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Jaime Pérez-Llombet

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Del poliamor y otras ecuaciones abiertas

Coalición Canaria tiene experiencia en relaciones abiertas, no hacen ascos a reconstruir los puentes con los socialistas pero su preferencia es el PP de Alberto Núñez Feijóo

Foto: El candidato del PSOE a la reelección como presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres. (EFE/Ángel Medina G.)
El candidato del PSOE a la reelección como presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres. (EFE/Ángel Medina G.)
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En Canarias, un ejército de gargantas (profundas, o no) da por hecho que cuando cierren los colegios electorales, el último domingo de mayo, todas la ecuaciones de pactos de gobierno tendrán en Ángel Víctor Torres, actual presidente y candidato socialista, el mar al que desembocarán todos los ríos de las aritméticas parlamentarias. La incógnita no es quién estará al frente del Ejecutivo —se repite, una y otra vez— sino quiénes acompañarán a Torres en la mesa del Consejo de Gobierno los próximos años. ¿Y si otra ecuación es posible?, ¿y si las papeletas desautorizan a los sondeos dando alas a un acuerdo en el Ejecutivo autonómico sin los socialistas?, ¿y si la noche del 28 Coalición Canaria y Partido Popular suman lo imprescindible para construir una mayoría suficiente en la Cámara regional? Alberto Núñez Feijóo llegará en 48 horas al archipiélago para intentar que la ola del PP (aunque no esté alcanzando la altura y fuerza que desearían los populares) tire de sus candidatos autonómicos y locales.

En CC y PP están convencidos de que su suma también es posible. Si los nacionalistas se ven en el Parlamento con 21 escaños (en su expectativa más alta) o diecinueve (en su peor escenario), los populares creen se moverán entre los 15 y 16 diputados, lo que situaría un acuerdo sin los socialistas en una mayoría alternativa a la actual de 34, 35 o 36 escaños. Con la esperada entrada de Vox en la escena parlamentaria y el ansiado concurso de la Agrupación Socialista Gomera (con sus tres diputados, nunca uno menos), Coalición y PP se ven gobernando en las Islas. En primera instancia con los ministerios ocupados por Sánchez y sus socios y, meses después, cuando lleguen las elecciones generales, puede que con Feijóo en Moncloa. Calculadora en mano, a nacionalistas y populares las cuentas les salen para intentar, cuatro años después, la mayoría que creyeron haber amarrado en el archipiélago en 2019 sin percatarse de que en la habitación de un hotel, en Santa Cruz de Tenerife, se estaba cerrando, y se firmó, un pacto sin ellos. La secuencia de aquellos días, cuatro años atrás, superó cualquier precedente (y no, no es sencillo superar el listón de los antecedentes estrambóticos que se han vivido en las Islas cuando se negocian los pactos).

Foto: Casimiro Curbelo interviene ante el Parlamento de Canarias. (Europa Press)

Suspense. Realidades alternativas. Mundos paralelos. Avatares. No faltó de nada. En 2019 Coalición y PP se bajaron de la bicicleta cuando creían haber cruzado la meta, cayendo en la cuenta, al poner pies en el suelo, de que les faltaban unos metros para terminar la carrera. Como en las series más celebradas, cada capítulo que protagonizaron superó al anterior. Actores principales o de reparto, y guionistas, creyeron tocar techo cuando Coalición dio un giro inesperado ofreciendo al PP la Presidencia del Gobierno, maniobra solo al alcance de los trapecistas más osados. Sin embargo, no fue suficiente.

Una decisión frustró un movimiento que habría permitido a los populares debutar al frente del Ejecutivo autonómico (ciencia ficción en estado puro, en aquel momento) y a los dirigentes de Coalición, arquitectos del órdago, salvar un match ball de set, partido y legislatura que amenazaba con condenarlos, como finalmente ocurrió, a la oposición. Contra viento, sentido común, lógica y marea, Asier Antona, hoy senador autonómico, rechazó lo que consideró una manzana envenenada, un espejismo, una trampa, el penúltimo truco de magia de Coalición. Antona dijo no. Creyeron los espectadores que nada podría superar aquel capítulo. Se equivocaron tanto como el secretario general del PP, y el propio Antona. Teodoro García Egea viajó a Canarias para bendecir un acuerdo que empezó a evaporarse mientras el avión que lo llevaba a Gran Canaria sobrevolaba Faro, poco antes, poco después. No hubo dos sin tres. Antona lo frustró. García Egea lo gafó. Cóctel letal. Mundos paralelos. Realidades alternativas. Negociaciones que provocaron la traca final con la convocatoria de ruedas de prensa, idénticos día y hora, para anunciar pactos distintos. Solo uno pudo sobrevivir a los obstáculos, el que el PSOE firmó con tres socios, sin CC, sin PP.

Foto: El socialista Ángel Víctor Torres, tras ser elegido presidente de Canarias en 2019. (EFE) Opinión
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Cuatro años después, con Ángel Víctor Torres concurriendo como claro favorito, nacionalistas y populares llegan con la lección aprendida. Sabe el PP que Coalición ha dejado la puerta trasera entreabierta, no sea que las urnas dicten un matrimonio de conveniencia —PSOE con CC— que ni unos ni otros desean. CC tiene experiencia en relaciones abiertas, son maestros del poliamor, no hacen ascos a reconstruir los puentes con los socialistas pero su preferencia es el PP de Alberto Núñez Feijóo. Si los números les despejan la pista de aterrizaje, nacionalistas y populares evitarán los triples saltos sin red e irán a una negociación rápida, y segura, que les ahorre otro gatillazo.

CC y PP afrontan la última semana deseando que la recta final transcurra de distinta manera. Mientras a Coalición le interesa que la campaña baje a tierra, a local, el PP reza para que tornados como el de las listas de Bildu u otros huracanes provoquen que los capítulos de la escena política nacional alienten la idea de que el 28 de mayo se celebran unas primarias. Si a CC le va bien que la conversación electoral se mueva sobre el eje centro-periferia, los populares se abonan el hilo conductor derecha-izquierda. Cuando socialistas o populares sacan en procesión a Feijóo o Sánchez (en el caso del presidente, con una microscópica presencia en vallas y argumentarios de campaña), Coalición pasea a Ana Oramas, obligada a desdoblarse entre el Congreso y el puerta a puerta.

Foto: La presidenta de Baleares, Francina Armengol, el de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig y el de Canarias, Ángel Víctor Torres. (EFE/Mariscal)

Se saben vasos comunicantes, pero aspiran a sumar para aplicar el plan A: ellos con ellos, CC con PP y, como fijo en todas las quinielas, ASG, con Casimiro Curbelo deseado por unos y otros. Con los populares sintiéndose al alza, en Coalición, estrenándose en campaña desde la oposición, patean plazas, calles y rotondas convencidos de que mucho voto oculto desembocará en sus papeletas —el 40% de los electores sigue sin poner boca arriba sus cartas—. Quieren quitarse la espina que el pacto de las flores, cuatripartito que ha hecho posible la presidencia de Ángel Víctor Torres, les clavó en la habitación de un hotel mientras nacionalistas y populares convocaban una rueda de prensa para anunciar un pacto que murió antes de ver la luz. Son, CC y PP, la otra mayoría posible, la ecuación que palpita al otro lado del espejo con los socialistas sintiéndose ganadores de la Liga a falta de nueve jornadas. Nacionalistas y populares volverán a intentarlo cuatro años después, esta vez sin Teodoro García Egea haciendo aquel viaje a ninguna parte.

En Canarias, un ejército de gargantas (profundas, o no) da por hecho que cuando cierren los colegios electorales, el último domingo de mayo, todas la ecuaciones de pactos de gobierno tendrán en Ángel Víctor Torres, actual presidente y candidato socialista, el mar al que desembocarán todos los ríos de las aritméticas parlamentarias. La incógnita no es quién estará al frente del Ejecutivo —se repite, una y otra vez— sino quiénes acompañarán a Torres en la mesa del Consejo de Gobierno los próximos años. ¿Y si otra ecuación es posible?, ¿y si las papeletas desautorizan a los sondeos dando alas a un acuerdo en el Ejecutivo autonómico sin los socialistas?, ¿y si la noche del 28 Coalición Canaria y Partido Popular suman lo imprescindible para construir una mayoría suficiente en la Cámara regional? Alberto Núñez Feijóo llegará en 48 horas al archipiélago para intentar que la ola del PP (aunque no esté alcanzando la altura y fuerza que desearían los populares) tire de sus candidatos autonómicos y locales.

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