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Susana Díaz traspasa a Pedro Sánchez el ‘marrón’ de laminar a Chaves y Griñán
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Gonzalo López Alba

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Susana Díaz traspasa a Pedro Sánchez el ‘marrón’ de laminar a Chaves y Griñán

Los número dos, César Luena y Juan Cornejo, pactan que sea Ferraz el que reclame los escaños si se les imputa algún delito

Foto: El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)

Como los matrimonios en trámites de divorcio no amistoso, Pedro Sánchez y Susana Díaz se comunican a través de terceros, aunque en este caso son segundos: los números dos de Ferraz, César Luena, y de Andalucía, Juan Cornejo. Ambos secretarios de Organización han analizado tête à tête la nueva situación creada por la providencia del juez instructor del caso de los ERE en el Tribunal Supremo al convocar a Manuel Chaves y José Antonio Griñán para que comparezcan como imputados. Y el acuerdo es que, si se les llega a culpar de algún delito, será la dirección federal la que les exija la devolución de sus respectivos escaños y les abra un expediente de suspensión de militancia.

La competencia de la dirección federal para decidir sobre el escaño de Chaves no planteaba dudas, ya que las listas para el Congreso de los Diputados, aunque sean propuestas por las federaciones territoriales, no son válidas hasta que son aprobadas por el Comité Federal. Sin embargo, el escaño que ocupa Griñán en el Senado no es por elección directa, sino por designación del Parlamento de Andalucía.

Los número dos, César Luena y Juan Cornejo, pactan que sea Ferraz el que reclame los escaños si se les imputa algún delito

Aunque el juez, Alberto Jorge Barreiro, ha fijado las declaraciones –que tanto Chaves como Griñán habían solicitado por iniciativa propia– para las fechas comprendidas entre el 7 y el 21 de abril, los socialistas creen que el Tribunal Supremo “ha entrado en campaña”, en la que ya se desarrolla para las elecciones andaluzas del 22 de marzo, pues aunque la citación como imputados no entraña jurídicamente la atribución de ningún delito, como el miércoles aclaró el presidente del Alto Tribunal; la imputación entraña en sí misma una “condena de telediario” por la dificultad que tiene explicar que, al menos en esta primera fase, no es sinónimo de acusación formal, sino un procedimiento garantista que permite testificar con abogado y otorga el derecho a, por ejemplo, proponer pruebas. [A la vista de los estropicios que provoca, si los políticos españoles tuvieran capacidad de adaptarse a los ritmos sociales, ya habrían promovido una reforma legal para modificar el término “imputación”, que según el diccionario de la RAE significa “atribuir a alguien la responsabilidad de un hecho reprobable”].

Tanto la dirección federal del partido como la andaluza mantienen su “plena confianza” en que los dos últimos presidentes de la Junta de Andalucía, y del PSOE, saldrán bien parados de este trámite y sin que se les impute formalmente ningún delito. Más dudas existen sobre los otros tres parlamentarios nacionales que configuran el último cortafuegos de Chaves y Griñán: los exconsejeros de Presidencia Gaspar Zarrías (diputado) y Mar Moreno (senadora), y, sobre todo, el exconsejero de Empleo José Antonio Viera (diputado).

Los ‘efectos colaterales’ del pulso Díaz-Sánchez

El problema inmediato al que se enfrentan Pedro Sánchez y Susana Díaz es salir el embrollo en el que ellos mismos se han metido, uno de los efectos colaterales del pulso que ambos entablaron para determinar quién de los dos limpia mejor, si Don Limpio o la Hechizera –aunque la primera en enarbolar la bandera de la tolerancia cero contra la corrupción había sido Díaz, fue tras la expulsión fulminante de todos los usuarios de las tarjetas negras de Caja Madrid decretada por el secretario general cuando la presidenta de Andalucía, para no quedarse atrás, dijo, aunque luego precisara que se refería a la concreta imputación de un delito, aquello que ahora los persigue: “Cualquier persona imputada, cualquiera, dejará su escaño”–.

Los últimos embrollos demuestran que el portavoz parlamentario, Antonio Hernando, está fuera de juego y que la dirección federal es cosa de dos: Sánchez y Luena

Tanto el asunto de fondo como el pulso que mantienen los dos dirigentes socialistas distan mucho de ser banales en términos electorales, dictamen del que depende el futuro político de ambos. La corrupción fue el asunto que acaparó, de forma casi monotemática, las portadas de los diarios y las aperturas de los telediarios durante el último trimestre del año pasado, y, con el debate soberanista catalán un tanto desinflado y síntomas de cierta recuperación económica, vuelve a hacerlo en el arranque de 2015, el año electoral por excelencia. Y más ahora, cuando se ha probado que varios de los principales dirigentes de su mayor competidor, Podemos, no son tan puros como blasonaban.

Por lo pronto, ya ha habido una víctima. El portavoz parlamentario, Antonio Hernando, tras declarar la semana pasada, en la víspera de su ejecución, que Ferraz seguía manteniendo el apoyo a Tomás Gómez, el martes volvió a hacerse un lío con el momento procesal en el que, llegado el caso, se exigiría la devolución del escaño a los afectados. El embrollo ha puesto de manifiesto a la vista de todo el mundo que, en estos momentos, la dirección federal del PSOE es cosa de dos, y sólo de dos: Pedro Sánchez y César Luena.

Como los matrimonios en trámites de divorcio no amistoso, Pedro Sánchez y Susana Díaz se comunican a través de terceros, aunque en este caso son segundos: los números dos de Ferraz, César Luena, y de Andalucía, Juan Cornejo. Ambos secretarios de Organización han analizado tête à tête la nueva situación creada por la providencia del juez instructor del caso de los ERE en el Tribunal Supremo al convocar a Manuel Chaves y José Antonio Griñán para que comparezcan como imputados. Y el acuerdo es que, si se les llega a culpar de algún delito, será la dirección federal la que les exija la devolución de sus respectivos escaños y les abra un expediente de suspensión de militancia.

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