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Juego de tronos en el PSOE
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Alberto Pérez Giménez

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Alberto Pérez Giménez

Juego de tronos en el PSOE

El pasado 5 de noviembre, Gonzalo López Alba publicaba en El Confidencial que “El futuro del PSOE se llama Eduardo Madina”. En su crónica informaba de

El pasado 5 de noviembre, Gonzalo López Alba publicaba en El Confidencial que “El futuro del PSOE se llama Eduardo Madina”. En su crónica informaba de que el político vasco, pese a que “según sus mayores está ‘verde’ y que no hay sustancia debajo de su ‘lenguaje barroco’”, y al que según otros “le falta ‘ambición’ e ‘instinto asesino’ para gobernar un partido tan cainita como el PSOE”, era la esperanza de buena parte del partido y que, esta vez sí, estaba dispuesto a dar un paso que no había querido acometer en la guerra entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón. El único freno eran sus propias dudas y la necesidad de controlar los tiempos, algo que ayer saltó por los aires.

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Ayer, cinco meses después, el nombre de Madina aparecía a la vez en tres portadas como el candidato alternativo dispuesto a jugársela. ¿Por qué? ¿A quién beneficia esta exposición del tradicionalmente dubitativo Madina? “Si hay un perjudicado es él”, asegura una fuente socialista que duda que “haya partido (la filtración) del propio Eduardo”. Incluso, en público, varios dirigentes de peso han afeado su aparición y han recordado “que hay otro vasco con mucho que decir”, en clara referencia a Patxi López, el favorito del aparato actual y, sobre todo, de Pérez Rubalcaba, que en algún momento llegó a pensar en él para compartir el poder en una especie de bicefalia de transición que tan malos resultados ha dado históricamente al PSOE.

Si se busca a quién beneficia la irrupción del joven político vasco todas las miradas, dentro y fuera del partido, se dirigen hacia Carme Chacón, que ayer era una de las más felices por la aparición de Madina en las quinielas. “Carme había perdido totalmente fuelle dentro del partido después de su paripé de la votación en el Congreso de la moción soberanista del PSC, asegura una fuente del Comité Federal. “Y Alfredo parecía tener un periodo de tranquilidad”. 

Efectivamente, Rubalcaba y José Antonio Griñán, el poderoso ‘barón’ andaluz, habían renovado hace unas semanas su pacto de no agresión, por lo menos hasta la conferencia de octubre. Sin embargo, son muchos los que no quieren esta ‘calma chicha’. “Y la irrupción de Madina es otro quebradero de cabeza para Alfredo”, insisten desde el PSOE. De hecho, otras fuentes no dudan en ver la mano de Miguel Barroso en el movimiento, pues no en vano está detrás del capital de uno de los tres medios que difundía la noticia.

Si se busca a quién beneficia la irrupción del joven político vasco todas las miradas, dentro y fuera del partido, se dirigen hacia Carme Chacón, que ayer era una de las más felices por la aparición de Madina en las quinielasSea como fuere, lo cierto es que el PSOE está viviendo su particular ‘juego de tronos’ con vistas a las primarias de 2014 y, antes, al prólogo de la conferencia de octubre, a la que muchos quieren llevar propuestas alternativas. Uno de ellos es Francesc Romeu, número dos de los socialistas valencianos que presentará en mayo un texto alternativo al oficial que está elaborando Ramón Jáuregui para esa cita.

Romeu asegura que el debate del PSOE no puede “ser de nombres, sino de ideas”, y ha recorrido varias federaciones en busca de apoyos a una proposición que abordará “la reforma institucional, la social y la del modelo económico”, algo que no hace el texto de Jáuregui. Su proyecto no habla, de momento, de caras, pero Romeu tiene claro que, cuando toque, “o el PSOE huye de los rostros con pasado, o se quedará sin futuro”.

Además de Romeu, otros políticos socialistas se están moviendo desde hace semanas en las bambalinas de un partido que sufre una hemorragia continua de militantes pese a que se rebajen las cuotas. El exsenador por Granada, Luis Salvador, antiguo responsable de tecnologías en el PSOE de Zapatero, ha lanzado su ‘Foro ético’ junto a otros compañeros de militancia como el diputado Odón Elorza, que pide más radicalidad en los temas sociales como los desahucios, lo que ya le motivó un encontronazo en el Congreso con Manuel Chaves. También están recabando apoyos por las federaciones y son especialmente activos en las redes sociales.

A todos ellos hay que sumar los espontáneos, como Joan Mesquida, exdirector de la Guardia Civil y exsecretario de Estado de Turismo, cuya candidatura para encabezar una tercera vía fue tomada muy poco en serio; o el eterno candidato intermitente, el alcalde de Toledo, Emiliano García Page, que al más puro estilo Bono parece decidido a dar un paso atrás a la espera de que sean otros los que se equivoquen.

De momento, Rubalcaba calla e intenta tapar las grietas con el clásico “ahora no toca”, pero en el PSOE es difícil encontrar una sola voz que piense que Rubalcaba pueda controlar nada. “Las encuestas que hacemos son alarmantes y el descalabro en las europeas puede ser histórico”, dice un dirigente regional, que habla de pasar de 21 a 15 eurodiputados. “No es un problema sólo de nombres, ya es de marca”, sentencia. 

El pasado 5 de noviembre, Gonzalo López Alba publicaba en El Confidencial que “El futuro del PSOE se llama Eduardo Madina”. En su crónica informaba de que el político vasco, pese a que “según sus mayores está ‘verde’ y que no hay sustancia debajo de su ‘lenguaje barroco’”, y al que según otros “le falta ‘ambición’ e ‘instinto asesino’ para gobernar un partido tan cainita como el PSOE”, era la esperanza de buena parte del partido y que, esta vez sí, estaba dispuesto a dar un paso que no había querido acometer en la guerra entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón. El único freno eran sus propias dudas y la necesidad de controlar los tiempos, algo que ayer saltó por los aires.