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No es el final del bipartidismo; es la cauta espera del votante
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Enrique Cocero | José Barros

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No es el final del bipartidismo; es la cauta espera del votante

El votante está agazapado, a la espera, mientras los partidos se van definiendo, arreglan sus cuitas internas, deciden dónde se presentan, dónde no, bajo qué nombre y con quién

Foto: El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (i), sube las escaleras del hemiciclo ante el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy. (EFE)
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (i), sube las escaleras del hemiciclo ante el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy. (EFE)

El pasado miércoles el CIS publicó el adelanto del barómetro de julio, barómetro que incluye, como cada tres meses, la intención de voto de los españoles. Todo depende de la decisión del presidente del Gobierno, pero los indicios apuntan a que podremos ver un nuevo informe demoscópico antes de las próximas elecciones generales. En cualquier caso, lectores de IdV seguramente ya habrán visto los resultados del CIS, resumidos por los titulares de la prensa en los que se afirma que el bipartidismo ‘vuelve’, es decir; que los españoles al final parecen sentirse más seguros bajo la tutela de los grandes partidos tradicionales.

Primera cuestión. ¿Es esto realmente así? Nuestra visión del gráfico que –partido político a partido político– representa la voluntad de los españoles respecto a una potencial elección legislativa no habla tanto de un resurgimiento del bipartidismo como de una reubicación de las nuevas formaciones.

Si nos fijamos en los barómetros que el CIS ha publicado a lo largo del primer semestre de 2015, vemos que el PP, en enero, era el partido más votado con una intención por encima del 27 %. Seis meses más tarde los populares siguen siendo los virtuales vencedores de unas elecciones y su variación con respecto a aquel primer mes del año no llega al punto porcentual. El PSOE, por su parte, crece de enero a julio 2,7 puntos porcentuales. Hay que destacar que, si bien el PP cayó en el barómetro de abril, los socialistas siempre han mantenido una trayectoria ascendente.

¿Qué ocurre? Que los barómetros del CIS se hacen con muestras de unos 2.400 a 2.500 entrevistados, lo cual produce un margen de error de ± 2 puntos, es decir; todo lo que queda dentro de este margen no puede tomarse como una variación significativa. Así pues, los dos partidos tradicionales, de haberse movido entre enero y julio, lo han hecho en una proporción de décimas.

El PP y PSOE claramente no son las potencias que fueron en 2008 o en 2011, pero mantienen sus constantes vitales a lo largo de todo el 2015. En cambio, sí apreciamos una progresiva reubicación de los nuevos partidos (Podemos y Ciudadanos). Y es que los “nuevos” se están viendo sometidos a todo tipo de movimientos. Tras su irrupción triunfal a comienzos de año, Podemos ya se desplomó en abril con una caída de 7 puntos; ahora, en julio, se mantiene en este margen. En cambio, los de Albert Rivera hacen el viaje opuesto; despuntaron en abril para descender algo en julio. Pero no se puede decir que esta bajada fuera significativa.

Lo más curioso de todo proceso es que si bien el PSOE y el PP mantienen posiciones a los largo de 2015, Ciudadanos y Podemos están a, mínimo, 10 puntos de los dos grandes mientras que IU no llega al 5 % de intención de voto. Cabe señalar también que ninguno de los dos partidos tradicionales alcanzaría una mayoría clara para gobernar en solitario. Este escenario nos hace deducir que los votantes se mantienen agazapados.

Pensamos esto porque viendo los movimientos electorales descritos no podemos hablar de traspaso de votos; el PSOE no gana lo que pierde Podemos y, desde luego, tampoco lo hace IU. En el otro segmento ideológico, el PP en abril no perdió lo que ganaba Ciudadanos, y entonces UPyD estaba tan desaparecido como ahora.

Los entrevistados acaban marchándose al centro cuando no están seguros de donde ubicarse

Otro dato. En IdV nos hemos fijado en varios post en la ubicación de los entrevistados a lo largo del espectro ideológico Izquierda / Derecha. Con el tiempo hemos percibido un proceso de acumulación progresiva en torno a los parámetros más centristas, tendencia esta que ahora vuelve a repetirse. Para llegar a esta –provisional– conclusión, nos basamos en las tres encuestas del CIS de 2015, publicada cada una con un trimestre de diferencia. En total, se ha podido entrevistar a más de 7.000 personas, lo que implica una significativa muestra agregada. Cabe destacar la importante dimensión de los que se consideran a sí mismos socialdemócratas o socialistas (separándolos, son más numerosos los segundos, quizás porque en España el concepto de la socialdemocracia no está tan asentado como en otros países europeos).

Otro dato a reseñar: así como ya hemos dicho en otras ocasiones que los entrevistados acaban marchándose al centro cuando no están seguros de donde ubicarse, esta tendencia podría suceder ahora de una manera más concreta; muchos encuestados admiten su no ubicación, y no son un grupo pequeño.

Pero lo más interesante de todo este análisis es lo siguiente: aunque Podemos y Ciudadanos varían mucho en su intencionalidad de voto, los grandes grupos ideológicos se mantienen dentro de márgenes muy estrechos. Dicho de una manera más sencilla: los que saben dónde están tienen muy claro en dónde están.

Este dato refuerza nuestro análisis de que el votante está agazapado, a la espera, mientras los partidos se van definiendo, arreglan sus cuitas internas, deciden dónde se presentan, dónde no, bajo qué nombre, con quién… Por no hablar de unas supuestas primarias que, en casos como el de Podemos, son “grupales”, es decir, se convoca a los militantes a pedir su aprobación –sin importar el porcentaje de participación– de una lista cerrada propuesta por la dirección del partido, conducta esta que viene a ser el habitual sistema español de siempre disfrazado ahora de…. primarias. Otros caso es el PSOE, con un líder, Pedro Sánchez, que celebrará unas primarias con listas cerradas por provincias. Y luego tendremos las tradicionales designaciones del PP.

Es evidente que este tipo de situaciones no hacen que los partidos políticos ganen posiciones de cara a las elecciones. Esto sucede por un motivo muy sencillo: están hablando de cosas que alejan a los votantes de los partidos porque la conducta de los partidos, por el momento, no hablan de las preocupaciones de los votantes. La excepción quizás sea –atención– el Gobierno, que ha aprovechado esta última semana para disparar grandes salvas sobre sobre sus Presupuestos Generales del Estado al tiempo que deslizaba alguna que otra promesa electoral.

Viendo la situación dentro de un marco más amplio –dejando pues al margen la política diaria–, vemos que la principal preocupación de los españoles es que la situación económica no empeore, o al menos que se quede igual. Parece, según el recuerdo de voto del 2011, que los que entonces optaron por el PP están admitiendo ahora como posible el mensaje en el que lleva insistiendo el Gobierno desde que se empezó a sentir el crecimiento económico; hasta un 40% de los votantes populares de 2011 creen que dentro de un año la situación irá a mejor. En el sentido contrario destacan los votantes de Izquierda Unida de 2011, que ahora creen masivamente que la situación será igual o incluso peor.

Ante este panorama, solo podemos concluir que, pese al poco tiempo que queda para las próximas elecciones generales, todavía tenemos mucho partido por delante.

*José Barros (@barrospress) es periodista y consultor de comunicación. Enrique Cocero (@EnriqueCocero) es fundador de la consultora de análisis 7.50 y miembro del consejo asesor de Government Consulting Group.

El pasado miércoles el CIS publicó el adelanto del barómetro de julio, barómetro que incluye, como cada tres meses, la intención de voto de los españoles. Todo depende de la decisión del presidente del Gobierno, pero los indicios apuntan a que podremos ver un nuevo informe demoscópico antes de las próximas elecciones generales. En cualquier caso, lectores de IdV seguramente ya habrán visto los resultados del CIS, resumidos por los titulares de la prensa en los que se afirma que el bipartidismo ‘vuelve’, es decir; que los españoles al final parecen sentirse más seguros bajo la tutela de los grandes partidos tradicionales.

Barómetro del CIS Ciudadanos