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El hipocampo de Sánchez y Feijóo
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Miriam González

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El hipocampo de Sánchez y Feijóo

La próxima vez que coincidan con un político español, observen a ver si encima de las orejas tiene un hueco con forma de caballito. Eso explicaría su recurrente capacidad para olvidarse de las cosas que han dicho o han hecho sus partidos

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se dirige al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desde la tribuna del Congreso de los Diputados. (Europa Press/Eduardo Parra)
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, se dirige al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desde la tribuna del Congreso de los Diputados. (Europa Press/Eduardo Parra)
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La memoria reside en el hipocampo, una parte del cerebro con forma de caballito de mar que se sitúa en el lóbulo temporal medial, que para entendernos es lo que está encima de las orejas. La próxima vez que coincidan con un político español, observen a ver si encima de las orejas tiene un hueco con forma de caballito. Eso explicaría su recurrente capacidad para olvidarse de las cosas que han dicho o han hecho sus partidos.

La memoria de los políticos, sus partidarios y la de los periodistas que les defienden solo alcanza hasta las últimas elecciones que ganaron (si son del gobierno) o (si son de la oposición) las que perdieron. Esa desmemoria hace que en España llevemos décadas sin lograr mejoras sistémicas: los escándalos se producen gobierno tras gobierno, pero no se hace casi nada para ajustar normas o cambiar procedimientos y que no pueda volver a producirse un escándalo de similar naturaleza. Cuando llegan las elecciones, simplemente se hace borrón y cuenta nueva.

Si necesitan un ejemplo, vean los aforamientos. En el 2016 no había día que no hablásemos de la necesidad de eliminarlos, porque los políticos se escudaban en ellos para evitar rendir cuentas por casos de corrupción. Pero las elecciones del 2019 pasaron página y ahí siguen los aforamientos, vivitos y coleando: en las elecciones del 2023 el Presidente del PSOE, Pedro Sánchez, metió a Ábalos en la lista del Congreso y ahora se beneficia de un aforamiento.

¿Se acuerdan del 2018, cuando el Presidente del PSOE decía que iba a ‘dignificar a la democracia… Con instituciones ejemplares’? ¿O del 2020, cuando llamaba a combatir la desafección política ‘con mecanismos estrictos de control y garantías en la rendición de cuentas’? ¿O cuando prometió la regulación de lobbies? ¿O cuando decía que ‘la libertad (es) incompatible con la ley mordaza o con el propósito de ilegalizar organizaciones si no piensan como uno, o con clausurar medios de comunicación’? Voy a repetir esto: ¿'la libertad (es) incompatible… con clausurar medios de comunicación’?

Ustedes, como yo, que tenemos el hipocampo intacto, seguro que se acuerdan. Y por eso vemos los deterioros institucionales con asombro y se nos ponen los ojos como platos cuando Pedro Sánchez habla de ‘lawfare’ y ‘pseudomedios’. Pero a los políticos del PSOE eso no les asombra, porque como su hipocampo está disminuido, no tienen memoria de todas esas promesas de modernización que se han incumplido. Por eso ahora hablan de ‘regeneración democrática’ sin cortarse ni siquiera un poquito.

A finales del 2018 el hipocampo de los del PP se reseteó. Los deterioros del sistema político durante su gobierno son para ellos agua pasada

El hipocampo de los políticos del PP es también mínimo. A finales del 2018 su hipocampo sufrió un reseteo. Los deterioros del sistema político durante su gobierno - que desembocaron en una moción de censura por corrupción en el 2018 - son para ellos agua pasada. Ni siquiera han registrado que todo ese trauma se saldó sin que se reforzase el sistema anticorrupción. El que un editor tuviera que irse por la presión indirecta de su gobierno no hizo mella en su hipocampo, así que no lo ven como un obstáculo para presentarse como adalides de la libertad de expresión. En la memoria colectiva de los españoles ha quedado grabado un correo electrónico de un diputado de su partido como una prueba fehaciente de los intentos de interferir en el sistema judicial, pero en el hipocampo de los políticos del PP eso no dejó huella, así que hablan como si siempre hubiesen defendido la despolitización de la Justicia.

Me ha llamado muchísimo la atención el titular de la entrevista del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, este fin de semana en El Confidencial por lo que revela del hipocampo de los políticos. Ha dicho: ‘Si mi mujer estuviera sentada en el banquillo por corrupción, habría presentado mi dimisión’. La pregunta es inevitable: ¿Y habría usted presentado su dimisión si el que estuviera sentado en el banquillo por corrupción fuese su tesorero?

La memoria reside en el hipocampo, una parte del cerebro con forma de caballito de mar que se sitúa en el lóbulo temporal medial, que para entendernos es lo que está encima de las orejas. La próxima vez que coincidan con un político español, observen a ver si encima de las orejas tiene un hueco con forma de caballito. Eso explicaría su recurrente capacidad para olvidarse de las cosas que han dicho o han hecho sus partidos.

Pedro Sánchez Alberto Núñez Feijóo
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