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¿Independencia o unión? Un camino de alianzas y de desencuentros
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Enrique Cocero | José Barros

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¿Independencia o unión? Un camino de alianzas y de desencuentros

Cataluña es una región donde la participación suele ser tradicionalmente baja, al menos si la comparamos con el resto del territorio español

Foto: Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Queda una semana para la celebración de las próximas elecciones autonómicas en Cataluña. Por eso queremos ver qué nos dicen las últimas encuestas. Este excelente termómetro de las tendencias electorales nos permite deducir el ánimo de los votantes catalanes.

Para analizar este escenario, abordaremos primero aquello que en Intención de Voto nos preocupa siempre que miramos una encuesta: la participación. Cataluña es una región donde la participación suele ser tradicionalmente baja, al menos si la comparamos con el resto del territorio español.

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Este primer gráfico nos muestra que la participación en las autonómicas es más baja que en las generales –una tónica que se repite en el conjunto de España-, pero aún nos llama más la atención que en las últimas autonómicas, con un 70 %, la participación fue la mayor de toda la serie de las catalanas. Es más; estuvo por encima de la participación que tuvieron los catalanes en las últimas elecciones generales.

Todavía más interesante son otros dos factores. El primero es que justo dos años antes, en 2010, también hubo elecciones autonómicas; y no hubo efecto agotamiento sino todo lo contrario; aumentó la participación y lo que perdió CiU lo ganó ERC. En medio de todo esto, en 2011 tuvimos elecciones generales. Quizás por la previsible debacle del PSOE, quizás por la previsible victoria del PP, o quizás por la conjunción de ambos motivos, la participación en estos comicios fue la más baja de todas las registradas en Cataluña.

¿Conclusión? El votante catalán parece haber desarrollado una mayor conciencia de lo propio. La deriva independentista de los últimos años -y la muy actual y presente polarización política- han hecho que los catalanes contemplen con mayor interés qué les sucede de puertas para dentro.

Auge del independentismo

Trazado un recorrido histórico y conociendo el actual escenario, veamos ahora qué nos dicen las encuestas. Para ello hemos recogido dos estudios que aportan porcentaje de votos. Pese a que Artur Mas ha dicho que contará el resultado de las próximas elecciones autonómicas en diputados, sabemos que estos cálculos, a la hora de conocer el sentir real de la población, son menos fiables que la intención de voto. A fin de cuentas, de los votos salen los diputados (y no al revés). A ello hemos de sumar un tema que ya apuntamos en otro post: la desigual representación que, de acuerdo con la ley electoral catalana, tiene cada una de las cuatro provincias de la región.

Dado que se han producido desde el pasado mes de enero varias escisiones y uniones políticas, hemos decidido dividir la muestra de las encuestas en dos gráficos. El primero de ellos refleja las proyecciones de aquellos partidos o agrupaciones que se declaran a favor de de la independencia. En el segundo, reflejamos las intenciones de voto a los partidos que no se han declarado por la escisión.  

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Aunque la salida de Unió pareció afectar a las respuestas que se ofrecieron desde Omnium, ni NC Report ni el CIS reflejan una recuperación de la nueva lista única que sea, cuando menos, equivalente a la suma de intenciones de voto que tenían por separado CIU y ERC en las encuestas de marzo y mayo. Tampoco ha habido migración de votos a la propuesta de la CUP, que parece estabilizada en torno al 5 %. Las encuestas de este pasado fin de semana (que mostramos agregadas) indican una notable recuperación en la intencionalidad hacia los partidos que defienden la independencia.

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La situación de los encuestados que no defienden la independencia parece estable, si bien en las últimas fechas pierden fuerza. En la encuesta de Òmnium detectamos un pico de Catalunya Sí Que Es Pot, la marca con la que corre Podemos en estas elecciones. Sin embargo, al poco tiempo regresa a su tendencia anterior y, aunque crece en la última encuesta, no lo hace en grandes números. Posiblemente fuera una mera cuestión del impacto de la novedad (algo que, por cierto, Donald Trump está sabiendo explotar de forma asombrosa en EEUU). Revisando los sondeos más recientes, los contrarios a la independencia pierden fuelle y PSOE y CSQEP quizás repuntan en estos últimos sondeos.

Unidad independentista; división unionista

Hemos presentado los distintos actores del cuadro. ¿Cómo resolvemos ahora el conjunto de esta situación? Como hemos dividido las encuestas en favorables y contrarios a la independencia, pasamos a sumar ahora las intenciones de voto de estos dos grupos.  

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En la última encuesta de NC Report vemos que ambos grupos suben, y en los mismo dígitos, además. Ahora bien, sin considerar pactos posteriores, soluciones de compromiso o promesas a largo plazo, se trata de tener un claro vencedor.

El independentismo se proyecta hacia los 45 puntos y el unionismo cae encuesta tras encuesta hasta posicionarse en torno a los 50 puntos. Recordemos la preocupación del votante catalán, y que estas posiblemente sean las elecciones autonómicas más mediáticas que se hayan vivido nunca en Cataluña -incluso han trascendido las fronteras nacionales-. Todo ello nos hace creer que la participación no será baja. Por tanto, todos los partidos han de echar el resto para aprovechar la motivación de la población y traducirla en votos.

Si fuera una cuestión de mera aritmética, podríamos decir que el independentismo no triunfará. Pero concurren tres circunstancias ajenas a la pura matemática: los partidos independentistas tienen un mensaje claro, le han dado a estas elecciones un carácter plebiscitario y su unidad hace que el escenario les resulte más ventajoso.

En frente tenemos a los partidos que, al margen de otros factores ideológicos, no son partidarios de la independencia. Esta pluralidad de formaciones no está coordinada mientras que el votante independentista tiene muy claro qué hacer. De hecho, cada partido unionista atrae el voto en exclusiva hacia sí mismo, lo que implica que compiten entre ellos y, a la vez, contra los independentistas.    

El miedo y otros argumentos

Como todos sabemos, en el extranjero se han buscado apoyos que pusieran freno y ofrecieran realidad a las argumentaciones con respecto a la situación de Cataluña. Merkel afirmó que, de no mantener una situación de continuidad, Cataluña saldrá de la UE, algo que ya ha confirmado Junker y David Cameron realizó la misma afirmación. Incluso el propio presidente de los Estados Unidos, la semana pasada, durante la visita del Rey a Washington D.C., hizo comentarios sobre el futuro de una Cataluña independiente.

¿Será esto suficiente? A estas alturas del partido, con lo embarrado que está el terreno de juego, no parece que haya soluciones electoralmente eficaces. Habrá que convencer al indeciso que no tenía pensado en ir a votar -o qué votar- y parece que la amenaza de la incertidumbre puede ser un argumento.

Ante esta situación, y tal y cómo están los números en Cataluña, no podemos evitar echar la vista un año atrás y pensar en Escocia.

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En el gráfico de arriba vemos el resultado de todas las encuestas publicadas durante 2014 en Escocia y, al final, el resultado: algo más de diez puntos de diferencia a favor de la permanencia en Reino Unido. Vemos cómo los indecisos caen conforme se acerca la fecha, cómo el resultado del “Sí a la Independencia” (azul) tiene una tendencia de crecimiento y cómo la del “No a la Independencia” (rojo) supera las expectativas. ¿Conclusión? Los indecisos o los que no querían revelar su voto se fueron repartieron entre ambas opciones hasta llegar el día de la votación.

A Escocia acudieron laboristas, liberales y conservadores a defender la permanencia de Escocia en el Reino Unido. Pero el movimiento a favor de la unidad no sólo quedó en manos de los políticos. Lo más curioso es que en aquella gran campaña el argumento del miedo no fue la razón principal, sino que se habló desde un punto de vista cordial, de continuidad de un modelo que en realidad funcionaba. Se hizo campaña desde la emotividad y desde el humor, tal y como nos muestra el gran John Oliver. En España, en cambio, los egos y las ganas de llamar la atención siguen prevaleciendo.

 

 

Queda una semana para la celebración de las próximas elecciones autonómicas en Cataluña. Por eso queremos ver qué nos dicen las últimas encuestas. Este excelente termómetro de las tendencias electorales nos permite deducir el ánimo de los votantes catalanes.

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