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Manuela Carmena, el PP y el nuevo crimen de Miguel Ángel Blanco
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Alberto Pérez Giménez

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Manuela Carmena, el PP y el nuevo crimen de Miguel Ángel Blanco

Hoy, 20 años después de que el sanguinario asesino Txapote le descerrajara dos tiros en la nuca, los políticos en Madrid son incapaces de unirse en un único homenaje

Foto: Fotografía de archivo del 11/7/1997 de la manifestación que miles de personas llevaron a cabo en Ermua (Vizcaya) para pedir la libertad de Miguel Ángel Blanco. (EFE)
Fotografía de archivo del 11/7/1997 de la manifestación que miles de personas llevaron a cabo en Ermua (Vizcaya) para pedir la libertad de Miguel Ángel Blanco. (EFE)

Si nadie lo remedia (y mucho me temo que no), a Miguel Ángel Blanco le volverán a asesinar hoy en las calles de Madrid. Veinte años después de que Txapote, una de las peores alimañas de las muchas que ha dado ETA, le descerrajara dos tiros en la nuca mientras otro sicario de la banda le sujetaba por las manos atadas a un cable y arrodillado tras 48 horas de secuestro, la memoria de Miguel Ángel volverá a ser asesinada. Tras varias jornadas apelando al 'espíritu de Ermua', los dos principales partidos de la capital serán incapaces de rendirle un homenaje conjunto.

La cerrazón de la alcaldesa de la capital —la misma que no duda, y eso la honra, en colocar pancartas en la fachada de Cibeles en honor de los refugiados o del Orgullo gay— le impidió en un primer momento ceder a la petición no partidista —partió del Movimiento contra la Intolerancia, como informó este periódico— de colocar una pancarta en recuerdo de Miguel Ángel Blanco.

Tras varios días de silencio, el Gobierno municipal esgrimió una peregrina excusa: no quería "menospreciar" a otras víctimas distinguiendo a Miguel Ángel. No solo obviaba lo que significó su secuestro y asesinato en la memoria de todo un país, justo lo que se recuerda estos días, sino que hizo recaer la responsabilidad de su negativa en el colectivo de las víctimas del terrorismo que, según la alcaldesa, podían sentirse ofendidas y "menospreciadas". Algo así como que los muchos y grandes luchadores por los derechos de los homosexuales se pudieran sentir heridos por reconocer con una plaza la lucha de Pedro Zerolo y no reconocérselo a otros. Absurdo, Manuela.

Tras varios días de presiones y críticas, el ayuntamiento ha rectificado... de aquella manera. A última hora de la mañana del martes —cuando hace 20 años Miguel Ángel Blanco soportaba sus últimas horas de angustia maniatado en el maletero de un vehículo— anunciaba que sí, que habría pancarta por Miguel Ángel Blanco "y todas las víctimas del terrorismo". Se desplegaría en la concentración de la corporación convocada a las 12 ante el Palacio de Cibeles.

¿Unidad? No, el 'espíritu de Ermua' ya había saltado en mil pedazos. El PP, ante la negativa de las horas anteriores, había convocado su propio acto en la plaza de la Villa a las 10:30 de la mañana de este miércoles. Ni Carmena se sumaba oficialmente a él ni el PP lo desconvocaba para añadirse al de Cibeles. Habrá dos actos separados por una hora y media. Eso sí, a los portavoces de todos los partidos les dará tiempo a ir a hacerse la foto oficial a los dos, separados por la calle Alcalá y la utilización partidista de la memoria del concejal.

Pero por si fueran poco dos actos en la capital, aún habrá un tercero media hora más tarde: el organizado por la Fundación Miguel Ángel Blanco, con el ministro del Interior, el presidente del PP vasco y la hermana del concejal asesinado, Mari Mar, en el Teatro Real. Dentro habrá conferencias, charlas y discursos. Fuera, rotos en mil pedazos, los restos del 'espíritu de Ermua' y la memoria de un joven de 29 años que hace dos décadas, con su martirio involuntario, ayudó a cambiar la historia de España.

Hoy, su memoria volverá a ser asesinada por una alcaldesa que no ha sabido o no ha querido tener la altura de miras que requería el momento y, también, y en mucha menor medida, pero también, por unos compañeros de partido que no han aprovechado la oportunidad de poner la memoria de Miguel Ángel por encima de la lucha partidista. Aún están a tiempo. Y dar así una lección de ética política. Pero mucho me temo que nada de ello sucederá. Poca fe en la nueva y en la vieja política.

Si nadie lo remedia (y mucho me temo que no), a Miguel Ángel Blanco le volverán a asesinar hoy en las calles de Madrid. Veinte años después de que Txapote, una de las peores alimañas de las muchas que ha dado ETA, le descerrajara dos tiros en la nuca mientras otro sicario de la banda le sujetaba por las manos atadas a un cable y arrodillado tras 48 horas de secuestro, la memoria de Miguel Ángel volverá a ser asesinada. Tras varias jornadas apelando al 'espíritu de Ermua', los dos principales partidos de la capital serán incapaces de rendirle un homenaje conjunto.

Miguel Ángel Blanco
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