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Pedro Sánchez logra una prórroga
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Gonzalo López Alba

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Pedro Sánchez logra una prórroga

El candidato socialista, que no descarta gobernar, salva los muebles en un escenario inédito de pinza entre Podemos y Ciudadanos

Foto: Pedro Sánchez y su mujer saludan a los simpatizantes congregados en la sede de Ferraz. (EFE)
Pedro Sánchez y su mujer saludan a los simpatizantes congregados en la sede de Ferraz. (EFE)

Pedro Sánchez salvó los muebles y aleja el horizonte de una crisis inmediata en el PSOE, al tiempo que obtiene una prórroga para él mismo. Los que dentro de su partido se apresuraron a cavarle la tumba ante los paupérrimos pronósticos de las encuestas preelectorales y preparaban su entierro para la misma noche del domingo, tendrán que cerrarla sin su cadáver dentro, y puede que sean algunos de ellos quienes acaben cayendo dentro esa fosa. Sánchez no será Pedro el Breve y está por ver si actuará como Pedro el Cruel.

Por los pelos, pero salvó la cara al conseguir que los socialistas se mantengan como primera fuerza de la oposición, a una distancia razonable del PP, del que lo separan poco más de seis puntos cuando fueron casi 16 hace cuatro años, y por delante de Pablo Iglesias, aunque la suma de Podemos con sus satélites hace que la izquierda alternativa le pise los talones. Y esto tras una campaña en la que Sánchez no recibió todo el apoyo que esperaba del conjunto de la organización socialista (en algunos territorios, los críticos hicieron huelga de brazos caídos) y a pesar de enfrentarse a una competencia inédita, la pinza de Podemos por la izquierda y Ciudadanos por el centro.

[Resultados de las elecciones generales por municipios y comunidades]

Con los resultados obtenidos el domingo, podrá mantenerse en el cargo y optar a la reelección en el congreso ordinario previsto para febrero-marzo. Otra cosa será lo que suceda entonces. El análisis de los resultados por circunscripciones presenta una radiografía para hacérselo mirar: el triunfo en Extremadura y Andalucía casi se convierte en anecdótico ante el hundimiento en Barcelona, Valencia o Madrid.

La presidenta andaluza, Susana Díaz, tendrá que volver a aplazar su proyectado desembarco en Madrid

Pero, antes de que llegue el momento de revalidar el liderazgo ante su partido, Sánchez no descarta la posibilidad de alcanzar un objetivo más ambicioso que despejaría cualquier duda al respecto: la posibilidad de gobernar, ya que PP y Ciudadanos no suman la mayoría absoluta y Mariano Rajoy solo podría añadir al PNV, mientras que los socialistas tienen un abanico de posibles pactos mucho más amplio.

Los resultados (con casi el 100% de los votos escrutados), aunque empeoran los obtenidos en 2011 y establecen un nuevo suelo electoral para el PSOE, con una pérdida de 20 escaños, son mejores de lo esperado, ya que Sánchez manejó datos que pronosticaban que los socialistas podían verse relegados a la tercera plaza, una posición marginal que habría sido inédita para su partido en el periodo democrático y una auténtica catástrofe. Con estas expectativas, el resultado se vivió en Ferraz como un éxito.

Hay que remontarse a la II República para encontrar un resultado similar en escaños y porcentaje de votos, en un Parlamento también muy fragmentado. En los últimos comicios de la II República, en 1936, el PSOE obtuvo un 20,9% de los votos y 99 diputados, pero entonces fue el primer partido, aunque concurrió integrado en el Frente Popular. La peor marca histórica del PSOE sigue siendo la de 1933, cuando, tras la ruptura de su alianza con los republicanos, se vio relegado a la tercera posición con el 12,2% de los votos y 58 diputados.

Desde la reinstauración de la democracia, el suelo socialista en unas elecciones generales era el marcado en noviembre de 2011. Con Alfredo Pérez Rubalcaba de candidato, vio reducidos sus apoyos al 28,76%, que le reportó 110 diputados, aunque todavía dentro de un esquema bipartidista. Este suelo se vio perforado en los comicios europeos, cuando su porcentaje de apoyos cayó hasta el 23%, e irrumpió con fuerza Podemos.

La radiografía territorial de los resultados socialistas presenta un panorama preocupante

Con Pedro Sánchez al frente, y ya con Ciudadanos y Podemos en escena, el PSOE remontó en las elecciones municipales de mayo de 2015 hasta el 25%. Este porcentaje se había fijado inicialmente, junto con los 100 escaños, en el listón mínimo. Con 90 escaños y el 22% de los votos, no ha logrado salvarlo.

Pero, ante los pésimos pronósticos de las encuestas, se pasó a conceder especial trascendencia a conservar la primacía de la oposición y el margen de diferencia respecto de la primera y la tercera fuerza. Si se aplica este baremo, Sánchez cumplió, sobre todo si se tiene en cuenta que asumió el liderazgo de su partido cuando la legislatura ya estaba mediada.

Y, además, puede mantener abierta la expectativa de una legislatura corta que permita a los socialistas recuperar el poder sin necesidad de esperar otros cuatro años. A su favor juega la existencia previa de un embrionario movimiento de algunos barones territoriales, partidarios de no abrir una nueva crisis, por lo menos hasta que ellos mismos se asienten en los gobiernos regionales conquistados en mayo. Ninguno de ellos puede sacar pecho tampoco, salvo el extremeño Guillermo Fernández Vara, que recupera la primera posición para su partido y gana un escaño.

Susana Díaz no tendrá tan fácil el desembarco en Madrid como preveían sus partidarios, que aumentaron durante la campaña electoral ante los malos augurios electorales. Aunque en Andalucía los socialistas se consolidan como la primera fuerza regional, con un porcentaje mejor que el promedio nacional, también retroceden en votos y escaños.

Pedro Sánchez salvó los muebles y aleja el horizonte de una crisis inmediata en el PSOE, al tiempo que obtiene una prórroga para él mismo. Los que dentro de su partido se apresuraron a cavarle la tumba ante los paupérrimos pronósticos de las encuestas preelectorales y preparaban su entierro para la misma noche del domingo, tendrán que cerrarla sin su cadáver dentro, y puede que sean algunos de ellos quienes acaben cayendo dentro esa fosa. Sánchez no será Pedro el Breve y está por ver si actuará como Pedro el Cruel.

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