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Abascal, esta casa no es la tuya
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Ángeles Caballero

Ideas ligeras

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Abascal, esta casa no es la tuya

Llegó al estudio con andares de cabeza de cartel, con la chaqueta y la camisa prieta, tirantes perfectamente alineados, para barrer en el telediario de las nueve, con media España cenando

Foto: Santiago Abascal y Carlos Franganillo, durante la entrevista. (RTVE)
Santiago Abascal y Carlos Franganillo, durante la entrevista. (RTVE)

Santi Abascal es siempre Santi Abascal, pura fuerza, la bravura de la España viva, y ahora también es el de los 52 diputados, la tercera fuerza del Congreso de los Diputados y la llave de los Gobiernos regionales de Madrid, Murcia y Andalucía. Pero Carlos Franganillo no es ni Pablo Motos ni Bertín Osborne. Carlos Franganillo no ríe las gracias a los entrevistados. Les repregunta. Y les seca la boca.

Abascal llegó al estudio de TVE con andares de cabeza de cartel, con la chaqueta y la camisa prieta, tirantes perfectamente alineados, dispuesto para barrer en el telediario de las nueve, con media España cenando. Vestido de café, copa y puro.

Pero qué mal se pasa cuando el argumentario lo has preparado con prisa y te fallan algunos predicados. Qué mal se pasa cuando la sencillez de los mítines se convierte en simpleza en las entrevistas. Al menos nos libró de lo de la dictadura progre, más manido que decir 'networking'.

Foto:  Santiago Abascal durante la entrevista.

A ratos pareció un partido de tenis, pero también fue un festival de respuestas sin sentido. Como ésa en la que el líder de la tercera fuerza política intentó explicar que si el 86% de las víctimas de violencia por parte de parejas o ex parejas son mujeres no es porque exista un problema específico, sino que se trata de un “problema ideológico”. “Muchas mujeres piensan como nosotros”, dijo. Ah, me quedo mucho más tranquila, entonces.

¿Y qué opina de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos avalando ahora las "devoluciones en caliente" en la valla de Melilla? “Estamos a favor de las devoluciones en caliente, en templado o en frío”, aclaró el presidente de Vox. Simple como un botijo.

¿Y qué me dice del vídeo de una performance en Brasil con el que ilustraban un tuit de la cuenta oficial de su partido sobre el mal llamado pin parental? “Queremos denunciar el acercamiento sexual a los menores y a menores muy menores”. Se me quedó la empanadilla en la tráquea, diputado. Pero le he preguntado por el vídeo, apuntó Franganillo. Y ni un vaso de agua que llevarse a la boca. “Bueno, el vídeo puede estar descontextualizado”. Pero aclaró que Díaz Ayuso ha dicho que Vox tiene razón, lo que pasa es que el PP y Ciudadanos tienen miedo de abrir ese melón. Como tantos otros. Por supuesto.

"Estamos a favor de las devoluciones en caliente, en templado o en frío", aclaró el presidente de Vox. Simple como un botijo

Hubo otro momento delicioso al hablar del gobierno de coalición. Porque Vox es constitucional, faltaría más, pero los que se reúnen cada martes en el consejo de ministros son “un gobierno legal pero ilegítimo”. El periodista de TVE le dejó claro que ese juego de palabras no colaba demasiado, que a ver si lo aclaraba. De vez en cuando, Abascal miraba a otro lado (una imagina que a alguno de sus asesores, pidiendo no se sabe si auxilio, un dato o un Ribera del Duero). Es ilegítimo, aclaró, porque Sánchez ha engañado a los votantes y es un fraude.

Venezuela y el separatismo catalán tienen la sartén por el mango de la gobernabilidad de España. Hasta aquí, nada que no supiéramos. Pero el giro de 180 grados de Sánchez (otro) al referirse a Juan Guaidó como líder de la oposición en Venezuela tiene una explicación que solo sabe Abascal. Afirmó que la “dictadura de Maduro” tiene una información sobre Podemos tan secreta y comprometida que ríete tú de las ‘bombas’ de Kiko Hernández en Sálvame.

Qué largo se te hizo, Santiago

¿Y de qué se trata?, preguntó el periodista. Abascal insistió en que a él le consta que semejante información la tiene Venezuela y le interesa a la fiscalía de Bolivia. “¿Pero tienen esos documentos?”, repreguntó el periodista. “No los tenemos pero hemos pedido que se investiguen”, remató el político, deseando que alguien hiciera como en la adolescencia, cuando algún gamberro llamaba al colegio con una falsa amenaza de bomba justo el día que había examen.

Y ya para terminar, dijo Franganillo, con la cara de bueno con la que uno posa para las fotos de primera comunión, vamos a ver este vídeo suyo. Le tocó a Abascal verse a sí mismo diciendo en el atril del Congreso de los Diputados que el 69% de las violaciones grupales las cometen los extranjeros, que son solo el 10% de la población. El autor del estudio al que se refiere en esa intervención, aclaró el periodista, dice que esos datos están malinterpretados. “¿No le parece peligroso?”, insistió. “Lo que es peligroso es ocultar los datos”, respondió Abascal.

Qué largo se te hizo, Santiago. Deseando estabas que llegara la información del tiempo. Con sus isobaras y las fotos de puestas de sol de los telespectadores. “Ha sido un placer”, le dijiste a Franganillo. Éste, en cuanto se apagaron las luces, alargó la mano para estrechar la tuya. Su casa no es la tuya, ¿verdad?

Santi Abascal es siempre Santi Abascal, pura fuerza, la bravura de la España viva, y ahora también es el de los 52 diputados, la tercera fuerza del Congreso de los Diputados y la llave de los Gobiernos regionales de Madrid, Murcia y Andalucía. Pero Carlos Franganillo no es ni Pablo Motos ni Bertín Osborne. Carlos Franganillo no ríe las gracias a los entrevistados. Les repregunta. Y les seca la boca.

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