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El órdago de Sánchez da alas al pacto Coalición-PP
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Jaime Pérez-Llombet

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El órdago de Sánchez da alas al pacto Coalición-PP

El presidente puede que recupere parte del electorado perdido, complicando los pactos PP-Vox, pero en Canarias ni Coalición Canaria ni los populares necesitan a los de Abascal

Foto: Fernando Clavijo, de Coalición Canaria, en una imagen de archivo. (EFE/Ramón de la Rocha)
Fernando Clavijo, de Coalición Canaria, en una imagen de archivo. (EFE/Ramón de la Rocha)
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El órdago de Pedro Sánchez, precipitando el final de la legislatura, tendrá consecuencias en las Islas, pero será poniéndoselo más difícil a sus candidatos autonómicos y locales. Aunque los socialistas más optimistas tiren de manual y hagan correr la voz de que unas elecciones generales coincidiendo con la formación de Gobierno o de las corporaciones insulares y municipales hará tambalear o ralentizará un acuerdo de Coalición Canaria y PP (forzándoles a esperar, a ver qué pasa el veintitrés de julio), el efecto del adelanto electoral en las Islas es otro, alejando la hipótesis de pactos PSOE-PP en el archipiélago. La estrategia de Sánchez podrá funcionarle o no en el resto del país, en tantas regiones o ayuntamientos donde los populares tengan que apoyarse en Vox por activa o pasiva, sea limitándose a votar los de Santiago Abascal o incorporándose a los grupos de gobierno. Rompiendo el verano al país, el presidente puede que recupere parte del electorado perdido al grito de ¡no pasarán!, complicándole mucho o poco la vida al PP por sus acuerdos con Vox en otras regiones. En Canarias será diferente. La onda expansiva de esa receta no alcanzará al archipiélago porque en las Islas ni CC ni PP necesitan a Vox.

Cuando el último fin de semana de julio cierren los colegios electorales se sabrá si a Sánchez le salió bien la jugada y, en esa idea, si forzando una votación con los acuerdos PP-Vox en caliente consigue movilizar a la izquierda con el mantra de la ola reaccionaria, y el consiguiente ¡no pasarán!. Tal vez en la Península ese reconstituyente dé resultados. Además de cortocircuitar el motín a bordo que empezó a coger cuerpo la noche del domingo, puede que Sánchez le evite al PSOE la hemorragia que garantizaba a los socialistas un buen puñado de meses con las comunidades y ayuntamientos donde gobernará el PP proyectando cambio y desgaste, cargando contra Sánchez y las malas compañías. Incluso puede que lo de plantar cara a la ola reaccionaria (eslogan que se repetirá a todas horas, en todas partes) le permita mejorar en algo los resultados en las inminentes generales. Sin embargo, la receta que puede funcionar en otras regiones no es aplicable a Canarias; básica, lisa y llanamente porque Coalición Canaria y PP no necesitan a Vox para lograr mayorías y, en la que viene a ser la peor noticia posible para los socialistas en el archipiélago, el adelanto electoral aleja y de qué manera la posibilidad de pactos PSOE-PP en las Islas.

Foto: El candidato de Coalición Canaria, Fernando Clavijo, sigue los resultados electorales. (EFE/Ramón de la Rocha)
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Sin elecciones en julio habría sido diferente. Los socialistas ganan pero no suman ni la Cámara regional ni en algunos de los ayuntamientos que más pesan. Remando contra los números, quienes en las filas socialistas ganan pero no suman están tentando a los populares con ofertas rompedoras. En otro contexto podría llegar a ser, pero sumergidos desde el mismísimo lunes con la comparecencia de Sánchez en una campaña que resucitará el fantasma de las dos Españas, socialistas y populares conviven como el agua con el aceite en el Parlamento autonómico. Alcanzándose un acuerdo CC-PP para volver al Gobierno de Canarias, Coalición no sacrificará algunas de sus plazas más estratégicas en las corporaciones locales.

Los socialistas están haciendo lo que corresponde, lo propio cuando los resultados electorales te han dejado en herencia unas ecuaciones cargadas de veneno, ganar sin gobernar, ganar sin tener algún partido más o menos compatible para sumar y conformar mayorías. Y lo suyo, cuando una organización o los candidatos despiertan con el reloj y las combinaciones a la contra, consiste en intentar romper la baraja ofreciendo impensables. Sin embargo, el muro no se deja atravesar. Coalición y PP se necesitan para certificar el final prematuro del cambio que los socialistas protagonizaron hace cuatro años, rompiéndose así veintiséis años de hegemonía que permitieron a CC la centralidad que ahora podrá recuperar desde el Gobierno y algunas de las principales corporaciones locales. Si el presidente en funciones y secretario general del PSOE, Ángel Víctor Torres, proclamó el cambio en 2019, cuatro años después Coalición y PP se han conjurado para dar forma a lo que han bautizado como el cambio del cambio. Los números les sonríen para exportar ese acuerdo de Gobierno a muchas instituciones.

Al quedar CC por encima de PP, decae la posibilidad de que el PSOE se apoye en los nacionalistas. Otra puerta que se le cierra a Torres

La carambola que dejó a CC en la oposición ha vuelto a darse, pero esta vez le juega al pie a Coalición y zancadillea a los socialistas, y por alcance a Ángel Víctor Torres, sacrificado por culpa del batacazo de Podemos —los morados han pasado de ser gobierno a fuerza extraparlamentaria, consumándose así la venganza de su ex secretario de Organización, Alberto Rodríguez— y por sus listas insulares, planchas que no han estado ni de lejos a la altura de la papeleta regional que encabezaba un presidente al que no ha bastado su tirón personal. Como tantas veces se auguró, si las flores del pacto de las flores alcanzaban la mayoría parlamentaria la reedición del cuatripartito de esta última legislatura será automática. No sumaron. Los socios del pacto de las flores aportan solo veintinueve escaños, lejos de los treinta y seis que dan o quitan gobiernos. Tampoco la gestión del volcán palmero ha ayudado, al revés. En La Palma se ha penalizado a quienes protagonizaron la respuesta a la crisis. La mayoría absoluta de Coalición en el Cabildo de la Isla certifica el castigo de un electorado molesto por las expectativas que generó la constante presencia del presidente y sus ministros, anuncios que en grandísima medida han ido llegando tarde y tirando a mal. Curiosamente, el electorado ha censurado más la gestión de la crisis del volcán que el escándalo protagonizado por el clan Fuentes con epicentro en Fuerteventura y repercusión en el conjunto del país.

Como también tantas veces se profetizó, al quedarse cortas las flores se ha activado el escenario alternativo, con CC aportando veinte escaños y el PP catorce, importando muchísimo el orden de los factores porque en este caso sí altera el producto. Súmense a esos treinta y cuatro los tres escaños de la Agrupación Socialista Gomera, especialmente a las puertas de lo que se intuye un cambio de manos en los ministerios, que pasaría a gestionar el PP —un elemento sustancial, esto último, en términos generales, pero particularmente relevante para el líder de ASG, Casimiro Curbelo—. Si el PP hubiera logrado más escaños que Coalición la hipótesis de un pacto PSOE-CC —primera y tercera fuerza en la Cámara regional— habría sido más que probable. No fue así. Al quedar Coalición por encima de los populares decae la posibilidad de que los socialistas se apoyen en los nacionalistas. Otra puerta que se le ha cerrado a Torres, pero no solo a él, también a sus candidatos en cabildos y ayuntamientos.

Foto: El candidato a presidente del Gobierno de Canarias por Coalición Canaria y secretario general del partido, Fernando Clavijo. (EFE/Ramón de la Rocha)

Con Vox colándose sin haber hecho campaña en la Cámara regional y en las corporaciones locales —prueba definitiva de los efectos que ha tenido reconvertir unas elecciones autonómicas y locales en primarias— a Coalición Canaria se le han abierto las puertas para volver al poder y a la centralidad después de una travesía del desierto que ha durado cuatro años, ni uno más. Si el órdago electoral de Sánchez tiene consecuencias en las Islas será complicándole a los suyos la posibilidad de buscar en el PP las mayorías que las urnas les han negado. Los socialistas confían (o quieren creer) que el adelanto electoral obligará a CC y PP a retrasar los acuerdos en los que nacionalistas y populares están trabajando; pero, calendario en mano, todo apunta a que lejos de retrasar los pactos lo que ha conseguido Sánchez es convencer a Coalición y PP de que hay que cerrarlos cuanto antes, acelerar las negociaciones y anunciar los acuerdos lo antes posible.

El órdago de Pedro Sánchez, precipitando el final de la legislatura, tendrá consecuencias en las Islas, pero será poniéndoselo más difícil a sus candidatos autonómicos y locales. Aunque los socialistas más optimistas tiren de manual y hagan correr la voz de que unas elecciones generales coincidiendo con la formación de Gobierno o de las corporaciones insulares y municipales hará tambalear o ralentizará un acuerdo de Coalición Canaria y PP (forzándoles a esperar, a ver qué pasa el veintitrés de julio), el efecto del adelanto electoral en las Islas es otro, alejando la hipótesis de pactos PSOE-PP en el archipiélago. La estrategia de Sánchez podrá funcionarle o no en el resto del país, en tantas regiones o ayuntamientos donde los populares tengan que apoyarse en Vox por activa o pasiva, sea limitándose a votar los de Santiago Abascal o incorporándose a los grupos de gobierno. Rompiendo el verano al país, el presidente puede que recupere parte del electorado perdido al grito de ¡no pasarán!, complicándole mucho o poco la vida al PP por sus acuerdos con Vox en otras regiones. En Canarias será diferente. La onda expansiva de esa receta no alcanzará al archipiélago porque en las Islas ni CC ni PP necesitan a Vox.

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