Es noticia
Johansson reprocha a Johansson la falta de respuesta de la UE (ante la crisis migratoria)
  1. España
  2. Islas Canarias
Jaime Pérez-Llombet

Con siete puertas

Por

Johansson reprocha a Johansson la falta de respuesta de la UE (ante la crisis migratoria)

Que Johansson haya proclamado que la situación en las islas exige una respuesta de la UE retrata la situación. La comisaria llegó al archipiélago con meses de retraso, demasiados

Foto: Ylva Johansson, durante una visita a Las Palmas el pasado 15 de diciembre. (EP)
Ylva Johansson, durante una visita a Las Palmas el pasado 15 de diciembre. (EP)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Desdoblamiento de la personalidad, resistencia a la aceptación —de las responsabilidades propias— o, en el caso de Ylva Johansson, desgana y una mal disimulada intención de escurrir el bulto, como suele hacerlo la Unión Europea, siendo como son especialistas en Bruselas en ganar tiempo perdiéndolo o en perder tiempo para ganarlo. Cualquiera de la hipótesis encaja en la solemne distancia con la que la comisaria europea de Interior ha liquidado su esperada presencia en Canarias. Muchas opciones, y ninguna buena.

Que Johansson haya proclamado que la situación en las islas exige una respuesta de la UE retrata la situación. La comisaria llegó al archipiélago con meses de retraso, demasiados. Canarias lleva una eternidad afrontando, con más voluntad que recursos, la peor crisis migratoria. A diferencia de lo que ocurrió en 2006, Europa no ha reaccionado, poco o nada ha hecho más allá de declaraciones tan esporádicas como gelatinosas, titulares de escape, anuncios que se diluyen al acabar el ceremonial de la comparecencia. Mientras, la comisaria exige, se sorprende y confía. Johansson espera que estos días los Veintisiete pacten una solidaridad obligada —tal cual, solidaridad y obligatoriedad fundidas en un solo cuerpo—. Obviamente, no concreta. No baja al detalle. Evita asumir compromisos, huye de los calendarios y de la descripción de líneas de trabajo, fichas financieras u objetivos tangibles o evaluables. Su presencia en las Islas, con afirmaciones cargadas de abstracción, ha sembrado desconcierto y frustración; también escepticismo.

Cómo digerir, sin desconfianza, que Johansson haya reprochado públicamente a Johansson la falta de respuesta de la Unión Europea, en 2023, ante el crecimiento imparable del éxodo africano y, en consecuencia, de la ruta atlántica o canaria de la inmigración que sale del África Occidental para llegar (o no) a las Islas —dependiendo de cómo los trate el océano durante su travesía—. La gestión de la crisis migratoria es una responsabilidad europea que exige una respuesta europea, ha dicho la comisaria, desentendiéndose de su condición de comisaria. Habla como podría hacerlo alguien sin responsabilidades en la materia, pero no quien está (o debería estar) directamente implicada en la respuesta que Johansson echa en falta, sin reparar en el detalle de que ella es Johansson, comisaría europea de Interior.

Foto: El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en Marruecos. (EFE/EPA/Jalal Morchidi) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Albares se fue a Rabat (sin Canarias)
Jaime Pérez-Llombet

Yendo algo más allá, tiró de fondo de armario para dejar colocado el otro titular que se trajo de Bruselas. Ni Canarias ni España están solas en el desafío que supone el fenómeno migratorio —proclamó—. Reincidiendo en su idea de que ella no es quien es y, en consecuencia, que ella no tiene las competencias que tiene, la comisaria se ha limitado a remitir a lo que el Consejo o el Parlamento europeo puedan decir sobre el denominado Pacto de migración y asilo, documento que, con más tinta que certezas, se propone aliviar la presión que sufren los países o regiones frontera. La responsable de Interior se limitó a aliñar su ensalada argumental, poco más.

Canarias ha pasado un buen puñado de meses viniéndoselas a solas en el día a día migratorio, con el Estado instalado en el optimismo mágico del ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y con la UE mirando al Mediterráneo. La gestión europea y estatal de la penúltima crisis migratoria se mueve en un mar de sombras. La coordinación, los acuerdos con países terceros, el refuerzo de los recursos materiales y humanos para mejorar la información y seguimiento de embarcaciones y embarcados, la mejora de infraestructuras, las derivaciones o el trabajo a pie de muelle cuando los cayucos desbordan previsiones y capacidad de respuesta, se han movido en un océano de titulares de un milímetro de profundidad en lo que a hechos ciertos se refiere. Con el expresidente autonómico —ahora ministro de Política Territorial y Memoria Democrática— compartiendo mesa y autocomplacencia, Marlaska recuerda que no hay soluciones mágicas —nadie las ha pedido— cifrando lo indescifrable cuando anuncia que se ha frenado en las costas de Senegal y Gambia la salida de 7.200 migrantes irregulares hacia las Islas.

Nada se sabe de las embarcaciones que pasaron de largo camino de su desaparición sin constar en estadística alguna. Sin embargo, el ministro que no cree en la magia, peca de ciencia ficción cuando asegura que en los dos últimos meses se ha frenado el 46% de las llegadas irregulares al archipiélago, detalle, en porcentajes y cifras, que choca frontalmente con la reconocida dificultad de tener tanta información como Marlaska dice tener. No cree en soluciones mágicas; o sí, pero no es consciente. De otra forma no se digiere que hable de apostar por la cooperación con los países de origen, algo tan teóricamente necesario como inútil en la práctica, como así se ha demostrado a lo largo de los últimos años y gobiernos.

Foto: Cristina Valido en el debate de investidura de Pedro Sánchez. (EP/Alejandro Martínez Vélez) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
Los pactos de investidura y la 'mousse' de luz
Jaime Pérez-Llombet

Canarias no puede convertirse en el final del trayecto. Los migrantes van camino del continente, no ven en las Islas su destino. Hace falta que se dote a la Comunidad Autónoma para que pueda abordar la atención y exigencias que trae consigo la presencia de los adultos y, sobre todo, de menores que llegan en cayucos o pateras; esa demanda es incontestable, tanto como la urgencia de mejorar las infraestructuras de acogida. Ahora bien, las respuestas a las crisis migratorias —que lejos de ir a menos irán a muchísimo más— pasan por preparar a Canarias no como destino último, sino como zona de tránsito. Dar por bueno el papel del archipiélago como final del trayecto equivaldría a convertir un área de descanso de una autopista en un espacio donde acampar, en primera instancia, y quedarse a vivir, finalmente.

Quienes sí saben de los desdoblamientos de la personalidad explican que, descrito de forma genérica, sin entrar en la casuística, se traduce en experimentar simultáneamente dos o personalidades, la propia y la extraña, cada una con una historia, una actuación y un mundo que puede desconocer aquel otro con el que convive. Aun siendo enorme la tentación, dada las similitudes a las que arrastran sus declaraciones, no cabe atribuir a la comisaria un caso de desdoblamiento de personalidad. Es otra cosa. Lo suyo se acerca más a procrastinar que a desdoblar. Johansson llega a Canarias muchos meses después de haber empezado a vivirse la crisis migratoria más exigente, y, lejos de explicar cómo es posible que han tardado tanto o que hagan tan poco, habla de sus responsabilidades con distancia, refiriéndose a la primera persona en tercera persona, como si no fuera con ella. Cuando Johansson censura la falta de respuesta de Johansson se confirma que poco puede esperar Canarias de competentes que no se sienten competentes en la materia.

Desdoblamiento de la personalidad, resistencia a la aceptación —de las responsabilidades propias— o, en el caso de Ylva Johansson, desgana y una mal disimulada intención de escurrir el bulto, como suele hacerlo la Unión Europea, siendo como son especialistas en Bruselas en ganar tiempo perdiéndolo o en perder tiempo para ganarlo. Cualquiera de la hipótesis encaja en la solemne distancia con la que la comisaria europea de Interior ha liquidado su esperada presencia en Canarias. Muchas opciones, y ninguna buena.

Noticias de Canarias Inmigración
El redactor recomienda