Multifacha, así te arrincona Moncloa: genocidio, Franco, inmigración

Si crees que la operación militar de Israel sobre Gaza no es un genocidio es que eres proisraelí y no te importan nada el pueblo palestino, aunque para ti sea una masacre aberrante. Eres un facha, versión belicista.

Si crees que no tiene ningún sentido que el catalán, el gallego y el euskera sean oficiales en la Unión Europea es que eres un españolazo uniformador que ataca la diversidad lingüística. Aunque recites a Margarit y cantes a Kortatu. Un facha, versión una, grande y libre.

Si crees que indexar las pensiones al IPC no es la mejor medida para la sostenibilidad del sistema y que además no contribuye a resolver el problema de los salarios, especialmente en los jóvenes, es que eres insensible a los desvalidos jubilados que tanto han hecho por nosotros. También los de la pensión máxima. Eres un facha, versión ultraliberal.

Si crees que las medidas contra el calentamiento global no deben subyugar la competitividad de las empresas es que eres un ser abyecto que quiere dejar un planeta peor a las siguientes generaciones, aunque consideres que quienes pagan el pato son los que no llegan a fin de mes y siguen con su coche de quince años porque no tienen dinero para un vehículo eléctrico. Eres un facha, versión negacionista.

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Si crees que lo que hay que conmemorar no es la muerte de Franco, sino la proclamación de Juan Carlos I, es que empatizas con el dictador, aunque seas de una generación nacida en libertad y creas que la democracia liberal es lo que mejor que nos ha pasado. Eres el auténtico facha nacional.

Si crees que la gestión privada mejora la prestación de los servicios públicos esenciales, es que quieres cargarte la sanidad pública porque las clases más desfavorecidas no te importan nada. Eres un facha, versión clasista.

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Si crees que la educación privada y concertada complementan positivamente la oferta educativa, es que quieres acabar con la educación pública. Eres un facha, versión elitista.

Si crees que la política migratoria no puede ser de puertas abiertas, es que no te importa que los migrantes se hundan en el Mediterráneo. Eres un facha, versión racista.

La mala noticia es que estos ocho argumentos no son excluyentes, sino complementarios: en el mundo de hoy es muy fácil que seas un multifacha, sobre todo si vives en España. La buena es que no es culpa tuya, es consecuencia de un mundo polarizado y de un Gobierno que plantea todos los debates políticos en términos de buenos y malos y en el que los matices no existen. Ahí está la clave.

La estrategia de La Moncloa es tan inteligente y bien ejecutada como antigua. El primero que la describió fue George Lakoff (Estados Unidos, 1941) en su libro "No pienses en un elefante", que en España editó Península y que sostiene una teoría tan certera como sencilla: si yo te digo que no pienses en un elefante es imposible que en tu cabeza no aparezca la imagen del paquidermo. Es decir: quien establece el marco del debate gana. Y esa es la mejor herramienta de manipulación: controlar los marcos mentales.

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El caso de los cincuenta años de la muerte de Franco es paradigmático. Yo personalmente creo que si vamos a celebrar medio siglo de democracia es mucho mejor fijarnos no en el 20N, sino en el 22, cuando fue proclamado Juan Carlos I. Así no conmemoramos el final del franquismo, sino el comienzo de la Democracia. Pero el Gobierno quiere que hablemos de Franco en términos de buenos y malos, y por eso establece ese marco: si yo no estoy de acuerdo con que haya un centenar de actos sobre Franco es que en el fondo soy un franquista, y explicar mi posición exige, cuando menos, de un par de minutos. Otra vez facha.

Con Israel sucede lo mismo: da igual que pienses que es una masacre intolerable y que debe finalizar. Si no dices que es un genocidio es que estás con Benjamin Netanyahu. Ese es el marco que el Gobierno ha establecido en la opinión pública. ¿Y con la inmigración? Da igual que consideres que España debe integrar aún millones de inmigrantes y que debe hacerse de forma ordenada. Y así con los otros seis asuntos: elitista, racista, clasista, negacionista y antisocial... el modelo es el mismo, y la derecha española está permanentemente cayendo en esta red de bajura.

Hete aquí que esta semana ha saltado la sorpresa: el PP no ha entrado a criticar la decisión de Sánchez de enviar el patrullero Furor a escoltar la flotilla de barcos que zarpó de Barcelona hace tres semanas con ayuda humanitaria para Gaza. Y no ha entrado, según explican en Génova, porque eso es comprar el marco a Moncloa y hacerles un favor: no hablar de las novedades judiciales en torno a Begoña Gómez y de David Sánchez. ¡Aleluya!

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Es curioso, porque en su libro Lakoff aseguraba en 2004 que en Estados Unidos los republicanos han sido mucho más efectivos que los demócratas en establecer y difundir sus marcos. Sin embargo, ahora es al revés. Durante décadas, los republicanos desarrollaron think tanks y sociedad civil para construir un discurso coherente basado en valores conservadores. En cambio, según el autor, los demócratas se centran en hechos y políticas concretas sin prestar atención al marco narrativo. Conclusión: los datos por sí solos no cambian las creencias de las personas si no están enmarcados dentro de valores y emociones compartidas.

Las técnicas de manipulación de los gobiernos son infinitas, pero no los temas de debate que puede asumir una sociedad libre. Si sólo se habla de lo que quiere el Gobierno, sea el que sea, habrá ganado la batalla de la opinión pública. Y ahí es donde se empiezan a ganar las elecciones: porque, como sostiene Lakoff, el lenguaje, los marcos mentales y la política están profundamente entrelazados.

PD: Si piensas que la calificación de Gobierno "progresista" es otra manipulación del lenguaje, porque ¿quién no quiere el progreso para su país?... es que sigues siendo un facha, pero estás empezando a abandonar los marcos mentales de la izquierda. Enhorabuena, multifacha.