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El tabú, el eufemismo, lo pueril
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Ángeles Caballero

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El tabú, el eufemismo, lo pueril

Lo único bueno de la muerte de Ari Behn es el comunicado. Breve, directo, sin concesión alguna al eufemismo y a lo pueril de estos tiempos en los que la muerte sigue teniendo algo de tabú

Foto: Imagen de Anemone123 en Pixabay.
Imagen de Anemone123 en Pixabay.

"Con gran dolor en el corazón, los familiares más cercanos de Ari Behn informamos hoy de que se ha quitado la vida. Pedimos respeto a nuestra vida privada de ahora en adelante". Así acaba el comunicado del representante del que durante unos años fue yerno de los reyes de Noruega. El suicidio, un acto valiente del que piensa que la vida sobra, que no compensa.

Se quitó la vida en plenas navidades, mientras seguramente recibía en su teléfono móvil algún video de elfos cantando, o uno de esos odiosos mensajes sin personalizar. “Mis mejores deseos en estas fiestas para ti y los tuyos”. Algo así pero en noruego. Vencieron las sombras.

Se suicida Ari Behn, el exmarido de Marta Luisa de Noruega

Lo único bueno de la muerte de Ari Behn es el comunicado. Breve, directo, sin concesión alguna al eufemismo y a lo pueril de estos tiempos en los que la muerte sigue teniendo algo de tabú y algunas enfermedades van acompañadas del estigma y del silencio. Ari se suicidó. Respeto.

Los medios no han tenido más remedio que recogerlo y titularlo tal cual. Con lo que les gusta recurrir a la muerte como algo que sucede “tras una larga enfermedad”. Como si solo fuera el cáncer el mal que dura demasiado. Como si nadie se suicidara. Como si no existieran la demencia, la ELA o cualquier otra enfermedad degenerativa. Y los más morbosos se han quedado sin ese caramelo del “hallado en extrañas circunstancias”, que generaría un sinfín de elucubraciones, de conspiraciones varias.

Los más morbosos se han quedado sin ese caramelo del “hallado en extrañas circunstancias”, que generaría un sinfín de elucubraciones

Hace unos días, me hablaron de una mujer a la que solo he visto una vez. Entonces me pareció encantadora, ligera y luminosa. De ésas a las que parece que la vida ha bendecido siempre. Con una familia que la quiere, con trabajo, casa y ninguna deuda. Una mujer a la que desde hace más de 20 años veo siempre sonriente en su perfil de Facebook, con alguna que otra concesión a la nostalgia. Algo infantil, siempre dando gracias por lo que le he tocado vivir.

Esa mujer lleva ahora a sus espaldas una depresión que le quita las ganas de vivir. No ha querido contarlo, ha intentado maquillarlo con la enésima foto de su sonrisa perfecta. No habrá sido tema de conversación en la cena de Nochebuena. Está triste, eso es todo. Y que si me pasas la sal. Y que a ver si tenemos gobierno de una vez.

Foto: Marta Luisa y Ari, el día de su boda. (Getty)

No quiere que nadie la llame ni le pregunte cómo está, porque lo único que necesita es que los médicos la curen y la saquen del infierno. Un infierno muy parecido por el que viajó Ari Behn y que relató en un libro. Un sitio irrespirable que padecen demasiadas personas en todo el mundo, y que en muchas ocasiones termina con el suicidio.

Como le pasó a 3.539 personas en España en 2018. Sigue siendo la primera causa de muerte externa en nuestro país. Siete de ellos tenían menos de 15 años. Once de ellos tenían más de 95. La vida, en definitiva, les sobraba.

Hay algo en nosotros que pesa demasiado. Se llama culpa, vergüenza. Por eso, si nos preguntan, a la depresión la definimos como una mala racha

Se ha escrito y se ha contado muchas veces. Se ha intentado verbalizar otras tantas. No es suficiente. Hay algo en nosotros que pesa demasiado. Se llama culpa. Se llama vergüenza. Por eso, si nos preguntan, a la depresión la definimos como una mala racha. Por eso preferimos contar que alguien nuestro tiene cáncer, o le funciona mal el corazón, antes que admitir, que exponer, que es alcohólico o que tiene brotes psicóticos que le mantienen en una constante montaña rusa.

Se trata de preservar la intimidad del enfermo, sí. Pero también se trata de evitar que existan enfermedades de primer y segundo plano. Es suicidio. Es depresión. Es alcoholismo. Nadie está a salvo de cometerlo. Nadie está a salvo de padecerlo. Nadie debería silenciarlo.

"Con gran dolor en el corazón, los familiares más cercanos de Ari Behn informamos hoy de que se ha quitado la vida. Pedimos respeto a nuestra vida privada de ahora en adelante". Así acaba el comunicado del representante del que durante unos años fue yerno de los reyes de Noruega. El suicidio, un acto valiente del que piensa que la vida sobra, que no compensa.

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