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Pilar García de la Granja

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Pilar García de la Granja

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Llevo meses, desde que se conoció la aparición de cuentas millonarias de Luis Bárcenas en Suiza, en Uruguay y en Panamá, intentando que alguien me responda

Llevo meses, desde que se conoció la aparición de cuentas millonarias de Luis Bárcenas en Suiza, en Uruguay y en Panamá, intentando que alguien me responda a una pregunta: ¿cómo es posible que un hombre cuya única actividad conocida era ser tesorero del PP, con un sueldo de 200.000 euros al año, pueda amasar esa fortuna? Aparentemente no ha heredado -a estas alturas lo sabríamos- ni a su mujer le ha tocado la lotería -también nos habríamos enterado-. 

Dicen personas cercanas a Bárcenas que el tesorero del PP tenía una "doble vida": una en el PP como funcionario del partido político y otra en las 'horas libres' en las que se encargaba de invertir ingentes cantidades en bolsa de él ¿y otros? con resultados espectaculares y cuyos rendimientos se encontraban a recaudo de bancos suizos. Así contada la historia, esto suena raro.

De momento, lo único que sabemos es que Bárcenas está en la cárcel sin fianza. El Gobierno de Mariano Rajoy no ha movido aparentemente un dedo para que suceda lo contrario. ¿Se imaginan el escándalo, si de repente cambian a las fiscales del caso? España entera, y con razón, habría sospechado de la medida y su relación con posibles irregularidades del partido en el poder.

En las últimas semanas, hemos conocido cómo Bárcenas no sólo ha cambiado de versión en varias ocasiones, sino que ha utilizado los medios de comunicación a su alcance para defenderse. La estrategia de defensa para un tipo gris al que le encuentras 50 millones de euros dispersos por el mundo, sin duda ha de ser complicada. Dice que tiene una cuenta A y otra B del PP de los años en los que fue cotesorero/gerente con otra alma caritativa (a pachas) que se llama Álvaro Lapuerta. Salvo que sean capaces de demostrar con papeles una contabilidad B, Bárcenas-Lapuerta no tienen clavo ardiendo al que agarrarse. Porque de esa supuesta contabilidad B se pagaban sobresueldos a algunos A, y a otros menos importantes. 

En el PP la sensación que da es que hay un grupo de chorizos, liderados por Luis Bárcenas, que, aprovechándose de su situación de privilegio, habrían conseguido sumas de dinero extraordinariasLos líderes del PP que cobraron sobresueldos por sus actividades aseguran que lo declararon a Hacienda. Aunque no lo hubieran hecho, el posible delito -administrativo- habría prescrito. Y, aunque fuera verdad, el único que tendría alguna responsabilidad moral/política de probarse que lo de los sobresueldos fue en dinero B cuando era ministro es el presidente del Gobierno; el resto -salvo Arenas- ya no están en la estructura directiva del PP.

En segundo lugar, está la supuesta financiación ilegal del PP, que de momento no se ha podido probar que sea irregular, pese a las filtraciones verídicas y falsas que se están haciendo a las redes de comunicación. Los famosos empresarios que supuestamente habrían pagado al PP lo han negado. En el caso de Castillla-La Mancha, la concesión de basuras supuestamente a cambio de 200.000 euros para el PP de Cospedal está en los tribunales. Ella, la secretaria general, ha ampliado su querella contra Bárcenas y los medios que han publicado posibles irregularidades en su gestión.

Llegados a este punto, sólo queda una pregunta, a mi juicio importante, sin responder: ¿de dónde sale la fortuna que amasa Luis Bárcenas? A mí me da la sensación de que estamos ante un hombre que, abusando de su posición privilegiada en el PP, probablemente cobraba a empresarios por 'hacer gestiones'. Igual les decía que el dinero era para el PP, pero en realidad se lo quedaba él en su mayor parte. Él solo, o en compañía. Y ese dinero suyo o de varios era el que terminaba en Suiza.

Hace muchos años, en mi libro Me equivoqué, editorial Planeta, escribí la historia de "Pepe el del Popular" contada en primera persona por el entonces presidente del Banco Popular, Luis Valls. Cómo, de forma increíble, el director de una sucursal de banco en Santander se montó un banco 'paralelo' gracias a su puesto de confianza. Eso causó una fractura en la confianza de los clientes de la entidad, además de un desfalco que hubo que cubrir. Nadie se dio cuenta hasta que fue demasiado tarde.

Pues bien, en el PP la sensación que se da es que hay un grupo de chorizos, liderados por Luis Bárcenas, que, aprovechándose de su situación de privilegio, habrían conseguido sumas de dinero extraordinarias. De los SMS publicados sobre las conversaciones Rajoy-Bárcenas sólo se deduce que había una relación. Normal, ¿cómo no vas a tener relación con el tesorero del partido que presides? ¿Se imaginan en cualquier empresa que no haya relación entre el presidente o CEO de la compañía con su contable? Pues eso.

Lo primero que tiene que hacer Bárcenas es explicar de dónde sacó esos 50 millones de euros. En segundo lugar, demostrar que no fue él solo, y, si es que hubo más en la cuadrilla, mostrar las pruebas contra ellos. Hasta ese momento, todo lo que se diga o se cuente es irrelevante para el caso, judicialmente hablando. Lo más fácil es contar medias verdades, mezcladas con opinión, con creatividad periodística, y alguna invención. Al final, se hace justicia cuando se es capaz de demostrar o no un delito. Otra cuestión es la responsabilidad política. En este punto, muchos echamos de menos una contundente manifestación del presidente del Gobierno en la que, ante los medios de comunicación, deje meridianamente claro que nunca tuvo nada que ver con lo que se investiga. Acto seguido, debería presentar una querella. Es la mejor manera de despejar dudas. Los actos de fe son personales, voluntarios y tienen que ver con Dios, no con los presidentes de Gobierno.  

Llevo meses, desde que se conoció la aparición de cuentas millonarias de Luis Bárcenas en Suiza, en Uruguay y en Panamá, intentando que alguien me responda a una pregunta: ¿cómo es posible que un hombre cuya única actividad conocida era ser tesorero del PP, con un sueldo de 200.000 euros al año, pueda amasar esa fortuna? Aparentemente no ha heredado -a estas alturas lo sabríamos- ni a su mujer le ha tocado la lotería -también nos habríamos enterado-.