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El crac de Griñán y el roto a Rubalcaba
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Gonzalo López Alba

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El crac de Griñán y el roto a Rubalcaba

La segunda fase de la retirada política de José Antonio Griñán comenzará en noviembre, cuando los socialistas celebren su Conferencia Política

placeholder Rubalcaba y griñán en la reunión de la comisión ejecutiva del psoe

La segunda fase de la retirada política de José Antonio Griñán comenzará en noviembre, cuando el PSOE celebre su Conferencia Política. El todavía presidente de la Junta de Andalucía tiene decidido mantenerse al frente del PSOE regional hasta entonces, cuando se espera que quede fijado “el marco temporal” para la celebración de las primarias en las que está previsto elegir al candidato presidencial para las próximas elecciones generales. A partir de ese momento, la fecha concreta para su segunda renuncia dependerá del calendario que se establezca.

El PSOE andaluz quiere llegar a las primarias con su renovación completada para legitimarse como vanguardia del cambio y eso incluye también el liderazgo orgánico. Además, la bicefalia es un modelo ajeno a la tradición del partido y de malos recuerdos en Andalucía, donde ya se vivió con Rafael Escuredo y José Rodríguez de la Borbolla, y más tarde con Manuel Chaves y el propio Griñán. Ahora hay dos grandes diferencias: no será una bicefalia competitiva, como en el primer caso; y, a diferencia de lo que ocurrió en el segundo, el sucesor ya dispone de resortes propios en el partido. Pero, aun así, se espera una reedición del serial que hizo pasar de “agotaré la legislatura” a “dimitiré el 27 de agosto”.

El calendario para las primarias presidenciales determinará el momento de su segunda retirada

No sólo se trata de una cuestión de eficacia para evitar disfunciones, sino también de imagen. Para muchos de sus compañeros resulta difícil de justificar que, además de la presidencia federal –el único cargo que confiesa haber querido–, retenga en sus manos la secretaría general del PSOE de Andalucía. “No resulta coherente con el mensaje de que quiere dejar la política”, subrayan dirigentes socialistas. En el horizonte más inmediato, lo que Griñán tiene sobre la mesa es su designación como senador, un puesto que le permitiría seguir aforado y pasar más tiempo en Madrid cerca de su familia, a la que se remite como motivación fundamental de su retirada. En Ferraz y en Andalucía lo dan por seguro, aunque él todavía no lo ha confirmado.

Malestar con la precipitación

Aunque la versión oficial es de apoyo “sin fisuras” al proceso de renovación en Andalucía, en el PSOE hay una fuerte corriente de malestar, que alcanza a miembros de la Ejecutiva, por sus formas “precipitadas”. “Las primarias se hicieron de una manera que les ha restado credibilidad e irse a finales de agosto transmite la sensación de que antes quiere disfrutar las vacaciones como presidente”, señala un dirigente al exponer su parecer y los comentarios que le han hecho por la calle.

Entre los socialistas hay malestar por la precipitación del presidente dela Junta de Andalucía

Para los que se muestran críticos, lo peor es que él mismo volvió a poner el foco en el caso de los ERE al hacer pública su renuncia la víspera de que compareciera ante la jueza Alaya el que fuera interventor general de la Junta cuando él era consejero de Economía. En un ecosistema político en el que la apariencia es el mensaje, esto no ha hecho sino contribuir a aumentar las sospechas sobre una posible relación de causa-efecto. Él lo niega y, como él, desde Ferraz se sostiene que hay “cero posibilidades” de que acabe siendo imputado, pese a que el exinterventor sostuvo el jueves que es “absolutamente imposible” que Griñán no estuviera al tanto de las irregularidades. Pero los socialistas que son capaces de mirar el asunto con distancia reconocen que cabría imputarle una responsabilidad in vigilando.

La versión del todavía presidente andaluz sobre la precipitación de su renuncia, de la que hace altavoz Ferraz, es que Griñán “ha hecho crac”, básicamente por problemas de índole familiar, pero también hay quien subraya que, con independencia de la responsabilidad que finalmente se le pueda atribuir en el caso de los ERE, su perfil de “político institucional” hace que “no tenga la piel dura que hace falta para afrontar ese tipo de situaciones”. En todo caso, el crac vital de Griñán le hace un roto a Rubalcaba.

Rubalcaba, víctima colateral

A pesar de sus múltiples desencuentros, Rubalcaba y Griñán comparten trayectoria política –ambos fueron ministros con Felipe González– y una visión global común a su generación, que les ha ayudado a sortear las divergencias que han ido surgiendo entre ellos desde que el andaluz apoyó la candidatura de Carmen Chacón en el congreso de Sevilla, pero que se profundizaron cuando Rubalcaba quiso boicotear la Conferencia de Presidentes autonómicos celebrada en octubre del año pasado y Griñán se negó a secundar su estrategia. Aun así, Griñán no sólo ha apuntalado a Rubalcaba cuando se tambaleaba, sino que también ha frenado el malestar que existe con la gestión del secretario general en otras federaciones, como la valenciana –la tercera después de Andalucía y del PSC, un triángulo de mayoría-. Y el poder, como dijo Felipe González, se ejerce generacionalmente, lo que convierte a Rubalcaba en víctima colateral del abandono de Griñán.

Susana Díaz inquieta a los partidarios de Rubalcaba, víctima colateral del crac de Griñán

Con Susana Díaz no existe ninguno de aquellos lazos, ni con Rubalcaba, ni con su número dos, Elena Valenciano, ni con el representante más destacado de Andalucía en la Ejecutiva federal, Gaspar Zarrías, secretario de Política Municipal y líder en su tierra del sector crítico vinculado a Manuel Chaves. Mientras que Valenciano coordinaba la candidatura de Rubalcaba para la secretaría general del PSOE, Díaz movía en Andalucía todos los resortes para procurar el triunfo de Chacón. Y es un secreto a voces que el PSOE andaluz quiere sentar sus reales en la dirección federal, haciendo valer su condición de federación más importante en la elección del candidato presidencial y situando a Mario Jiménez en la sala de máquinas, como secretario de Organización. Claro que en política las amistades y enemistades duran lo que las conveniencias. De hecho, desde Ferraz se enfatiza que “llevamos meses y meses trabajando juntos” y que en Andalucía, “Griñán, Susana y Mario a la cabeza, han sido y siguen siendo el principal soporte de Rubalcaba”. Los socialistas andaluces garantizaron el sábado el apoyo a Rubalcaba para "pilotar" su calendario electoral.

Pero todavía hay en Ferraz quien tiene muy vivo el recuerdo de que, cuando Díaz era secretaria de Organización del PSOE andaluz, acudía a la sede federal “como si fuera el patio de Andalucía” y, según cuentan, “hubo que pararle los pies”. Y Díaz sabe muy bien que a construir su imagen periodística de killer se contribuyó muy activamente desde la sede federal.

placeholder Rubalcaba y griñán en la reunión de la comisión ejecutiva del psoe

La segunda fase de la retirada política de José Antonio Griñán comenzará en noviembre, cuando el PSOE celebre su Conferencia Política. El todavía presidente de la Junta de Andalucía tiene decidido mantenerse al frente del PSOE regional hasta entonces, cuando se espera que quede fijado “el marco temporal” para la celebración de las primarias en las que está previsto elegir al candidato presidencial para las próximas elecciones generales. A partir de ese momento, la fecha concreta para su segunda renuncia dependerá del calendario que se establezca.

José Antonio Griñán Alfredo Pérez Rubalcaba Manuel Chaves Susana Díaz