González-Páramo, Ureta y los que mueven el mercado

Como no podía ser de otra forma, en el madrileño Cerro del Águila, se levanta majestuoso el IESE, la Business School de la Universidad de Navarra. Entre un frondoso pinar y con la tranquilidad propia de aquellos que han hecho delOra et Labora su máxima en la vida observamos que a pesar de lo que digan los ‘alumnos protesta’ y algunos sectores del profesorado, la educación de excelencia también es posible en España. Tan es así que el IESE ocupa el séptimo lugar en el ránking de las mejores escuelas de negocios del mundo pero no es la única española. Entre los 10 primeras veremos también al Instituto de Empresa (IE) y al ESADE de Barcelona. Según el TOP 20 del Finantial Times, IESE es la única que tiene dos centros en este ranking pues cuentan con un gemelo en China que ocupa la posición número 15.

En un salón a medio llenar, ya saben que el fútbol lo trastoca todo, se celebró el XX aniversario del simposio que todos los años celebra el Center for International Finance (CIF). Esta fue una de las mil ideas que tuvo el genial visionario Rafael Termes. Alma Mater del Banco Popular supo anticiparse a los tiempos en muchas cosas y potenciar la formación, no sólo de economistas sino también de periodistas, hasta convertir nuestra banca en una de las mejores del mundo. A pesar de lo que algunos piensen y comparando con los medios de otros países, creo que nuestro Cuarto Poder tampoco le va a la zaga.  

El profesor Juan José Toribio, que no puede estar un minuto sin pronunciar algún anglicismo, recogió hace años el testigo de Termes (un aficionado a la montaña de verdad y no como dice ser Luis Bárcenas) para formar, informar y entretener a nuestros altos directivos. Lo noté en la calidad de las preguntas que hacían a los ponentes pues eran auténticos balazos. Algunas de tan alto calibre que desmontaban o matizaban las afirmaciones que hacían los que a la palestra salían.

Así le ocurrió a Miguel Ángel Ariño, profesor del IESE que es capaz de recordar a todos sus alumnos de las últimas 30 promociones. Su índice de incertidumbre económica es mejorable y además prueba aquello de que los economistas son los mejores para explicar que ha ocurrido lo contrario de lo que anunciaron.

Miguel Antón por su parte, desveló la fuerte conexión de los mercados y los resortes que mueven muchos Hedge Funds. Una auténtica película de terror saber que sí hay gentes que desde sus despachos pueden influir en las vidas de millones de personas.

Para tranquilizar un poco al personal nada mejor que José Manuel González-Páramo. Exmiembro del Comité Ejecutivo del BCE y uno de los españoles que más alto ha llegado en el Olimpo financiero internacional. Tan es así que a punto estuvo de quitarle la silla a Luis Linde tras la marcha de MAFO, que Dios guarde lejos de otro cargo público. De hecho, dicen de Páramo que es de los pocos amigos que tiene Mario Draghi aunque es difícil sacarle información. Hombre tan enjuto como educado, es de esos que sostiene la puerta al que va detrás, cosa extraña en la Piel de Toro que parece que esperamos que le rompa la nariz al siguiente usuario.  

Ni una palabra más alta que otra, ni un cachondeito. Por ello cuando le escuché decir que a pesar de nuestra profunda recesión se ven algunas luces tenues se me quitó algo de esta apretura en el pecho que llevo desde hace tiempo. “Un euro en Chipre no vale lo mismo que en Alemania, y esto a la larga no es sostenible”, dijo González-Páramo”. “El papel del BCE es asegurar la estabilidad de precios y contribuir a la estabilidad financiera. El BCE no puede financiar monetariamente a los gobiernos, ni aceptar instrucciones o presiones, ni tampoco entrar en negociaciones con ellos”, añadió el profesor de economía del IESE que destacó que en el Viejo Continente los mercados financieros siguen fragmentados. Por contarles una anécdota les diré que, por normativa interna del BCE, no puede aceptar ningún regalo que supere los 150 euros. Tuvo que pedir muchos permisos para poder dar clases en el IESE en el que comparte aula con José Manuel Campa, el único alto cargo de ZP que llegó a entonar lo más parecido a un mea culpa. 

El presidente de Renta 4, Juan Carlos Ureta, es como los hombres del desierto; se adapta a cualquier situación. Si la cosa va de risas, él es el más enrrollado, pero si se pone seria, tiene recorrido de sobra para ser quirúrgico. Lo digo porque no noté demasiada complicidad entre los dos asistentes y mantuvieron ambos una postura demasiado institucional. Ureta, Agente de Cambio y Bolsa que se soltó la melena bursátil en el Wall Street de los 80, ése donde había que pedir mesa en los restaurantes buenos con dos años de antelación, aclaró que la economía real en España no acaba de despegar. Algo que debe preocuparnos a todos pues de la financiera sólo se benefician algunos.

Mucho interés despiertan en estos actos los cócteles posteriores. Allí, y como dicen los cursis, se puede hacer mucho networking, que es tan importante como trabajar en la oficina. Conocer, que te conozcan, dejar tarjeticas y establecer contactos.