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¿Pero quién diablos manda en Europa?
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Pilar García de la Granja

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Pilar García de la Granja

¿Pero quién diablos manda en Europa?

El espectáculo de la Unión Europea al que estamos asistiendo no tiene parangón. Una presidencia de la UE, un consejo con "comisarios", un presidente del Eurogrupo,

El espectáculo de la Unión Europea al que estamos asistiendo no tiene parangón. Una presidencia de la UE, un consejo con "comisarios", un presidente del Eurogrupo, un consejo asesor del Eurogrupo, un parlamento europeo, cientos de miles de euros en salarios, secretarias, billetes de avión, asesores... y ¿todo para qué? Pues para poco, porque de Durao Barroso para abajo nadie sirve para nada. Ni siquiera para hacer de mediadores. Aquí los únicos que mandan son Nicolas Sarkozy (un poco) y Angela Merkel (un mucho).

Fue el miércoles pasado cuando el funcionario número 33 alemán dijo que en la megacumbre de jefes de Estado y de Gobierno del domingo en Bruselas no se llegaría a ningún acuerdo, y así fue. Respondía el funcionario número 33 alemán a unas declaraciones pomposas de Durao Barroso, el número uno de la Unión Europea, asegurando que la Cumbre del domingo era "esencial para el futuro del euro". Y tanto. "Tan esencial" que, de momento, se retrasa a mañana. Atónitos estamos ante una megacumbre por tiempos.

A la bronca entre Merkel y Sarkozy (por la quita que tendrán que apoquinar los bancos franceses en Grecia), se une ahora de Cameron y Sarkozy ( por conceptos políticos sobre hacia dónde se dirige la Unión y el papelón de las instituciones europeas), la de Barroso y Merkel (sobre si hay que incrementar o no el Fondo de Rescate de países, los eurobonos y quién pone la ‘pasta’) y desde el viernes la de los bancos contra el sistema, ya que no están dispuestos a buscar de forma universal, y por obligación, 100.000 millones de euros en los mercados internacionales (nadie les presta y quien lo hace les cruje a intereses).

La UE ha tenido muchas ventajas cuando las cosas iban bien -en el caso de España incluso en las crisis autóctonas anteriores-, pero ahora la opinión pública está descontenta y demuestra una creciente desafección hacia Bruselas

Total, que este es el invento que nos ilumina. Paralizado, lleno de funcionarios cuya capacidad para gestionar crisis deja mucho que desear y con enormes ventajas salariales y fiscales. Con todo esto es normal que mucha gente esté hasta el gorro de cumbres, minicumbres y megacumbres… ¿A mayor gloria de quién? El domingo pasado a mayor gloria de España gracias a Sarkozy, quizá por eso de que sus bancos tienen sobre todo bonos griegos e italianos. Dijo el presidente francés que "España ya no está en primera línea de la crisis", que es como decir que hubo un tiempo no muy lejano en el que estuvimos al borde del precipicio, algo que la vicepresidenta Elena Salgado siempre negó.

Desafección hacia Bruselas

Angela Merkel, más moderada, pide a España una segunda vuelta de tuerca en los ajustes: los bancos alemanes tienen mucha exposición a la deuda pública y privada española, hasta 130.000 millones según el Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS) en su último informe de mediados de éste mes de octubre. Panorama, pues, altamente complicado.

Europa no ha sido capaz de ponerse de acuerdo en una solución para Grecia en dos años, siendo el país heleno el 2% del PIB, y parece altamente difícil que se llegue a un consenso sobre qué hacer con Italia en caso de que Berlusconi siga poniendo a prueba la paciencia de los socios más potentes. Es verdad que la UE ha tenido muchas ventajas cuando las cosas iban bien -en el caso de España incluso en las crisis autóctonas anteriores-, que gracias a las ayudas recibidas pudimos superar, pero ahora la opinión pública está descontenta y demuestra una creciente desafección hacia Bruselas. La confusión respecto de autoridades, líderes, mensajes, opiniones constantes descuadra hasta al más europeísta.

El espectáculo de la Unión Europea al que estamos asistiendo no tiene parangón. Una presidencia de la UE, un consejo con "comisarios", un presidente del Eurogrupo, un consejo asesor del Eurogrupo, un parlamento europeo, cientos de miles de euros en salarios, secretarias, billetes de avión, asesores... y ¿todo para qué? Pues para poco, porque de Durao Barroso para abajo nadie sirve para nada. Ni siquiera para hacer de mediadores. Aquí los únicos que mandan son Nicolas Sarkozy (un poco) y Angela Merkel (un mucho).