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¿Estudias o trabajas?
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María Antonia Trujillo

Fuera de Gobierno

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¿Estudias o trabajas?

La Vicepresidenta Segunda del Gobierno, Elena Salgado, manifestaba ayer, durante el debate de totalidad de los PGE para 2010, que la crisis económica en España se

La Vicepresidenta Segunda del Gobierno, Elena Salgado, manifestaba ayer, durante el debate de totalidad de los PGE para 2010, que la crisis económica en España se ha manifestado principalmente en el empleo con la destrucción de cientos de miles de puestos de trabajo derivados mayoritariamente del ajuste violento del sector de la construcción. Para afrontar esa situación mencionaba los esfuerzos del Gobierno de España con la puesta en marcha de un enérgico plan de estímulo de la actividad económica y del empleo mediante todo tipo de instrumentos articulados en el centenar de medidas del Plan E, entre las que destacaba el Fondo de Inversión Local. Decía también que, como el Gobierno se ha mantenido firme en sus compromisos de política social, ha priorizado las ayudas y la protección a los sectores más afectados, entre los que se encuentran los trabajadores que han perdido su empleo.

           

Es obvio. Actualmente, el principal motivo de preocupación para todos es el desempleo. Y hacia la solución de este problema hay que dirigir las medidas. Sean bien recibidas las coyunturales y temporales. Pero vayamos también a las estructurales y permanentes.

 

De forma reiterada se oye que algunas de las características estructurales de nuestra economía son el elevado peso de sectores intensivos en mano de obra poco cualificada y una fuerte segmentación del mercado laboral que llevan a que el empleo sea muy volátil a lo largo del ciclo de modo que en las recesiones se destruye empleo con mucha rapidez y el coste del ajuste recae de forma desproporcionada sobre el empleo temporal. ¿Es esto cierto? ¿Cuáles son las causas de este modelo laboral?

           

Como he dicho en muchas ocasiones, en el fondo de esta crisis late la crisis de nuestro modelo económico, de nuestro modelo de crecimiento. Un modelo que se ha basado fundamentalmente en el sector inmobiliario, con una etapa de expansión de mayor duración que en otros ciclos y con un ajuste brusco en poco tiempo. Y de aquí hay que salir.

Aunque desde el 2004 se está apostando por un modelo más sostenible, por una nueva economía “que permita crear empleo estable y de calidad, mejorando el bienestar de la sociedad” -como decía la Vicepresidenta económica- este modelo requiere tiempo, formación y músculo financiero. Pero el tiempo va pasando y el crédito no fluye. ¿Y la formación? ¿Y la educación?  

 

En este contexto llama hoy la atención el escaso eco oficial y mediático del desempleo entre los jóvenes, al contrario de lo vivido en los últimos años sobre su acceso a la vivienda. Resulta rotundamente claro que para independizarse, para emanciparse, hay que tener empleo. Y si se tiene trabajo se puede acceder a una vivienda. Esta afirmación es un clásico en los informes y trabajos del Consejo de la Juventud de España. Y en las Estimaciones de la Población Actual de España del INE se observa que más del 65% de los jóvenes de nuestro país con edades comprendidas entre 25 y 29 años viven con sus padres, a diferencia de lo que sucede en países del norte y centro de Europa donde la independencia de los jóvenes en un porcentaje mucho mayor se alcanza mucho antes.

 

El porqué de esta situación -empleo y vivienda- lo ha analizado el Consejo de la Juventud en sucesivos informes desde su creación. Los años 80 presentaron unas tasas de paro superior al 20% y ya este organismo elaboró las bases para una política de empleo juvenil que son todavía la referencia para el Consejo. En la década de los 90 los jóvenes tenían mayores oportunidades de empleo, pero había más contratación temporal. Y ya empezaban a preguntarse “¿Dónde están las llaves?”, porque la edad de emancipación se estaba convirtiendo en una de las más altas de Europa debido al desempleo y a la imposibilidad de acceder a una vivienda. A pesar de los esfuerzos realizados por el Observatorio Joven de la Vivienda -acompañado de políticas públicas para ellos por parte del Gobierno de España- la pregunta seguirá sin tener respuesta mientras en nuestro país sigamos preguntando ¿estudias o trabajas?

 

Y es que en España, a diferencia de otros muchos países, europeos y del resto del mundo, el prejuicio de falta de igualdad de oportunidades en el acceso a los estudios universitarios -y previos- nos ha llevado a ser un país no sólo con muchos titulados universitarios y con escasa mano de obra cualificada sino a ser un país donde estudias o trabajas. Las estadísticas nos muestran que todavía hoy, después de 30 años de democracia, el porcentaje de jóvenes que estudian y trabajan es infinitamente menor respecto a los que estudian o trabajan. Estudiar y trabajar –desde los 16 años- es habitual en nuestro entorno europeo. También en EEUU. Unas horas, fines de semana, jornada partida e, incluso, jornada completa. Pero, ¿qué efecto tendría sobre las tasas de paro en nuestro país el que los estudiantes en edad laboral fueran también demandantes de empleo? ¿Está nuestra economía preparada para ello? ¿Y nuestras estadísticas?

 

La última entrega del Observatorio Joven de Empleo del Consejo de la Juventud de España, con datos que corresponden al primer trimestre de 2009, demuestra que, una vez más, los jóvenes vuelven a ser uno de los colectivos más afectados por la crisis económica. El paro afecta al 27,4% de los jóvenes entre 16 y 29 años de nuestro país, frente al 22,2% del trimestre anterior. Para el Consejo “una escalada ascendente y preocupante” si se tiene en cuenta que el año se inició con una tasa de paro del 15,6%. Esto quiere decir que el número de parados es un 71,5% superior al número de parados correspondiente al primer trimestre del año 2008. Desagregados por sexo, en el caso de los varones se pasa del 23% del trimestre anterior al 28,7% y, en el caso de las mujeres, la tasa de paro aumenta casi en la misma proporción que la de los varones, situándose actualmente en el 25,9%.

 

Otros datos significativos son que el aumento del paro afecta casi en la misma proporción a los jóvenes de distinta nacionalidad y se concentra básicamente en el sector servicios (el 70,4% de los ocupados). Mientras hay más mujeres que varones que trabajan en el sector servicios (un 87,6% frente al 55,3% de los varones) la relación se invierte en el caso de la construcción (19,7% entre los varones y sólo un 1,9% en el caso de las mujeres). Ahora bien, mientras hay más jóvenes europeos que extranjeros ocupados en el sector servicios (más de siete puntos por encima), en el caso del sector de la construcción hay más extranjeros ocupados (el 15,9%) que ciudadanos españoles y europeos (10,3%). Y, por supuesto, en la misma dirección que señalan las estadísticas estatales, el sector de la construcción ha ido perdiendo ocupados jóvenes trimestre a trimestre. A principios de este año había 60.000 jóvenes menos trabajando en la construcción de los que había en el último trimestre de 2008. Y en cuanto al nivel educativo, las menores tasas de paro se encuentran entre aquéllos que han cursado estudios de FP Grado  Superior o estudios universitarios.

 

Para contribuir a solucionar esta preocupación de todos, los jóvenes también reivindican el fomento de la formación cualificada (mediante un sistema eficaz de formación con suficientes recursos que permita conectar el mundo laboral con el sistema nacional de cualificaciones), la adecuación del puesto de trabajo a la titulación, categoría profesional y salario, y un mayor gasto en políticas de I+D+I para avanzar hacia esa nueva economía, más productiva y con empleos más estables y de calidad de que hablaba Elena Salgado en su defensa de los PGE para 2010.

 

No sólo es cuestión de tiempo y músculo financiero. También de formación. Para tener llaves hay que tener empleo. Y para tener empleo nuestro sistema educativo tiene que cambiar.

La Vicepresidenta Segunda del Gobierno, Elena Salgado, manifestaba ayer, durante el debate de totalidad de los PGE para 2010, que la crisis económica en España se ha manifestado principalmente en el empleo con la destrucción de cientos de miles de puestos de trabajo derivados mayoritariamente del ajuste violento del sector de la construcción. Para afrontar esa situación mencionaba los esfuerzos del Gobierno de España con la puesta en marcha de un enérgico plan de estímulo de la actividad económica y del empleo mediante todo tipo de instrumentos articulados en el centenar de medidas del Plan E, entre las que destacaba el Fondo de Inversión Local. Decía también que, como el Gobierno se ha mantenido firme en sus compromisos de política social, ha priorizado las ayudas y la protección a los sectores más afectados, entre los que se encuentran los trabajadores que han perdido su empleo.