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Pedro Sánchez y Susana Díaz pactan una moratoria
La presidenta andaluza, sumida en el dilema ¿demasiado pronto o demasiado tarde?, opta por esperar al hundimiento del secretario general
El pronóstico de que se repetirán las elecciones cala entre la dirigencia socialista a medida que pasa el tiempo y, a pesar de que la estrategia de su secretario general se orienta en primer término a formar Gobierno, paradójicamente este ánimo favoreció que el comité federal celebrado el sábado fuera relajado, “lo que no es poco si pensamos en los que hemos tenido”, según uno de sus miembros. Pero también fue frío y, políticamente, átono.
Estaba cantado que así sería desde que la reunión se convocó para las once de la mañana, una hora más tarde lo habitual. Muchos ya tenían los billetes de vuelta para la una y, si el cónclave se prolongó hasta poco antes de las dos, fue porque al final no empezó hasta pasadas las once y media. Únicamente hablaron el secretario general, durante apenas 14 minutos en los que no aportó ninguna novedad -salvo, acaso, el compromiso de configurar un Ejecutivo “no partidista”- y diez integrantes del sanedrín, muchos menos de los habituales.
Y es que la única expectación, política y periodística, ya había sido anulada en los días previos con la moratoria pactada entre Pedro Sánchez y Susana Díaz sobre la fecha del congreso en el que debe renovarse la dirección. Previsto para mayo, ha quedado en suspenso 'sine die', a expensas del calendario institucional. Que el orgánico debe adaptarse a este es el razonamiento esgrimido oficialmente, pero esta lógica de sentido común ya era válida cuando se acordaron las fechas ahora dejadas en suspenso.
¿Demasiado pronto o demasiado tarde?
En el tiempo muerto pactado por los que a día de hoy son los dos grandes referentes del PSOE, no sin cierta presión de otros dirigentes territoriales, subyace el dilema capital de toda decisión política: ¿demasiado pronto o demasiado tarde? Como señala el catedrático de Filosofía Política Daniel Innerarity ('La política en tiempos de indignación', Galaxia Gutenberg), “que la política es el arte de lo posible quiere decir que consiste en la capacidad de reconocer lo que es posible en cada momento. El don de la oportunidad”.
La presidenta andaluza ha vuelto a dejar en un amago sus preparativos para cruzar Despeñaperros. No ha sido un criterio unánime entre los socialistas andaluces, lo que solo prueba la dificultad de acertar con la gestión de los tiempos en un contexto marcado por la incertidumbre y la volatilidad. Abrir ahora, en plena negociación para la formación de Gobierno, una lucha fratricida por las llaves de Ferraz habría puesto a Díaz el cartel de una “oportunista” que solo actúa en función de sus intereses personales. Esperar a que Sánchez apure todos los cálices, fracasando ahora en su intento de convertirse en el nuevo inquilino de La Moncloa y en junio en unas nuevas elecciones, convertiría su aterrizaje en Madrid casi en una obligación. Y la cúpula socialista llegó a la reunión del sábado sabiendo ya lo que iban a decir las encuestas que se publican este domingo, con pronósticos nada favorables para el PSOE en unos nuevos comicios.
Los socialistas celebraron un comité federal átono y frío, conociendo ya las encuestas de este domingo con pronósticos nada favorables en unos nuevos comicios
Sánchez, por su parte, se asegura prácticamente con esta moratoria que no tendrá rival para repetir como candidato, su plan B por si fracasan las negociaciones para la formación de Gobierno. Aunque los plazos se han achicado, habrá convocatoria de primarias, pero si el escenario actual no se altera no llegarán a celebrarse por falta de contrincantes. Si sus resultados empeoran los del 20-D -no solo en número de escaños, sino especialmente en su posición relativa respecto a los otros tres grandes partidos- su carrera se habrá acabado. Si consigue mejorar la posición socialista, ya se verá, porque dependerá de cómo y en cuánto. Pero, en este caso, para Díaz lo que hoy es demasiado pronto entonces podría ser demasiado tarde.
Por eso, lo que el sábado se acordó en el comité federal fue tan solo una moratoria en la guerra interna por el poder. Díaz, que a su llegada deslizó que se han cometido algunos “errores” -no fue la única-, lució su cara más amable y seductora, ante sus 'cocarnetarios' y ante los periodistas, pero al final de su intervención dejó un mensaje construido con palabras preñadas: “Cuando me sometí a primarias en Andalucía, lo primero que hice fue pedirle a mi compañero [Francisco] Reyes [secretario provincial de la entonces díscola Jaén] que me ayudara si queríamos que el PSOE volviese a ser el PSOE que gana elecciones con ese proyecto que la gente pensaba que era suyo. El PSOE estaba un poquito mal. Hoy es mi compañero y mi amigo. Hoy el partido está unido. Lo mismo pensé con mi compañero [Antonio Gutiérrez] Limones cuando me presenté en Sevilla [para la secretaría provincial]. Me ayudó a levantar el partido. En momentos difíciles ha habido ocho hombres y mujeres que me han ayudado a que los socialistas andaluces no perdiéramos la autoestima. Son los ocho secretarios generales [provinciales]. Ser diferente te obliga a sumar y a ganar no poniendo en evidencia lo peor del adversario. Espero que esto sea extrapolable al resto de la organización”.
El pronóstico de que se repetirán las elecciones cala también entre los dirigentes del PSOE, que ven la formación de Gobierno "posible", pero "no probable"
La interpretación oficial es que fue un mensaje “de cierre de filas”, y la de la propia Díaz, que divulgó su intervención para evitar filtraciones interesadas y hasta la comentó en detalle con los periodistas, es que únicamente transmitió su experiencia y su sentimiento. Pero nadie le cuenta a otro cómo resolvió una situación similar a aquella en la que está inmerso si no es a petición de parte o porque, con el argumento de su experiencia, cree que se está equivocando. Así que no puede concluirse sino que Díaz cree que Sánchez no ha sabido dejarse ayudar y no siempre ha estado a la altura de las circunstancias -“ser diferente te obliga a sumar y a ganar no poniendo en evidencia lo peor del adversario”-. [Y, por cierto, aseguró desconocer el estado y contenido actual de las negociaciones para formar Gobierno].
Claro que la otra parte -de lo contrario no estaríamos hablando de luchas internas- piensa más o menos lo mismo, pero descargando la responsabilidad en los barones -los diecisiete equivalentes a “los ocho hombres y mujeres” de Díaz-, con la andaluza en el encabezamiento de la lista. El sábado muchos se preguntaban cómo es posible que, después de que el comité federal impusiera a Sánchez la marginación del PP, el extremeño Guillermo Fernández Vara diga en 'La Razón' que es “inaudito” que no se haya reunido con Mariano Rajoy, y la única explicación que encontraban era que el PP ha facilitado la aprobación de los presupuestos regionales bloqueados por Podemos.
Voy, vengo y por el camino me entretengo
Mientras, la dirigencia socialista parece inmersa en el mismo desconcierto y confusión que la ciudadanía. “¿Es realmente posible que se alcance un pacto para formar Gobierno? Posible, sí; probable, no”. Algunos de los negociadores socialistas sostienen que hay margen para llegar a un acuerdo que incluya a Podemos: “Solo la puesta en marcha de una renta mínima y la derogación de la reforma laboral justificarían una legislatura”. Otros, sin embargo, creen que Podemos solo juega a desplazar la responsabilidad a los hombros del PSOE y que todo -incluido el robo televisivo de las cuatro cesiones que estarían dispuestos a hacer según las anotaciones de Pablo Iglesias en su libreta- forma parte de una meticulosa escenificación porque, en realidad, únicamente contemplan dos escenarios: Gobierno de coalición o repetición de elecciones.
El candidato socialista afirma tener la impresión de que el "pacto a la valenciana" que pide Pablo Iglesias es de sillones y no de políticas
Incluso Sánchez tiene esta impresión después de su entrevista con Iglesias. En su intervención a puerta cerrada, dijo creer que, cuando Podemos habla de un “pacto a la valenciana” está pensando más en un Gobierno de coalición que en unas políticas determinadas.
Pero el teatrillo continúa, estirando la representación con escenas de relleno y efectos especiales, como se engordan los malos libros con páginas vacuas y repetitivas. Y mientras, como comentaba Susana Díaz en los pasillos refiriéndose a los costes y riesgos de la falta de Gobierno, “voy, vengo y por el camino me entretengo…”, pero “España va como un coche sin conductor” por un mundo lleno de curvas y cambios de rasante en el que no se espera a los rezagados.
El pronóstico de que se repetirán las elecciones cala entre la dirigencia socialista a medida que pasa el tiempo y, a pesar de que la estrategia de su secretario general se orienta en primer término a formar Gobierno, paradójicamente este ánimo favoreció que el comité federal celebrado el sábado fuera relajado, “lo que no es poco si pensamos en los que hemos tenido”, según uno de sus miembros. Pero también fue frío y, políticamente, átono.