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Arranca la batalla de los equipos ante las primarias del PSOE
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Gonzalo López Alba

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Arranca la batalla de los equipos ante las primarias del PSOE

Nadie está quieto, aunque todos procuran que sólo se les vea lo justo, y nadie da puntada sin hilo en el tiempo muerto pactado de facto

Foto: El secretario general del grupo socialista en el Congreso, Eduardo Madina. (EFE)
El secretario general del grupo socialista en el Congreso, Eduardo Madina. (EFE)

Nadie está quieto, aunque todos procuran que sólo se les vea lo justo, y nadie da puntada sin hilo en el tiempo muerto pactado de facto en el PSOE para la competición abierta por el liderazgo del partido. Ninguno de los precandidatos da un paso que antes no haya pensado dos veces porque sabe que es observado con lupa, pero ninguno ha dejado de moverse desde que en el Comité Federal de enero se aprobó la convocatoria de las primarias y, en el mismo acto, la moratoria de la campaña.

Carmen Chacón protagonizó ese mismo día un simulacro de rueda de prensa en los pasillos de la sede del PSOE para discrepar del censo cerrado, Patxi López ha hecho exhibición de poder de convocatoria llevando a Euskadi a parte de lo más granado del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba ha disparado con Elena Valenciano la última bala que le quedaba en la recámara, el diputado madrileño Pedro Sánchez ha sacado la cabeza como quinto en liza y Eduardo Madina ha recibido un aval de solvencia de Bernardino León, secretario general de la Presidencia del Gobierno con José Luis Rodríguez Zapatero, y antes secretario de Estado de Asuntos Exteriores.

El espaldarazo a Madina de Bernardino León, a pesar de que este nunca ha tenido un papel orgánico relevante –fue diputado por Málaga, donde llegó a ser vicesecretario general–, es relevante porque la carrera que ya está en marcha es la de la formación de los equipos que arropen a los que vayan a ser candidatos y algunos llevan ventaja. Es el caso de Patxi López, que cuenta con un equipo rodado en la secretaría general del PSE y en la presidencia del Gobierno vasco, y también el de Carmen Chacón, que ha reactivado –si es que alguna vez se desactivó– el núcleo del equipo con el que preparó su candidatura para el último congreso.

La etiqueta de la solvencia

Bernardino León es uno de los principales exponentes de una generación de cuadros socialistas que, sin llegar a ministros, ha pasado ya por muchos altos cargos de la Administración y, además, en su caso, dispone de una privilegiada agenda internacional –es ahora enviado especial de la UE para el Sur del Mediterráneo–. Representa a una generación que, teniendo ya una dilatada trayectoria, todavía puede dar mucho de sí en política; conjuga juventud y experiencia, y allí donde ha estado, ha acreditado solvencia.

Madina recibe un aval de solvencia con el apoyo público del que fue mano derecha de Zapatero en Moncloa

Ese es el ingrediente clave que el martes aportó León a Madina porque ahí se va a disputar buena parte de la batalla de las primarias, sobre todo si el PSOE consigue ganar las elecciones europeas. Si eso se produce, como pronostica la encuesta del Instituto DYM para El Confidencial de este viernes, el debate interno se planteará en términos de que las primarias son para “elegir al próximo presidente del Gobierno”.

A Madina, como a todos los jóvenes, le dicen que espere, que tiene mucho tiempo por delante. Es lo que siempre han dicho los que no quieren apartarse. Ya se lo dijeron a Zapatero en 2000. Por ahí, por el lado de la solvencia, es por donde le va a llegar el primer ataque a Madina, “una mala copia de Zapatero”. El expresidente, que fue testigo de excepción del decantamiento de su antigua mano derecha en la Moncloa, observa el futuro con el corazón partido entre Chacón y Madina.

placeholder Elena Valenciano (Efe)

Reseñable fue también que en ese acto, organizado por Fórum Europa y al que el auditorio fue convocado con el aliciente añadido de la participación de Madina como presentador de León, estuviera Josep Borrell, el inesperado ganador de las únicas primarias presidenciales que el PSOE ha celebrado hasta ahora, en 1998. Y no pasó tampoco desapercibido que estuviera alguien que se prodiga ya muy poco en público pero sigue influyendo mucho en el PSOE, como es Javier Solana, aunque su asistencia tuviera más que ver con el protagonista oficial del foro, el ex primer ministro de Túnez Hamadi Yabali.

¿Una retirada por tiempos?

Para muchos miembros de la vieja guardia, el juicio final sobre Alfredo Pérez Rubalcaba será algo así como “fue un buen secretario general en el peor momento”, pero en el recorrido les ha defraudado y el propio líder socialista se muestra consciente de la debilidad de su posición para aspirar por segunda vez a ser el candidato electoral.

El calendario de las primarias señala como próximo protagonista de esa “retirada por tiempos” al secretario de Organización, Óscar López, que aspira a repetir como candidato en Castilla y León, donde mantiene un pulso con su sucesor en la secretaría regional, Julio Villarrubia.

Realineamientos

En el juego de tronos al que abocan las primarias, la fragmentación del zapaterismo –que ya se puso de manifiesto en el congreso de Sevilla– y el ocaso del rubalcabismo están provocando múltiples realineamientos. Como muestra, tres botones: Susana Díaz, que como secretaria de Organización andaluza trabajó a favor de Chacón, hoy no la apoyaría en su calidad de lideresa de Andalucía; José Blanco, que bregó a favor de Rubalcaba en Sevilla, hace tiempo que se siente más cerca de la exministra de Defensa; y el PSC, aunque siga primando el criterio de territorialidad, nunca se ha sentido más comprendido y acompañado que con Rubalcaba al frente del PSOE ni más frío con Chacón.

Los movimientos no han hecho más que comenzar. Las citas en reservados se suceden y no sólo con interlocutores políticos, sino también económicos. La fase de tanteos, fichajes y traspasos ya está en ebullición.

Nadie está quieto, aunque todos procuran que sólo se les vea lo justo, y nadie da puntada sin hilo en el tiempo muerto pactado de facto en el PSOE para la competición abierta por el liderazgo del partido. Ninguno de los precandidatos da un paso que antes no haya pensado dos veces porque sabe que es observado con lupa, pero ninguno ha dejado de moverse desde que en el Comité Federal de enero se aprobó la convocatoria de las primarias y, en el mismo acto, la moratoria de la campaña.

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