"Pedro, aparta tus sucias manos de mi oasis de prosperidad"

Como si no tuviera suficiente con gestionar la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso tiene desde hoy otra misión en la vida: acabar con las 'fake news'. Un marrón considerable que le pidió el presidente de su partido, Pablo Casado, al presentarla en el desayuno organizado hoy en el Foro Nueva Economía. No solo eso, le pidió que se preocupara de la “simetría informativa”, tras una campaña de ensañamiento y acusaciones hacia su persona y su familia “sin recorrido alguno”. Avalmadrid, aparta de mí ese crédito.

Pablo Casado se refirió a ella como “la amiga Isabel”. Dijo de ella cosas que ya esperábamos. Que es el gran contrapeso del Gobierno socialista de Pedro Sánchez. Que es una política de raza y una liberal sin complejos. Le faltó decir que es una mujer que se viste por los pies, pero no está el horno para bollos y para 'memes'.

La presidenta de la Comunidad de Madrid salió agradecida y emocionada. Pero aclaró que sus ojos vidriosos no eran tanto por las palabras del jefe sino por culpa de un catarro.

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David Fernández

Leyó un discurso sin voz nasal pero con pocas ganas. Pronunció 'palabros' como 'bibloquismo' y 'bifrontismo'. También 'comunismo bolivariano' y 'sectarismo rabioso'. Tiene una la impresión de que cogió el discurso de su investidura e hizo una versión más resumida. Sin más. Un autoplagio con desgana. Díaz Ayuso 'director’s cut'. Un plomazo, vamos.

Pero ni el constipado ni el semblante de febrícula le impidieron decir algunas peritas en dulce. Otro motivo por el que dar las gracias al que inventó el paracetamol. Porque su equipo luchará contra ese “Gobierno de nombre socialista y apellido comunista” que “no puede soportar” lo que se hace en Madrid. Luchará, dijo, en los tribunales y en la calle.

Ni el semblante de febrícula le impidió decir algunas peritas en dulce. Otro motivo por el que dar las gracias al que inventó el paracetamol

“Le pedí a Pedro Sánchez que no hiciera nada”, dijo de su conversación con el señor alto en funciones. La escuchó tranquilo, “porque no sabe lo que hace”. “Les encantaría intervenirnos y obligarnos a subir impuestos”, afirmó.

Y luego, ya saben. Lo de la libertad, la igualdad de oportunidades, la bajada de impuestos y que Madrid es un ejemplo a seguir. Y por eso, Pedro, aparta tus sucias manos socialistas de mi cortijo. Al acabar su intervención, ladeó ligeramente la cabeza, como hace siempre que acaba una frase que supone redonda.

Los invitados, según avanzaban los minutos, se entregaban al calor del café y del cruasán. Y eso que llegaron con ganas y con las expectativas puestas en la presidenta de la Comunidad de Madrid. Porque a eso de las 8:30, el padre Ángel ya estaba por la calle de Alcalá con la bufanda almidoná. Qué ser tan extraordinariamente productivo y transversal. Está en todas partes, con permiso del Altísimo.

Lo mejor de la mañana, a falta de ayusadas, fue volver a verlos. A ellos. A dos de mis personas favoritas en política. Rafael Hernando y Carlos Floriano. Charlaban con la tranquilidad del que no tiene ninguna prisa por lo que ocurrirá el resto del día. Qué bien se vive sin la amenaza del sanchismo. Y sin febrícula.