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Jaime Pérez-Llombet

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Sé lo que hicisteis el último verano

La unidad de las izquierdas se cruza en las Islas con una variable que ya se les atragantó el 28-M. Yolanda Díaz debe elegir. Alberto o Podemos. Rodríguez o unidad. Ambas cosas no serán posibles

Foto: Alberto Rodríguez y Yolanda Díaz se abrazan durante la gira de la vicepresidenta por Canarias. (Alberto Rodríguez)
Alberto Rodríguez y Yolanda Díaz se abrazan durante la gira de la vicepresidenta por Canarias. (Alberto Rodríguez)
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Contrarreloj. Cocinan con el aliento del calendario en la nuca. La cuenta atrás se le atraganta a Podemos a lo largo y ancho del país, y en Canarias lo tienen más complicado si cabe. La unidad de las izquierdas se cruza en las Islas con una variable que ya se les atragantó el 28-M. Alberto Rodríguez, exsecretario de Organización de los morados, emerge otra vez (con más fuerza, si cabe) como palo en la rueda, posiblemente insalvable, en el camino de espinas que las izquierdas están sufriendo para lograr la unidad que evite el trago de la desaparición. En las Islas la tarea no es cosa de dos, sino de tres. Los morados deben convencer a Yolanda Díaz, y Yolanda Díaz a Alberto Rodríguez. Es ahí, en ese punto del triángulo del desamor, donde se deshacen las opciones de que prospere la petición de unidad solicitada este último fin de semana por Podemos Canarias.

Foto: Pablo Iglesias, durante su intervención este domingo en un mitin en apoyo de los candidatos de la coalición Unidas Sí Se Puede al Gobierno de Canarias. (EFE/Ángel Medina G.) Opinión
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Si Díaz quiere sumar votos en las Islas necesita al exsecretario de Organización de los morados. Si Podemos pretende resucitar en el archipiélago, debe lograr la unidad deseada compartiendo papeletas con la todavía vicepresidenta del Gobierno de España. Y si Yolanda Díaz decide tirar electoralmente en Canarias el 23-J de la mano de Iglesias, Montero o Belarra tiene difícil (qué difícil, imposible) incorporar a la ecuación de la unidad de las izquierdas a Alberto Rodríguez. Sin Alberto, Yolanda no suma en las Islas. Sin unidad, las izquierdas no tiran en Canarias. Alberto no se subirá a un coche donde tenga que sentarse, compartir mítines y discursos, verse en las vallas, recorrer ciudades y barrios, convencer o ensobrar papeletas junto a sus excompañeros de filas, herederos de Pablo Iglesias, cada vez más protagonista, y más presente. Yolanda debe elegir. Alberto o Podemos. Rodríguez o unidad. Ambas cosas no serán posibles, menos aún con el exsecretario de Organización sintiéndose ganador del pulso que echó en las urnas autonómicas y locales a sus antiguos compañeros.

Foto: Alberto Rodríguez y Pablo Iglesias, en el Congreso de los Diputados. (EFE/Zipi)

Esto recién comienza —proclamó Alberto Rodríguez, una vez finalizado el escrutinio—. Se sabe fuerte. No logró la proeza de lograr un acta de diputado en el Parlamento autonómico, pero quien a pie de calle simboliza el proyecto Drago (Drago Verdes Canarias, en los registros) es llave en uno de los ayuntamientos que más pesan en las Islas, San Cristóbal de La Laguna. Con dos concejales en un municipio del denominado G-4 (Santa Cruz de Tenerife, Las Palmas de Gran Canaria, Telde y La Laguna), y con las diferentes versiones de los morados desapareciendo de las principales instituciones, únicamente Rodríguez va a contar los próximos años con la proyección o repercusión que garantiza ser llave —ser, a secas—. No será el caso de los morados, a quienes las urnas han convertido en fuerza extraparlamentaria en la Cámara regional, renovándoles la existencia en algunas corporaciones pero borrándolos de otras, muchas, demasiadas. Esto no tiene marcha atrás, sentenció Rodríguez superada la prueba del veintiocho de mayo.

Foto: Alberto Rodríguez y Yolanda Díaz se abrazan durante la gira de la vicepresidenta por Canarias. (Alberto Rodríguez) Opinión
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Alberto Rodríguez está sin estar en el tira y afloja —verás que sí, dilo tú, venga, vale, cuelga tú primero— que los morados y la vicepresidenta del Gobierno están protagonizando para llegar a tiempo al evento que el presidente, Pedro Sánchez, ha organizado a pie de playa, sobre la inquietante línea que une a la operación retorno con la operación salida de los veranos patrios. Sé lo que nos hiciste el último verano, suspiran pensando en Sánchez tanto las izquierdas a la izquierda del PSOE como las familias o las empresas; pero, sin duda, sobre todo las izquierdas a las que el presidente ha querido extirparles el tiempo que necesitaban para negociar y bajar a tierra.

Foto: El exsecretario de Organización de Podemos Alberto Rodríguez. (EFE/Ángel Medina G.)

En Canarias, con Rodríguez comenzando su aventura en solitario, la unidad de la izquierda pinta mal, peor incluso que en el resto del país. Díaz, Belarra y Rodríguez dibujan un trío electoral poco probable. Yolanda, Ione y Alberto dan forma a un triángulo de las Bermudas que complica la unidad que reclamó este fin de semana la coordinadora autonómica de Podemos en las Islas, Laura Fuentes. No es un secreto que Díaz y Rodríguez tienen la química que el exsecretario de Organización no tiene con sus excompañeros. En Canarias la unidad no fue posible. En las Islas, de cara a las generales, si Yolanda Díaz finalmente suma con los morados, tendrá que hacerlo sin Alberto Rodríguez, con lo que sumará restándose.

Foto: El exsecretario de Organización de Podemos Alberto Rodríguez, junto a varios aliados presentando proyecto Drago. Entre ellos, Héctor Morán, muy cercano a la ministra de Trabajo. (EFE/Ángel Medina G.)

En el comunicado que el Consejo Ciudadano de Podemos Canarias emitió días atrás puso por escrito su apuesta por la confluencia con Yolanda Díaz. Los morados de las Islas quieren sumar con Sumar. La experiencia de ir por separados —Rodríguez fue invitado a integrarse, y no— ha destrozado a Podemos en el archipiélago. Solo la asociación con Yolanda Díaz puede devolverlas a la vida, pero Rodríguez vuelve a cruzarse en su camino. Sin lugar a dudas habrá acuerdo, ha dicho la vicepresidenta. Si su optimismo es cierto o impostado —constituyendo prueba, por si finalmente van por separado— sólo Díaz o sus más cercanos lo sabrán. En las Islas una hora menos. Sin Alberto Rodríguez poco puede sumar Yolanda Díaz en Canarias. Con Alberto Rodríguez difícilmente podrá la vicepresidenta ir de la mano con los morados. Una cosa o la otra. No se puede tener todo en la vida de las izquierdas de las Islas.

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La fragmentación del voto de izquierdas pasó factura a Podemos, y al presidente en funciones, Ángel Víctor Torres. En la Cámara regional los morados pasaron de socios de Gobierno a extraparlamentarios, cortocircuitando la reedición del pacto que sustentó al Ejecutivo regional estos últimos cuatro años y, hecho el destrozo, sirviendo en bandeja a Coalición Canaria y PP el regreso del centroderecha al poder en los ámbitos autonómico, insular y municipal. La división de la izquierda, que a pie de calle representan Podemos y el proyecto Drago de Alberto Rodríguez, desalojó a los morados en seis de las principales instituciones de las Islas. Según una proyección de resultados de Podemos y Drago Verde Canarias, en aplicación de la Ley D´Hont, de haber concurrido conjuntamente, habrían amanecido el veintinueve de mayo con presencia en el Parlamento y cabildos, mejorando su presencia en los principales ayuntamientos o evitando su desaparición en el de Santa Cruz de Tenerife.

No parece que en julio esa confluencia sea posible; al menos, no con Alberto Rodríguez en papeletas teñidas de morado. Sin Alberto Rodríguez poco podrá sumar Yolanda Díaz en las Islas. O suma con Alberto o suma con Podemos. Una cosa o la otra. Verde o morado. Química o matemáticas. El abrazo que el ex secretario de Organización de Podemos y la vicepresidenta se dieron ante las cámaras, en la última visita de Díaz a Canarias, anuncia que la suerte está echada y que su apuesta es él.

Contrarreloj. Cocinan con el aliento del calendario en la nuca. La cuenta atrás se le atraganta a Podemos a lo largo y ancho del país, y en Canarias lo tienen más complicado si cabe. La unidad de las izquierdas se cruza en las Islas con una variable que ya se les atragantó el 28-M. Alberto Rodríguez, exsecretario de Organización de los morados, emerge otra vez (con más fuerza, si cabe) como palo en la rueda, posiblemente insalvable, en el camino de espinas que las izquierdas están sufriendo para lograr la unidad que evite el trago de la desaparición. En las Islas la tarea no es cosa de dos, sino de tres. Los morados deben convencer a Yolanda Díaz, y Yolanda Díaz a Alberto Rodríguez. Es ahí, en ese punto del triángulo del desamor, donde se deshacen las opciones de que prospere la petición de unidad solicitada este último fin de semana por Podemos Canarias.

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