El PSOE quiere abrir las listas electorales con un sistema de premios y castigos

Hasta medio centenar de reformas plantea el documento sobre calidad democrática que será uno de los ejes de la Conferencia Política convocada por el PSOE para el otoño y objeto de discusión previa en un foro monográfico previsto para el sábado en Oviedo. “Los socialistas no podemos quedarnos quietos, como si no nada pasara. El descrédito institucional y la desafección hacia la política son tan grandes que está en riesgo el propio sistema democrático porque la situación favorece a populistas y tecnócratas”, señalan fuentes de la dirección socialista para subrayar el contraste de sus iniciativas con el quietismo que atribuyen a Mariano Rajoy, cuya única iniciativa concreta al respecto ha sido el proyecto de ley de transparencia.

Una de esas reformas, según personas que han colaborado en los distintos grupos de trabajo que coordina Ramón Jáuregui, es abrir las listas electorales incorporando el mecanismo del 'voto preferencial', de modo que los votantes tengan capacidad de modificar el orden de los candidatos, pudiendo llevar a la primera posición a quien iba el último (salvo en el caso del candidato a la presidencia del Gobierno, aunque esta figura no existe en el régimen español). Para ello, sería preciso obtener un porcentaje determinado en el señalamiento de las preferencias.

El “voto preferencial” permitiría a los electores modificar el orden de los candidatos

Se trata, en definitiva, de establecer un sistema de premios y castigos que incentive la participación y, al mismo tiempo, fuerce a los candidatos a buscar una mayor proximidad con sus electores (un cabeza de lista que pierda la posición obtenida en el interior del partido quedaría desprestigiado para volver a encabezar la candidatura; y en las circunscripciones pequeñas, en las que el reparto acostumbra a ser 2-1 entre PP y PSOE, podría ocurrir que el número uno propuesto por el partido no resulte elegido y sí otro miembro de la candidatura).

La referencia de los países nórdicos

El modelo que propondrá el PSOE tiene su referencia en las democracias nórdicas, con elevadas tasas de participación electoral, habitualmente superiores al 80%, pero también en sistemas de otros países, como el de Australia. En Suecia, el escrutinio, de carácter proporcional, otorga escaños a las listas en función de los votos que reciben, pero el orden de los candidatos depende de las preferencias marcadas por el votante. En Australia, también se puede votar above the line, es decir, la lista completa que presentan los partidos, o below the line, en cuyo caso se ordenan los candidatos en función de la preferencia del elector, aunque el error en la numeración puede invalidar el voto.

En Suecia y Dinamarca existen además los llamados 'escaños de ajuste', 40 o 50. Después de distribuir los escaños normales, se verifica la proporcionalidad del reparto (si el porcentaje de votos recibidos se corresponde con el de escaños obtenidos) y, si no es así, se utilizan aquellos para ajustar y corregir desviaciones, garantizando así que la representación parlamentaria sea proporcional a los votos.

Los expertos del PSOE han desestimado el modelo propuesto por el PP de Madrid, que juzgan viable en esta comunidad autónoma, pero de compleja articulación para el conjunto del país ya que, entre otras cosas, obligaría a suprimir la provincia como circunscripción electoral.

Reformas para negociar

El documento sobre calidad democrática está articulado en siete grandes apartados, que van desde los cambios en el funcionamiento del PSOE como partido hasta la propuesta de una panoplia de reformas para abrir nuevos cauces de participación ciudadana, combatir la corrupción, establecer un código de buenas prácticas de los políticos o reforzar el Parlamento (no sólo con la conversión del Senado en una Cámara territorial, que en la práctica supondría pasar de un sistema bicameral a uno unicameral, sino también con cambios en el funcionamiento del Congreso de los Diputados).
Los socialistas propondrán medio centenar de reformas para atajar la crisis político-institucional

La mayoría de estas reformas exigen modificar leyes, por lo que el PSOE hará sus propuestas para someterlas a discusión con el resto de los partidos. Algunas ya han sido presentadas como enmiendas al proyecto de Ley de Transparencia del Gobierno. En otros casos, como la aplicación de primarias abiertas para elegir al candidato electoral, que el PSOE ya aprobó en su último congreso, la pretensión es que cunda el ejemplo y acabe introduciéndose en la Ley de Partidos. Dirigentes socialistas recuerdan en este sentido que cuando el PSOE estableció la cuota femenina fue pionero y su planteamiento denostado por otros partidos, como el PP, pero hoy está regulada por ley la paridad de sexos en la composición de las listas electorales.