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La dimisión de Zaragoza priva a Chacón de su enlace en la Ejecutiva del PSOE
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Gonzalo López Alba

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La dimisión de Zaragoza priva a Chacón de su enlace en la Ejecutiva del PSOE

En la táctica de retirada de Chacónno figuraba la caída de Zaragoza, la persona que la mantenía al tanto de lo que se cocía en Ferraz y en la dirección del Grupo parlamentario Socialista

Foto: Carme Chacón durante la rueda de prensa para anunciar su marcha a Miami. (EFE)
Carme Chacón durante la rueda de prensa para anunciar su marcha a Miami. (EFE)

José Zaragoza llegó en 2011 al Congreso de los Diputados como cabeza de puente de Carmen Chacón cuando el PSC decidió apoyar la apuesta de la exministra de Defensa por hacerse con el liderazgo del PSOE. En la operación diseñada por ambos, con intensa participación del entonces vicesecretario general del PSC, Miquel Iceta, el que había sido todopoderoso secretario de Organización durante el mandato de José Montilla debía ser el primer escudero de Chacón. De hecho, aunque la coordinación oficial de su candidatura la asumió el extremeño Máximo Díaz Cano, a quien luego José Antonio Griñán rescataría como jefe de su Gabinete en la Junta de Andalucía, el auténtico maquinista de la candidatura congresual de Chacón fue Zaragoza. Tras la derrota en el congreso de Sevilla, entró a formar parte de la Ejecutiva federal por el cupo del PSC -dos representantes- y de la dirección del grupo parlamentario -de la que dimitió tras el enfrentamiento por la votación en el Congreso sobre el “derecho a decidir” de Cataluña-.

En la pizarra de la retirada táctica ejecutada la semana pasada por Chacón con su marcha temporal a una universidad de Miami no figuraba la caída de Zaragoza, lo que viene a demostrar los riesgos de este tipo de operaciones. Con la dimisión de Zaragoza, Chacón pierde a su enlace en la Ejecutiva, la persona de confianza que le mantenía al tanto de lo que se cocía en Ferraz y en la dirección del Grupo Parlamentario Socialista. Ahora, la representación del PSC en Ferraz queda reducida a una diputada de segundo nivel, Esperança Esteve, y la vacante dejada por Zaragoza en la dirección del grupo parlamentario sigue sin cubrir.

Rubalcaba planea posponer las primarias presidenciales hasta el primer trimestre de 2015

Ferraz no pondrá reparos a que el PSC designe a un sustituto de Zaragoza, pero la situación en la que se encuentra el partido catalán hace pensar que no tendrá especial interés por ocupar la silla que queda vacía y, en todo caso, que querrá hacerlo antes en la dirección parlamentaria que en la Ejecutiva. Por lo pronto, la conflictiva reformulación de su protocolo de relaciones ha vuelto a entrar en vía muerta y el PSOE mantiene su negativa a reconocer formalmente al PSC la posibilidad de que pueda votar en el Congreso de forma distinta al resto de los diputados socialistas.

En todo caso, la dimisión de Zaragoza priva a Chacón de un puntal clave para sus aspiraciones. Y la suma de los dos apartamientos allana el camino para Rubalcaba en su ambición de repetir como candidato electoral al tiempo que abre la banda para la irrupción como alternativa de Eduardo Madina, si se decide a dar el paso de competir por el liderazgo del partido en las elecciones primarias. A día de hoy, además de las intenciones claramente expuestas por Chacón al anunciar la renuncia a su escaño, el único que transmite la sensación de estar decidido a dar el paso es Patxi López.

El calendario de Rubalcaba

A pesar de que los detractores de Rubalcaba siguen temiendo una maniobra de última hora del secretario general para soslayar este procedimiento, desde su equipo se sostiene que ese temor está absolutamente injustificado. “Habrá primarias con toda seguridad. Somos los más empeñados en que las haya”, asegura con rotundidad la vicesecretaria general, Elena Valenciano. La suspicacia de los críticos se fundamenta en la posibilidad de que Mariano Rajoy decida hacer coincidir las próximas elecciones generales con los comicios municipales y autonómicos de mayo de 2015, lo que -en su análisis- serviría de coartada a Rubalcaba para reconducir la designación del candidato presidencial a una decisión del Comité Federal por “falta de tiempo”. Pero desde el entorno del secretario general se descarta este escenario. Se argumenta, por una parte, que los barones del PP no aceptarán que Rajoy 'contaminara' sus campañas haciendo coincidir las convocatorias electorales; y, por otra, que unas primarias se pueden convocar y celebrar “en 60 días”.

Este calendario sosiega a los dirigentes territoriales, los que más presionan para que su cita en las urnas se vea precedida del revulsivo que se espera que sean las primarias, lo que a su vez constituye el principal argumento de la Ejecutiva para acercar lo más posible el proceso interno al momento de los comicios. Además, para apaciguar su inquietud y satisfacer sus demandas, Ferraz ha decidido darles un cierto margen de libertad para que las federaciones decidan la fecha para las primarias regionales dentro de un marco general que se abriría en septiembre de 2014 -algunos secretarios regionales quieren celebrarlas cuanto antes y otros, retrasarlas lo más posible-.

Aunque los críticos con la dirección actual intentarán forzar que la Conferencia Política de noviembre establezca ya la fecha para las primarias presidenciales, la Ejecutiva lo descarta de plano. “La fecha es una decisión que corresponde al Comité Federal y, como la posibilidad de presentar una moción censura, tiene un carácter estratégico. Y las decisiones estratégicas no se anticipan”, se argumenta desde la dirección. Otra cosa es que en la Conferencia se discutirán los detalles del formato de las primarias, y eso estará acompañado de una literatura que permitirá entrever el momento de la convocatoria. La tesis de fondo es que el mayor valor de las primarias es su potencial como revulsivo movilizador y que, para que ese efecto se produzca, deben celebrarse lo más cerca posible de la cita en las urnas. Las experiencias estudiadas indican que ese margen suele ser de no más de seis meses.

José Zaragoza llegó en 2011 al Congreso de los Diputados como cabeza de puente de Carmen Chacón cuando el PSC decidió apoyar la apuesta de la exministra de Defensa por hacerse con el liderazgo del PSOE. En la operación diseñada por ambos, con intensa participación del entonces vicesecretario general del PSC, Miquel Iceta, el que había sido todopoderoso secretario de Organización durante el mandato de José Montilla debía ser el primer escudero de Chacón. De hecho, aunque la coordinación oficial de su candidatura la asumió el extremeño Máximo Díaz Cano, a quien luego José Antonio Griñán rescataría como jefe de su Gabinete en la Junta de Andalucía, el auténtico maquinista de la candidatura congresual de Chacón fue Zaragoza. Tras la derrota en el congreso de Sevilla, entró a formar parte de la Ejecutiva federal por el cupo del PSC -dos representantes- y de la dirección del grupo parlamentario -de la que dimitió tras el enfrentamiento por la votación en el Congreso sobre el “derecho a decidir” de Cataluña-.

Carme Chacón