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"Cultura es un instituto y no Nacho Cano"
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Ángeles Caballero

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"Cultura es un instituto y no Nacho Cano"

Se abre el telón. Pasa un coche. Se baja el cristal de la ventanilla y emerge el conductor. Grita bien alto y claro: “¡Fuera Nacho Cano!”. Baja la ventanilla y sigue su camino. Se cierra el telón

Foto: Aspecto del proyecto que ha presentado el músico Nacho Cano. (EC)
Aspecto del proyecto que ha presentado el músico Nacho Cano. (EC)

El distrito de Hortaleza es uno de los más populosos de la ciudad de Madrid. En él viven unas 200.000 personas y tiene una de las brechas económicas más agudas de la capital, porque no mucho se parecen los vecinos de Canillas a los de la Piovera. A un lado, la parte histórica, de edificios modestos, locales humildes; al otro, chalés, mucho verde y la zona residencial, tan cercana al Parque del Conde de Orgaz.

Pero ahora hay algo que los une, al menos al puñado de vecinos que charlaban ayer por la tarde a la altura del número 40 de la avenida de Machu Picchu. Ninguno quiere que el descampado en el que ahora conversan y en el que pasean a sus perros se convierta en un teatro con forma de pirámide de 30 metros de altura y un 'parking' de 400 plazas para honor y gloria del músico Nacho Cano.

Foto: Aspecto del proyecto que ha presentado el músico Nacho Cano (EC)

La zona, además, contiene una colección de anécdotas para los amantes de la cultura popular. Cerca de aquí falleció Carmina Ordóñez, su hijo Julián abrió y cerró un restaurante, sirvió de escenario para otro de los supuestos pufos de José Luis Moreno —el Coliseo de las Tres Culturas— y en uno de los chalés cercanos se rodaron los exteriores de la serie ‘Médico de familia’.

El proyecto de Cano (incluye un musical sobre Hernán Cortés “de impresionante calidad y producción multinacional”), publicado y detallado por 'Hortaleza Periódico Vecinal', tiene un poco de todo. Andrés pasea a su perra y tiene muchas ganas de hablar. El miércoles acudió a la Junta de Distrito a pedir información y el funcionario les ayudó, dice, más bien poco.

placeholder La ubicación del solar, en pleno barrio de Hortaleza. (Google Maps)
La ubicación del solar, en pleno barrio de Hortaleza. (Google Maps)

Nos dieron un plano de la zona, que deja claro que esto es una parcela dotacional para uso público, nunca con fines lucrativos. Y luego nos dieron el plan especial del Coliseo de las Tres Culturas, la idea era de José Luis Moreno, que es de 2007. No había información de después, nos lo enseñó el funcionario en la pantalla del ordenador. Nos dijo como excusa que esto es un tema político y que él no puede hacer nada”, declara. Veinticuatro horas después, Andrés se ha enterado de todo por la prensa.

Él vive justo enfrente de ese descampado que ahora luce “mucho mejor que hace tres meses. Esto estaba salvaje y de repente nos hemos encontrado con esta limpieza tan inusual. Ya lo están preparando”, dice. Una vecina interrumpe la conversación: “¡Pero si ya están hasta marcados los árboles para la tala! Que esa es otra. Encima talan árboles”. Ambos pagaron por una zona residencial y por un silencio que desde hace tiempo ha dejado de ser tan evidente. “La cultura es un instituto y no Nacho Cano. ¡Cómo va a ser cultura un señor que se viste de Napoleón para recibir una medalla de la ciudad! Eso sí, menudas vacaciones del copón”, protesta otra señora, que debe rondar los 60, arregladísima y muy bronceada.

Los vecinos no entienden la necesidad de poner en marcha este proyecto cuando Ifema está tan cerca, y les preocupa la intranquilidad

“Esto era una zona cómoda, tranquila, sin parquímetro. Desde hace años, nos pusieron un montón de bares y restaurantes, y en julio un carril bus. Si encima sale esto adelante, el panorama cambiará por completo. Aparte de las obras, el bullicio que traerá. Yo, por lo menos, estoy de alquiler, así que puedo moverme”, afirma Tomás, que lleva 30 años en la zona de la Piovera. En todo caso, tampoco se atreve a llamarlo “atropello o dislate”. “Si es positivo para la zona porque va a traer puestos de trabajo, igual no debo mirarme tanto el ombligo”, añade.

La intranquilidad es otro nexo de unión entre algunos de estos vecinos. No entienden la necesidad de poner en marcha este proyecto cuando Ifema está tan cerca. “El teatro está a casi seis kilómetros de aquí y lo oímos perfectamente. Imagínate tener esto enfrente”, aseguran.

placeholder La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, hace entrega de la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo al músico Nacho Cano. (EFE)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, hace entrega de la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo al músico Nacho Cano. (EFE)

Está el ruido, claro, pero también hay vecinos que llevan tiempo peleando por otras necesidades más urgentes para el barrio y con menos impacto acústico. Carmen Lostal es presidenta de la Asociación Villa Rosa y es una histórica del barrio. “Ya hemos echado a más de un concejal presidente, que no nos toquen las narices”, dice uno de sus acompañantes, que se queja de que la lucha vecinal ya no es como la de hace dos décadas.

Lostal asegura que llevan años pidiendo para esa parcela un centro de Formación Profesional. “También pedimos una biblioteca pública para la zona de Mar de Cristal, necesitamos un centro para jóvenes en condiciones, otro para enfermos de alzhéimer… Es que hay muchas cosas que hacer”, comenta. Por no hablar de los problemas de movilidad que acarreará esta iniciativa y su escepticismo ante la riqueza y el despegue que traerá a la zona: “¿Qué clase de trabajos va a traer un proyecto que dura cuatro años? Eso es pan para hoy y hambre para mañana”.

El ayuntamiento dice que uno de los principales objetivos para dar luz verde a este proyecto es descentralizar la cultura

El ayuntamiento dice que uno de los objetivos para dar luz verde al proyecto es descentralizar la cultura. “Desde la asociación, llevamos al pleno de ayer la propuesta de hacer una biblioteca pública en la parcela de Mar de Cristal. Fue rechazada por el PP y Ciudadanos, y Vox se abstuvo, ¿de qué cultura estamos hablando? Esto es un pelotazo para hacer un musical”, asegura. “Los vecinos nos estamos organizando”, dice una. “Hay que hacer un buzoneo con fanzines y punto”, añade otro.

“Sabemos de lo que hablamos porque sufrimos el [festival de música] Mad Cool, que se oía por todo el distrito. Te podías tomar una copa en tu terraza y escucharlo”, explica una señora. Esas noches, dice Andrés, la Policía Municipal recibió unas 40.000 llamadas. “A mi casa vino la policía a medir con el aparato y a los pocos días me llegó una carta del concejal de distrito”, dice. “Anda, qué majo”, comenta Carmen Lostal con ironía. Se quejan, casi al unísono, de la falta de transparencia. “Y encima, una vez destapado el secreto, es que no disimulan”, dice la vocal del PSOE en el distrito, presente en esta reunión improvisada de vecinos.

Son más de las ocho de la tarde y hay un intercambio de teléfonos entre los vecinos, dispuestos a movilizarse y a unir sus intereses, hasta hace poco bastante dispares. “Que no quede solo en esta tarde, por favor. Los periodistas tenéis que seguirlo”, afirma una de ellas. “Si es que además esto solo se hace para blanquear dinero”, dice la señora arregladísima. “Y encima es una horterada. Porque eso también hay que decirlo”, añade Andrés.

El distrito de Hortaleza es uno de los más populosos de la ciudad de Madrid. En él viven unas 200.000 personas y tiene una de las brechas económicas más agudas de la capital, porque no mucho se parecen los vecinos de Canillas a los de la Piovera. A un lado, la parte histórica, de edificios modestos, locales humildes; al otro, chalés, mucho verde y la zona residencial, tan cercana al Parque del Conde de Orgaz.

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