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Jaime Pérez-Llombet

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Coalición Canaria sale de la investidura con una triangulación bajo el brazo

El sí de CC a Pedro Sánchez no solo trae bajo el brazo presupuestario (y competencial) una batería de compromisos. El acuerdo de coalición con el PSOE en el ámbito del Estado permite a los nacionalistas canarios la cuadratura del círculo

Foto: La representante de Coalición Canaria (CC) en el Congreso, Cristina Valido, a su salida de la segunda sesión del debate de investidura de Pedro Sánchez. (Europa Press/Carlos Luján)
La representante de Coalición Canaria (CC) en el Congreso, Cristina Valido, a su salida de la segunda sesión del debate de investidura de Pedro Sánchez. (Europa Press/Carlos Luján)
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Quienes trabajan en investigaciones cualitativas y los que deciden la estrategia de Coalición Canaria tienen en común el uso de la triangulación para multiplicar la validez y credibilidad de los resultados. El sí de CC a Pedro Sánchez no solo trae bajo el brazo presupuestario (y competencial) una batería de compromisos. El acuerdo de coalición con el PSOE en el ámbito del Estado permite a los nacionalistas canarios la cuadratura del círculo, la fórmula mágica que cualquier partido querría para sí: una triangulación que les permitirá multiplicar su visibilidad en Madrid, neutralizar en grandísima medida a la oposición socialista en la Cámara autonómica, y, tres de tres, hacerlo sin perder ni arriesgar su convivencia con el PP, socios de coalición en el Gobierno regional, cabildos y en un buen puñado de ayuntamientos del archipiélago.

Si el presidente, ya reelegido, ha obrado el milagro de su siempre penúltima resurrección, Coalición Canaria sale de la sesión de investidura logrando la triangulación pero con sentimientos encontrados. El sí a Sánchez ha enfadado a muchos parroquianos de CC, votantes a los que las amnistías u otros excesos pueden escocer mucho o poco, depende; ahora bien, cosa diferente es ver a Cristina Valido en la orla del sí, en el panel de los socios de un presidente especialmente malquerido por quienes suelen apoyar a Coalición (eso es otro cantar).

Foto: La representante de Coalición Canaria (CC) en el Congreso, Cristina Valido. (Europa Press/Eduardo Parra)

La diputada empezó su intervención en la tribuna del Congreso reconociéndose algo inmolada. Nuestro apoyo a Sánchez no nos es rentable electoralmente, tampoco es el que menos coste político nos causa, confesó Valido. El cabreo de muchos simpatizantes de CC tiene que ver mucho con Sánchez y algo menos con los términos de sus acuerdos con los independentistas catalanes o vascos. Hará falta pedagogía. Mucha. Serán necesarias toneladas de argumentos, cifras y resultados tangibles para hacerse entender ante los propios.

Los nacionalistas canarios deberán esforzarse para que los suyos lleguen a entender que el acuerdo firmado con el PSOE bien merecía el sí. Un sí, el de CC, incómodo, difícil. Un sí, a Sánchez, que dibuja el precio que Coalición ha aceptado pagar anteponiendo la utilidad de su voto —la oportunidad de amarrar contrapartidas para las Islas— al sentir de sus afiliados o afines. El enfado de los suyos retrata un mal necesario, un dolor inevitable, un trago imprescindible para mostrarse, en el transcurso de los meses o años que dure la legislatura, como una herramienta más útil que meramente testimonial.

placeholder El recién nombrado presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es aplaudido tras finalizar la segunda sesión del debate de investidura. (Europa Press/Eduardo Parra)
El recién nombrado presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es aplaudido tras finalizar la segunda sesión del debate de investidura. (Europa Press/Eduardo Parra)

Tienen en CC munición suficiente —básicamente contenida en la agenda canaria que les ha firmado el grupo socialista— para hacer ver que el sí a Sánchez que ha cortado la digestión a sus votantes es un sí a regañadientes pero inteligente y, sobre todo, útil. Coalición asume el desgaste de los primeros días o semanas convencida de que los compromisos que han cerrado con el inminente Gobierno de España generarán una lluvia fina que lenta pero imparablemente permitirá hacerse entenderse a ojos y oídos de los suyos, y quién sabe si más allá. Con o sin el apoyo de CC, Sánchez iba a despertar hoy como reelegido presidente. No ha estado en manos de Coalición evitarlo ni facilitarlo.

El voto de Valido ha sido prescindible. El presidente no seguirá en Moncloa porque Coalición lo haya hecho posible. En definitiva, las aritméticas parlamentarias sentencian que Sánchez no ha amanecido otra vez presidente gracias al voto de los nacionalistas canarios. Con esa premisa, en CC concluyeron que, si con ellos o sin ellos no tienen los males remedios, cómo dejar pasar la oportunidad de que les firmen demandas históricas, facturas pendientes o partidas que darán forma al balance de Coalición cuando la legislatura finalice y las urnas se reabran.

Desmarcarse de amnistías

Estos días, y los que vendrán, CC se ha esforzado en desmarcarse de amnistías y de la confusión de poderes que tiene a millones de ciudadanos-contribuyentes desahogando su enfado en oficinas, sobremesas, bodas y bautizos. El alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, de CC, ha ido más lejos. Con el objetivo de dejar bien claro que no comulga con Sánchez y sus cesiones, Bermúdez convocó a los medios coincidiendo con el inicio del debate de investidura para anunciar que ha dado la instrucción a los servicios jurídicos del Ayuntamiento de que exploren la posibilidad de tumbar la ley de amnistía en vía judicial. CC ha votado sí, pero no.

Sí, y no. No a los acuerdos de Sánchez con otras partes contratantes, pero sí a poner en valor su escaño, un voto, solo uno, pero suficiente para conseguir que el siguiente Gobierno cumpla el contrato que Coalición cerró a cambio del sí. Más de mil millones al año. El sí de CC vale la gratuidad de autobuses y tranvías o mejoras en la financiación autonómica, recursos para colegios, viviendas, obras hidráulicas y carreteras, ayudas para el empleo o, entre otros epígrafes del acuerdo, el compromiso de que la acogida de menores inmigrantes deje ser de un esfuerzo únicamente canario para recuperar la olvidada condición de asunto de Estado.

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José L. Jiménez. Las Palmas de Gran Canaria

Los socialistas firman a Coalición la agenda canaria, el documento que recoge reivindicaciones-bandera para los nacionalistas como la ejecución de los convenios Canarias-Estado, el cumplimiento del Régimen Económico y Fiscal canario o del rejuvenecido Estatuto de Autonomía. Entre una cosa y otra, CC rentabiliza de forma más que notable su único escaño en el Congreso de los Diputados. Sin duda, con lo que ha quedado por escrito; pero hay más. Ese sí trae en la maleta la ventaja de tener al PSOE en las Islas con el relato de su oposición al Gobierno CC-PP cortocircuitado. Triangulación. Poliamor. Trío estable. Triángulo amoroso.

Una cuadratura del círculo que Coalición se lleva a casa una vez finalizada una investidura incómoda que abre una legislatura incierta. Si Sánchez ha despertado hoy otra vez presidente, CC sale de la investidura recuperando la centralidad que tantas alegrías les ha dado. Tendrán que fajarse, ser pedagógicos con los suyos. No será sencillo sofocar el enfado de muchos votantes, pero tienen meses por delante con las fichas inmejorablemente colocadas sobre el tablero. Desenfocan aquellos que especulan con la hipótesis de que el acuerdo CC-PSOE romperá el acuerdo de Coalición con el PP en el Ejecutivo regional.

Tanto dará si se concretan o no los deseos ministeriales del expresidente canario, Ángel Víctor Torres, y, a partir de ahí, su hipotética marcha Madrid. El pacto CC-PP no se resentirá. El sí a Sánchez no pasará factura al acuerdo de Coalición con los populares. CC ha logrado la triangulación deseada y no va a desperdiciar una posición inmejorable para ponerse en manos de los socialistas en los ámbitos estatal y autonómico.

Quienes trabajan en investigaciones cualitativas y los que deciden la estrategia de Coalición Canaria tienen en común el uso de la triangulación para multiplicar la validez y credibilidad de los resultados. El sí de CC a Pedro Sánchez no solo trae bajo el brazo presupuestario (y competencial) una batería de compromisos. El acuerdo de coalición con el PSOE en el ámbito del Estado permite a los nacionalistas canarios la cuadratura del círculo, la fórmula mágica que cualquier partido querría para sí: una triangulación que les permitirá multiplicar su visibilidad en Madrid, neutralizar en grandísima medida a la oposición socialista en la Cámara autonómica, y, tres de tres, hacerlo sin perder ni arriesgar su convivencia con el PP, socios de coalición en el Gobierno regional, cabildos y en un buen puñado de ayuntamientos del archipiélago.

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