Del 79% a Albert (Rivera) al 87% a Carles (Puigdemont)

En febrero de 2016, los militantes del PSOE ratificaron un acuerdo con Ciudadanos. Sánchez, secretario general y promotor de aquella consulta, obtuvo el apoyo del 79% —en Canarias rondó el 70%—. Con ese resultado, el resucitado líder de los socialistas e impulsor de la convocatoria concluyó que los suyos avalaban su proceder. Solo cinco de cada diez socialistas de carnet se pronunciaron en aquella ocasión. La mitad se quedó en casa, nunca supo (ni sabrá) por qué, cuál fue la razón última (o primera) que llevó a cinco de cada diez militantes a desentenderse o, en su caso, a guardarse su opinión.

Siete años después, Sánchez vuelve a tirar de la militancia, dándole protagonismo y voz, otorgándole a las bases tanto peso como sea necesario para diluir el eco de quienes, históricos o barones díscolos, están afeándole la conducta en público. Otra vez los militantes como escudo. Otra vez las bases llamadas a filas para contrarrestar las críticas, el malestar o la preocupación que internamente están provocando los acuerdos con los independentistas catalanes —capaces, entre otras cosas, de dejar fuera de plano a Bildu o al PNV—. Otra vez los socialistas canarios alineándose con disciplina castrense con su secretario general. Y superándose.

Si en 2016 apoyaron la política de pactos de Sánchez con un 70%, esta vez han batido su récord y le han dicho al presidente que sí, adelante, el 91% de los militantes en las Islas, situando al PSOE canario como el segundo territorio donde con mayor contundencia se han respaldado los acuerdos que los negociadores socialistas, mandatados por el presidente, están rematando con Carles Puigdemont y otros grupos parlamentarios. Medalla de plata, subcampeonato en la liga del sanchismo que el secretario general en el archipiélago, Ángel Víctor Torres, se anotará a ojos de Ferraz para seguir haciéndose un hueco que ayude a apuntalar sus aspiraciones ministeriales.

Si bien ya no llama la atención que los militantes del PSOE canario sean disciplinados cuando el secretario general los recluta, sí sorprende que nueve de cada diez hayan apoyado unos acuerdos que tienen a muchas comunidades autónomas levantando la mano, y a un ejército de ciudadanos de a pie, simpatizantes socialistas o no, sumergidos en un mar de dudas sobre el alcance de lo que el presidente en funciones está cerrando con los de Puigdemont. ¿Está de acuerdo el 91% de los militantes del PSOE en las Islas en que se conceda la amnistía a un buen puñado de independentistas catalanes?, ¿apoyan que se condene la deuda a Cataluña?

"Sorprende que 9 de cada 10 apoyen​ acuerdos que hacen a otras CCAA levantar la mano"

A juzgar por su pronunciamiento, sí. O no. Quién sabe. En Canarias, y en el conjunto del país, a los militantes se les preguntó lo que se les preguntó y, sobre todo, no se les preguntó lo que no se les preguntó. ¿Apoyas el acuerdo para formar un Gobierno con Sumar y lograr el apoyo de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria? A esa pregunta, el 91% de los militantes del PSOE en el archipiélago ha dicho que sí, adelante. Ahora bien, ¿qué piensan de la amnistía, de la condonación de la deuda o de otros acuerdos que se están cerrando a posteriori? Nunca se sabrá.

De una lectura orgánicamente idílica de lo que la militancia tenía en la cabeza cuando se pronunció, podría concluirse (presumiendo un altísimo grado de información por parte de las bases) que aunque no se aludió a los actores y aspectos más delicados de los acuerdos, los militantes conocían perfectamente cuál es la letra pequeña del contrato con Junts. Si así fuera, y se da por cierta esta tesis, ¿por qué no incluyeron esos términos en la pregunta de la consulta?, ¿por qué la descafeinaron? Nunca se sabrá qué piensan, básicamente porque esa era la idea, no saber, dejarlo en el aire, no vaya a ser qué. No lo ven así en el PSOE de las Islas.

A juicio de Nira Fierro, secretaria de Organización, todo el que votó sabía lo que estaba votando. No se detalló en la pregunta, pero saben los militantes lo que se decidió en el Comité Federal —ha afirmado Fierro—. Tal cual. Fin de la cita. Va más allá. Afirma, sin matices, que la militancia ha avalado las negociaciones para la investidura y ha pedido a Sánchez que articule una mayoría parlamentaria suficiente. ¿Y sobre la condonación de la deuda a Cataluña? Es pronto, apunta la secretaria general del PSOE canario. Habrá que estar a la literalidad de la modificación legislativa cuando llegue el momento, recalca la número dos de los socialistas.

El caso canario, la consulta a la militancia, deja porcentajes y dudas. El apoyo casi unánime de quienes sí hicieron un hueco para ir a votar habla de una organización, en las Islas, que cierra filas con el secretario general —si se da por bueno como termómetro, Canarias es la segunda federación más sanchista del país—. Claro que nunca se sabrá qué lectura hacerse de la abstención. Qué piensan los militantes socialistas que se quedaron en casa. Cómo valoran los acuerdos que Pedro Sánchez y sus negociadores han cerrado o están culminando.

¿Rechazo o pereza?

¿La abstención esconde un rechazo o únicamente pereza, pocas ganas de participar y agotamiento? Puede ser una cosa, o la otra. Eso quedará en el ámbito de lo incierto. Cosa diferente es el porcentaje de participación (53%) y de desentendimiento (47%). Uno de cada dos militantes se tomaron la molestia de votar. Uno de cada dos decidió no acudir a la llamada de su secretario general. El 63% de los militantes socialistas apoyan muy mayoritariamente (con un 87%) lo que los fontaneros de Sánchez están rematando estos días. El restante 37% no se sabe por qué su opinión prefirió quedarse en casa.

Como ha ocurrido en otras ocasiones, entre otros interrogantes queda conocer si los militantes y los votantes del PSOE piensan lo mismo, una duda razonable que no se despejará hasta la siguiente convocatoria electoral. Según la secretaria de Organización de los socialistas canarios, Sánchez ha hecho lo que tenía que hacer. Buscar las palabras adecuadas para resolver un conflicto, ha dicho Nira Fierro. Desde la óptica del partido, de eso se trata, dar con las palabras adecuadas para describir el fondo de la cuestión, el trasfondo de los acuerdos.