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El líder que el PSOE querría y los dos que quieren serlo
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Gonzalo López Alba

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El líder que el PSOE querría y los dos que quieren serlo

El PSOE aprueba el calendario para la elección de su nuevo secretario general con loas al autoexcluido Javier Fernández y dos precandidatos: Patxi López y Susana Díaz

Foto: Susana Díaz junto a Patxi López. (EFE)
Susana Díaz junto a Patxi López. (EFE)

¡Lástima que no tenga 20 años menos!”. Los teclados de los periodistas, poco acostumbrados a discursos de tanta densidad política, trepidaban el sábado en la sala de prensa del PSOE para intentar seguir el ritmo discursivo de quien no necesita de papeles escritos para exponer de forma coherente ideas “con fundamento”, que diría Arguiñano. Dos plantas más abajo, los miembros del comité federal socialista, tan desacostumbrados como los periodistas, seguían la intervención inaugural de su primer cónclave del año con un silencio casi reverencial, no de esos en los que afinando el oído se puede escuchar de fondo el afilar de los cuchillos, sino de los que hacen audible el vuelo de una mosca porque nadie quiere perder ripio de lo que dice quien puede hablar ex cátedra de lo que habló: la lealtad como pauta de comportamiento convivencial y la oposición como espacio para construir una alternativa de gobierno.

Javier Fernández —escrito está desde hace algún tiempo— representa para muchos, dentro y fuera de su partido, el arquetipo del líder que necesita el PSOE: moderado, pero valiente; con valores sólidos, pero capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos sin traicionar sus principios ideológicos ni renegar del legado colectivo de su organización; con ideas propias, aunque no gusten a todos, ni siquiera a todos entre los suyos; y con el ‘savoir faire’ necesario para vestir la crítica más dura con la poesía de Luis Cernuda: “El viento del olvido que, cuando sopla, mata”.

Foto: Patxi López llega a la sede del PSOE en Ferraz acompañado de su mujer, Begoña Gil, y de Rodolfo Ares, este 14 de enero. (EFE)

Pero –también escrito está— el del presidente asturiano es un descubrimiento muy tardío y no solo por una cuestión de edad (69 años) y salud, sino porque hace ya tiempo que piensa en la jubilación política y la guerra interna ha quebrantado su federación. Cuando aceptó la presidencia de la gestora, ya sabía que era una responsabilidad excluyente, que a él le tocaba conducir el barco a puerto surcando la resaca de las sucesivas derrotas electorales para calafatear la nave y que una nueva tripulación se haga cargo de ella. Como le ocurrió a Javier Solana en su día, es el más cualificado, pero está fuera de tiempo, aunque es ahora cuando se ha convertido en el deseado.

El 'exlehendakari' Patxi López anticipa su postulación para intentar neutralizar a Pedro Sánchez, envuelto en un mar de dudas

Antes de que se confirmara que Patxi López formalizará este domingo su postulación, los corrillos socialistas y los focos mediáticos ya habían coincidido en identificar a dos precandidatos: Susana Díaz y el 'exlehendakari'. Ninguno de los dos tiene el cartel de “deseado” y ninguno de los dos quiso en público soltar prenda sobre sus intenciones, pero las evidencias son cada vez más difíciles de ocultar y se vuelve misión imposible cuando se trata únicamente de postergar el anuncio unas horas, como en el caso de López.

El expresidente del Congreso ha acelerado la presentación de su candidatura para achicar el espacio a Pedro Sánchez y limitar su margen de maniobra. El que le queda al exsecretario general se reduce a las bases —difícil de cuantificar hasta la votación— porque entre los barones sanchistas ya hay varios que han comenzado las maniobras de ciaboga para no quedar descolgados del futuro que se atisba, un futuro sin Sánchez, que, según la semana, parece inclinado a asumir su entierro político o a salir del ataúd para morir matando. Por eso no se descarta que, si finalmente Sánchez se queda en casa —opción que el sábado cobraba ventaja entre los corredores de apuestas socialistas—, las plataformas de base —en las que participan activamente diputados como Odón Elorza o José Luis Ábalos— que han mantenido vivo el espíritu del sanchismo promuevan una candidatura propia.

Barones que apoyaban a Sánchez han empezado a virar hacia López, sin que se descarte que las plataformas de bases lancen otra candidatura

Mientras, sin pausas, pero sin prisas, Susana Díaz no cesa de tejer y contar, y los suyos ya se atreven con los pronósticos: “Va a arrasar, incluso en Cataluña y frente a Patxi”.

—¿El anuncio de la gira por las federaciones que va a realizar Susana Díaz se puede considerar una postulación oficiosa? —pregunta el periodista.

—Si luce el sol, es que es de día, ¿no? —responde el colaborador de la presidenta andaluza, bajo cláusula de anonimato.

Díaz, que va con pies de plomo, hizo ante sus compañeros un discurso de tono integrador, del que también se valió ante los periodistas para repeler todos los intentos de que diga ya aquello que ya es verdad asumida por todos, aunque no se haya podido escuchar de su boca.

En tanto se va aclarando el panorama, al menos por arriba el PSOE ha recuperado un razonable clima de convivencia interna, muy alejado del tono bronco de reuniones que aún están vivas en la memoria de todos. En parte por cansancio y agotamiento, que ganan adeptos para “reconciliar y sumar”; y en parte porque, una vez que se ha puesto en marcha la cuenta atrás para las primarias en las que se elegirá al nuevo secretario general (mayo) y el posterior congreso (junio), los cuadros dirigentes ya están pensando en las sucesivas etapas de este calendario orgánico y al lado de quién les interesa más estar.

El guion parece escrito a la medida de Susana Díaz, que no ve un rival de peso en López —gobernó el País Vasco sin ganar las elecciones, dejó el Partido Socialista de Euskadi en las raspas y fue apóstol del “no es no”— y se vería más legitimada en una elección con competidores. Pero en todo guion hay margen para lo que no estaba escrito, y la historia la hacen las personas.

¡Lástima que no tenga 20 años menos!”. Los teclados de los periodistas, poco acostumbrados a discursos de tanta densidad política, trepidaban el sábado en la sala de prensa del PSOE para intentar seguir el ritmo discursivo de quien no necesita de papeles escritos para exponer de forma coherente ideas “con fundamento”, que diría Arguiñano. Dos plantas más abajo, los miembros del comité federal socialista, tan desacostumbrados como los periodistas, seguían la intervención inaugural de su primer cónclave del año con un silencio casi reverencial, no de esos en los que afinando el oído se puede escuchar de fondo el afilar de los cuchillos, sino de los que hacen audible el vuelo de una mosca porque nadie quiere perder ripio de lo que dice quien puede hablar ex cátedra de lo que habló: la lealtad como pauta de comportamiento convivencial y la oposición como espacio para construir una alternativa de gobierno.

Comité federal del PSOE Susana Díaz Patxi López