El Gobernador 'dixit' ¿Qué piensa el Gobernador?

El pasado miércoles comparecía en la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados el Gobernador del Banco de España para informar sobre la evolución del crédito a las empresas y a las familias a fecha de enero. El inicio de su intervención ya fue llamativo. El Gobernador hablaba de un momento delicado para la economía española, pero también para la mundial, remontándose 80 años atrás para encontrar una situación de riesgo similar a la actual. Además, en su intervención, contextualizó la crisis española en el marco de una crisis global.

Los datos no son refutables, aunque sean a fecha de enero. El crédito a las familias y a las empresas españolas está creciendo a una tasa interanual del 5,8% y los préstamos concedidos a los hogares para la compra de una vivienda muestran una tasa de crecimiento cercana al 4%, superior a los créditos al consumo. Los fondos concedidos a las empresas presentan un dinamismo mayor, un crecimiento de un 6,1%, aunque por sectores, la desaceleración es mucho más acusada en la financiación de las empresas de la construcción y las dedicadas a la promoción inmobiliaria.

Es obvio que en un contexto como el actual el crédito ha disminuido en todas las economías, y, sobretodo, en la zona euro, pero también es cierto que en nuestro país la desaceleración es más elevada por los déficits estructurales de nuestra economía. Cuando falla el mercado inmobiliario fallan todos los sectores. Si tan claro tenemos que el compartimiento del crédito es cíclico y que cuando la economía crece los préstamos lo hacen más y cuando hay una fase bajista hay una contracción del crédito ¿por qué pedirle a los bancos que traten con cariño a las familias y que le den créditos a las empresas? Si ya sabemos que en las fases bajistas las familias y las empresas gastan menos y, consecuentemente, necesitan menos fondos. Y, además, tienen menos expectativas de futuro. Si a la elevada tensión financiara le acompaña una pérdida de confianza brutal ¿por qué no se adoptan medidas más eficaces y se informa en el momento adecuado? ¿Cuánto tiempo ha pasado para que el señor Gobernador hable de una recesión y crecimiento negativo de la economía?

Es esclarecedor que el Sr. Gobernador nos dijera que según la encuesta de préstamos bancarios la demanda de préstamos del sector privado se estaba reduciendo desde finales del año 2006, antes del estadillo de la crisis financiera internacional y más en línea con los primeros signos incipientes -yo no lo creo así, puesto que los primeros signos ya se veían en abril de 2004- de un proceso de ajuste de la propia economía española, que la financiera ha acelerado. En el lado de la oferta, pasa lo mismo. Cuando el PIB decrece, las familias y las empresas no pueden pagar y las entidades financieras desvían los fondos a cubrir la morosidad -cada vez más preocupante en nuestro país-, a corregir al alza la evaluación de los créditos y a endurecer los criterios para la concesión de los nuevos préstamos. Y es lógico: las expectativas de crecimiento de la economía española están lastradas por el mercado de la vivienda y la solvencia de los consumidores.

Por tanto, un futuro negro, con riesgos que hay que tener en cuenta. Aunque se han adoptado medidas, éstas tienen un recorrido limitado. Habrá que adoptar más. Pero, sobre todo, hay que dirigirlas a las familias y a las empresas. Y la solución no está en la disponibilidad abundante de financiación crediticia. Porque antes de la crisis financiera “la economía española acumulaba una serie de desequilibrios internos que habían ido socavando su dinamismo y que hacían inevitable un ajuste, que habría podido ser gradual si las circunstancias internacionales no hubiesen cambiado radicalmente”. Dijo el Gobernador. Con claridad meridiana. Evidentemente, más crédito forma parte de la solución, pero hay que conseguir que las familias y las empresas recuperen la confianza en sus rentas futuras y sepan cómo gastar, consumir e invertir. Y esto es un círculo vicioso como decía el Gobernador: los consumidores gastan menos porque no tienen seguridad futura; las empresas invierten menos y contratan menos porque no esperan demanda y las entidades financieras prestan menos porque les preocupa la solvencia de los prestatarios. ¿Cómo se sale de esto? Dijo el Gobernador que de la crisis se sale cuando salga Estados Unidos.

En mi opinión, aún compartiendo en parte esto, hay que ir a la raíz del problema. Y el problema en España está en la vivienda, hace muchos años y ahora.

Antes, porque desde el Banco de España la vivienda se consideraba una inversión que producía un efecto riqueza en las familias. Como tengo casa en propiedad (la mayoría en copropiedad con el banco), puedo hipotecarla, comprar otra, financiar el consumo y montar una empresa. Y en la vejez, con una hipoteca inversa disfrutaré de un mejor bienestar en los últimos años de mi vida. Y la vivienda se revalorizaba. Pero esto no era así realmente. Quien tiene hipotecada su vivienda y no puede hacer frente a los pagos, ¿también tiene ese efecto riqueza? ¿y quien no la ha podido comprar por los precios tan altos?

Y ahora, porque tenemos unos dos millones de viviendas sin vender, nuevas y de segunda mano, en manos de los bancos, de los particulares y de los promotores. Y seguimos prometiendo más viviendas. Libres y protegidas. Sinceramente, ¿alguien piensa que en España se pueden construir más viviendas? ¿Pero no son suficientemente clarificadores los datos de los visados, de los registradores, de los tasadores, del INE con los créditos hipotecarios, etc? Tenemos viviendas construidas para los próximos 10 años y suelo recalificado para los próximos 20.

Y aunque el Banco de España dijera en 2004 -por cierto, no estaba él- que el crecimiento del mercado inmobiliario español no respondía a los fundamentales y el señor Gobernador dijera en su comparecencia que “no estaba dispuesto a denigrar la inversión en vivienda”, lo cierto es que en nuestro país el problema ha estado y está en la vivienda.

Mientras que no se dé salida al stock de viviendas existentes no podremos salir de esta crisis, aunque lo haga Estados Unidos. Y medidas, hay muchas. Las primeras, las fiscales en el sector inmobiliario. Por cierto, el Gobernador siempre se negó a aplicarlas. En la comparecencia no dijo nada. ¿Qué piensa el Gobernador?