si la sanidad y la educación estuvieran gestionadas por empresarios se harían mejor las cosas" y se sacaría "mucho más rendimiento", se puede concluir que el veterano Rosell conoce mejor la nueva sociedad que el novato Rivera.

Rosell parece que sabe que la industria manufacturera, que la cadena de montaje, ha agotado su capacidad de crecimiento. Según se pronostica por diversos estudios de organismos de la Unión Europea, como el Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop), en los próximos cinco años habrá una pérdida de más de 2 millones de puestos de trabajo en el sector primario y de medio millón en la industria manufacturera. El sector de distribución y transporte, incluida la hostelería, generará más de 3 millones de empleos en los próximos diez años, mientras que el trabajo en los servicios públicos, sociales y colectivos, incluidas la sanidad y la educación, crecerá previsiblemente a un ritmo similar. Los mejores pronósticos para el empleo afectan al sector de actividades económicas y a otros servicios, en los que se incluyen los relacionados con las nuevas tecnologías, donde se generarán casi 9 millones de empleos.

La industria ha agotado su capacidad de crecimiento. Un informe vaticina que en los próximos 5 años se perderán 2 millones de puestos de trabajo

Según algunas estadísticas europeas, en los próximos cinco añosel 5% de la población activa de nuestro país se dedicará a la producción de alimentos, el 15% a fabricar productos industriales y el 80% restante, las tres cuartas partes de la población activa, lo hará a producción de servicios, sean éstos para atender aempresas o parapersonas, y dentro de esos servicios, los relacionados con la educación, la sanidad, la discapacidad y las nuevas tecnologías que, cada día que pasa, adquieren mayor presencia y relevancia.

Esa es la razón por la que el patrón de patronos reclama la gestión sanitaria y educativa para la iniciativa privada, porque ahí es donde va a estar una parte importante del negocio y del beneficio. El Estado hará bien en no dejarse arrebatar dos de las políticas capaces de generar igualdad entre los ciudadanos. Pero también hará mejor si es capaz de abandonar políticas educativas enfocadas a la sociedad industrial para adentrase en una educación para la sociedad del conocimiento, de la información y de la imaginación.

Mucho se habla del informe Pisa, pero de igual forma que cuando hay un accidente de aviación se busca la caja negra para saber lo que ha pasado y obtener toda la información de las causas del accidente, cuando el sistema educativo fracasa, se tiene la obligación de buscar la caja negra de ese sistema, que no es otra que el aula.

Cuando el sistema educativo fracasa, se tiene la obligación de buscar la caja negra de ese sistema, que no es otra que el aula

Y ahí, en esa caja negra, están muchas de las claves de los incidentes que sacuden a ese sistema educativo. La primera pista la encontramos en el hecho de quelaautoridad del profesor se ha devaluado porque la sociedad cree que la educación es una cuestión secundaria, como se puso de manifiesto en los años del boom del ladrillo. La segunda pista alerta del hecho de que en el aula escolar existen dos miradas: la mirada analógica del profesor y la mirada digital de los alumnos. Y ocurre que el alumno no entiende la enseñanza por el método analógico porque él, en su casa, en su entorno, está en un espacio y en un tiempo digital. Cada generación tiene derecho a que se les eduque con la tecnología que exista en cada momento. Internet es la gran tecnología que existe actualmente y que nuestros jóvenes dominan y entienden pero que se ven obligados a abandonar cuando se adentran en las aulas escolares. Quienes se informan, hacen amistades, intercambian experiencias y conocimientos, se enamoran, se pelean, se comunican, estudian y trabajan en la red no pueden entender que el sistema educativo les prive de esa herramienta que les acompaña durante toda la jornada no escolar y que les ayuda a descubrir nuevas posibilidades en su futuro.

Si Rivera quiere que se le vea como joven dispuesto a afrontar un nuevo cambio en la sociedad, tendría que notarse que su discurso camina por estos derroteros. Rosell lo ha visto y por eso se apunta a la gestión privada de la educación y la sanidad “para sacar más rendimiento”. ¿Y Rivera?

El Confidencial enmarcaba el pasado día 11 de mayo la siguiente noticia: “El presidente de Ciudadanos (C's), Albert Rivera, ha afirmado este lunes que el proyecto de cambio para España sólo lo pueden encabezar personas nacidas en democracia, que no tienen ‘mochilas’ y no son quienes han llevado al país a la situación en la que se encuentra actualmente, un perfil en el que ha enmarcado a los candidatos de su partido”.

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