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País Vasco, una nueva oportunidad

La roca en la que practica Sánchez está en la base de una montaña llamada País Vasco, desde donde puede quedar explicada la decisión a tomar para que gobierne España alguien con 85 escaños

Foto: El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (c), junto a la candidata socialista a lendakari, Idoia Mendia (2d), en un acto en Bilbao. (EFE)
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (c), junto a la candidata socialista a lendakari, Idoia Mendia (2d), en un acto en Bilbao. (EFE)

Para los que no estén familiarizados con el deporte de la escalada, 'boulder' es una modalidad de este deporte que se realiza en rocas o tramos de seis metros de altura máximo y sin ningún tipo de aseguramiento, si acaso unas colchonetas en el suelo para amortiguar la caída. Los escaladores acuden al 'boulder' a mejorar técnica en paredes bajas en las que se pueden hacer movimientos más osados porque el riesgo es menor.

Pensando en Pedro Sánchez y la situación actual de la gobernabilidad, se nos ocurrió el símil con el 'boulder' porque el secretario general de los socialistas se ha agarrado a los salientes más reducidos en paredes prácticamente lisas tras cada uno de los resultados (elecciones o investidura) de aquello que ha llevado a cabo para justificar su continuidad. Y, qué duda cabe, está mejorando su técnica.

Las dobles elecciones del 25 de septiembre no serán en esto distintas para Pedro Sánchez. Tal y como pintan las encuestas, una de las frases que posiblemente se oigan esa noche en el entorno de Ferraz será “¿Galicia? ¿Qué Galicia?”. Galicia será un regalo si los resultados tornan favorables pero, de inicio, no está dentro del despliegue de justificaciones.

Las elecciones en Euskadi son la siguiente adherencia de Pedro Sánchez para llegar a un nuevo agarre con cierta estabilidad

Porque las elecciones en Euskadi son la siguiente adherencia (por seguir con el símil) de Pedro Sánchez para llegar a un nuevo agarre con cierta estabilidad.

No es ya cuestión de mejorar el resultado de 2012 (19,13% con 212.000 votos y 16 escaños), que no va a ocurrir, sino llegar al escenario de un resultado en el que, ganando el PNV, el PSE esté a suficiente distancia del PP como para facilitar un Gobierno de los nacionalistas sin necesidad de la participación de los de Alonso. Matemática complicada, pero…

Si, además, puede vencer a las encuestas, las mismas que tanta desconfianza generan pero que al tiempo pueden ser instrumentalizadas como nivel de expectativas, pues entonces el paliativo será aún mayor.

¿Es posible? La mejor respuesta que encontramos es que es viable.

El Parlamento vasco lo componen 75 asientos, y en la actualidad, aparte de los ya enumerados de los socialistas, el PNV tiene 27, Bildu 21, el PP 10 y uno UPYD. Como verán, hoy el PNV ya gobierna gracias a acuerdos y el futuro inmediato no va a desmontar esta dinámica.

¿Qué han venido diciendo las encuestas? Para que vean el comportamiento tan peculiar del electorado vasco, hemos recogido las publicadas desde enero hasta hoy (con preguntas relativas a unas elecciones autonómicas) y hemos incorporado los resultados de las elecciones de diciembre y junio en las circunscripciones de Euskadi.

Los puntos de mayor tamaño que caen debajo de las fechas representan el porcentaje de votos de cada partido en las dos elecciones legislativas, y los pequeños los resultados generados por las distintas encuestas. Como se puede apreciar, las agencias han echado el resto en septiembre, lo cual, para nuestros cálculos, es favorable, ya que, como hemos comentado con anterioridad, cuanto más cerca de la fecha de la elección, más fiable es la respuesta.

¿Qué llama la atención? Primero, lo poco que varían los resultados entre legislativas. De hecho, el PP sube un poco más en junio y solo Bildu pierde algo de comba, ubicándose a la altura del PP y del PSOE en estas elecciones.

Segundo, lo mucho que varía el voto del PNV, Bildu y Podemos en esas elecciones frente a la intención de voto anunciada para el próximo domingo. Solo el PP y el PSOE parecen mantener las intenciones en la misma franja, lo cual nos deja una primera conclusión; la participación (o la abstención, si lo prefieren) será lo que afecte al número de escaños obtenidos por estos dos partidos, porque parece que no lograrán mayor representatividad por número de votos.

El votante vasco sabe qué elecciones le importan

El clásico de si el votante se mantiene fiel y la participación cae, me veo favorecido porque los mismos votos pesan más sobre un universo menor. Por supuesto, al contrario también se cumpliría: una mayor participación haría que los mismos votos supusieran menos opciones.

Lo que hay que enmarcar con algo más de cariño es el tema Podemos. Primeros en ambas legislativas, podrían ser terceros en las elecciones del domingo en lo que se lama un 'neck and neck' frente a alguien con quien comparten cierto espacio ideológico: Bildu.

Vamos a mirarlo por el lado contrario: con estos datos, podemos afirmar que el votante vasco sabe qué elecciones le importan, y hay nacionalistas e independentistas a los cuales solo les importan las elecciones que están por llegar o las de las jJuntas generales.

Por tanto, cabe preguntarse: después de dos elecciones generales en menos de un año, ¿el votante vasco está motivado para ir a votar? La respuesta: “En Euskadi, están tan motivados como en cualquier otra elección autonómica, ya que es esta la que de verdad importa”.

Vamos a analizar este comportamiento, y para ello vamos a comparar la abstención en el País Vasco con el resultado obtenido por el PNV en elecciones desde 2012 hasta ahora. Hubiéramos podido tirar una regresión para ver cómo correlacionan voto al PNV y abstención, pero un histograma como el de arriba es suficientemente explicativo.

Si echamos la vista atrás hasta las anteriores autonómicas, vemos que el PNV se mueve en los medios 30 para lo que se decide en Euskadi y en los medios 20 para lo que no. Puede parecer relevante que el mejor resultado en las elecciones 'excéntricas' lo obtiene en las europeas, y no porque la UE importe en exceso sino porque la abstención es enorme; se acuerdan de lo comentado arriba, ¿verdad?

Si vamos al seguimiento de encuestas, vemos que los datos que se aportan para el PNV no distan en absoluto del histórico para las elecciones 'céntricas': la nube final de puntos, que representa las publicadas en el límite legal, muestra datos alrededor del 35%, incluso superando esa cifra en casi dos puntos en nuestro cálculo agregado de encuestas.

En el gráfico mostramos nuestra valoración basada en las encuestas, junto al máximo y mínimo conseguido por cada partido en su conjunto desde enero hasta aquí. Fue el Gabinete de Prospección Sociológica, dependiente del Gobierno vasco, quién marcó dos mínimos en febrero y junio. Nadie que no sea este centro de estudios le ha dado al PNV por debajo del 35%.

En el lado contrario del comportamiento, Podemos, cuyo coeficiente IdV toca su mínimo. El resto de partidos no se han movido mucho de su comportamiento habitual.

Luego está Ciudadanos. No les hemos incluido en las gráficas porque dan proyecciones por debajo del 5%. La inclusión de notables de la formación magenta no es revulsivo suficiente para el electorado, no por su propia relevancia, sino porque provienen de un proyecto que estaba más que agotado. Hace cuatro años llegaron a obtener un escaño y en las elecciones generales de junio obtuvieron menos de 1.500 votos. Sea como sea, el mensaje de supresión de los fueros no funciona.

¿Qué vemos, entonces? Resultados muy ajustados, encuestas muy agrupadas y márgenes muy estrechos. Si hay hastío electoral, no será el PNV quien lo sufra y, posiblemente, tampoco PP y PSOE, cuyos votantes se están ganando a pulso el título de irreductibles.

La independencia (antes) en el País Vasco era, para las campañas del PNV, como para los niños los regalos para papá y mamá que se piden en la carta a los Reyes

Un referente para este blog a nivel de opinión política decía hace tiempo que el tema de la independencia (antes) en el País Vasco era, para las campañas del PNV, como para los niños los regalos para papá y mamá que se piden en la carta a los Reyes: los pones porque han de estar en la carta, pero te da igual si los traen o no porque papá y mamá ya se compran lo que quieren.

Estamos hablando de un territorio que controla más del 90% de todo lo que se recauda al año y que la cifra de transferencia al Estado Español o Cupo Vasco (6,24%) es a fecha de hoy, y desde 2011, motivo de discusión. Aparte del tema económico hay otras cuestiones que, como elementos, se han incluido en el conjunto llamado autogobierno, como puedan ser el tema de los presos o el reconocimiento de Euskadi como nación. La independencia ya no cala como antes (tal y como vimos hace un par de semanas), pero sí el reconocimiento de diferenciación.

¿Será Pedro Sánchez quien ofrezca tras las elecciones del domingo una rebaja de ese 6,24% para el próximo lustro al PNV y así lograr un acuerdo de investidura? ¿Aceptará un referéndum “de ratificación del nuevo acuerdo-estatus en el ámbito de Euskadi”? Si acepta, ¿qué ofrecerá a los nacionalistas e independentistas catalanes que equivalga a estas peticiones?

La roca en la que practica Pedro Sánchez está en la base de una montaña llamada País Vasco que, con un hemiciclo de 75 asientos, es desde donde puede quedar explicada la decisión a tomar en otro hemiciclo de 350 escaños para que gobierne alguien que tiene 85. Si no sale bien, hay más rocas y cada vez más pericia.

Para los que no estén familiarizados con el deporte de la escalada, 'boulder' es una modalidad de este deporte que se realiza en rocas o tramos de seis metros de altura máximo y sin ningún tipo de aseguramiento, si acaso unas colchonetas en el suelo para amortiguar la caída. Los escaladores acuden al 'boulder' a mejorar técnica en paredes bajas en las que se pueden hacer movimientos más osados porque el riesgo es menor.

Pedro Sánchez PNV Ciudadanos