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Dolores Delgado: sexo, mentiras... y cintas de audio
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Alberto Pérez Giménez

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Dolores Delgado: sexo, mentiras... y cintas de audio

La ministra de Justicia cierra la segunda semana en la picota, entre rectificaciones, mentiras y unas grabaciones que demuestran su relación con Villarejo... "con quien nunca coincidí"

Foto: La ministra de Justicia, Dolores Delgado. (EFE)
La ministra de Justicia, Dolores Delgado. (EFE)

La ministra de Justicia Dolores Delgado ha culminado su segunda semana de pasión con una nueva destitución: la de la jueza de enlace de Reino Unido, Gema Gallego, nombrada hace solo cuatro meses para ocupar esta plaza. La magistrada, adivínenlo, fue acusada por el exjuez Baltasar Garzón de "enemistad manifiesta" en el procedimiento que desembocó en su inhabilitación. La larga mano de 'Balta' volvía a hacerse notar por mucho que desde Justicia se asegurara que la jueza, perteneciente al Grupo de Expertos en la lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica (Grevio) del Consejo de Europa, carecía de experiencia internacional. ¿Uno de los pecados de Gallego? En 2010, siendo vocal del CGPJ, votó a favor de suspender al juez estrella.

La amistad de la ministra con Garzón es manifiesta, así como es un secreto a voces en la judicatura su dependencia. Juntos están en la pieza secreta 'Pit' que investiga la Audiencia Nacional para saber si el exmagistrado recibió pagos del comisario Villarejo por su labor para intentar impedir la extradición a Guatemala del naviero Ángel Pérez-Maura. Cuando el Gobierno intenta escudarse en una campaña de "acoso", "lapidación" y hasta —en el más puro estilo Trump— de 'fake news', olvida que toda la tormenta contra la ministra se desencadena por una investigación que está judicializada y que este diario desvela.

Las mentiras

Cuando El Confidencial desveló el lunes 17 de septiembre que "La Audiencia investiga una cita de Villarejo con la ministra de Justicia", el departamento que dirige la fiscal lanzó un comunicado en el que aseguraba que "la actual ministra de Justicia, mientras ejerció como fiscal de la Audiencia Nacional, ni concertó ni mantuvo cita alguna con el comisario citado en la información, con el que nunca ha tenido relación de ningún tipo". Era la primera gran mentira de Dolores Delgado sobre su relación con Villarejo, al que repudiaba sin rubor asegurando no haber tenido ninguna relación.

La primera gran mentira de Delgado sobre su relación con Villarejo fue repudiarle sin rubor asegurando no haber tenido ninguna relación

Apenas unas horas después se producía, de viva voz y en el tono vehemente que ha venido acompañando desde entonces casi todas sus intervenciones sobre este caso, la primera rectificación, y aseguraba que no había tenido ninguna "reunión profesional" con él. Era la segunda mentira. Mientras este diario desvelaba que la Audiencia investigaba una anotación en la agenda de Villarejo sobre una supuesta cita con 'Dos' —Dolores Delgado según la clave del comisario— y con 'M' —'Mago' Garzón—, los pagos del naviero a Villarejo y posibles desvíos dinerarios de este al exjuez, la ministra seguía asegurando que no había tenido nada que ver y terminaba su primera semana de pasión con la destitución de su director de comunicación.

Las cintas de audio

El lunes pasado la ministra se desayunaba con los audios de moncloa.com. Tras una semana negando, primero, cualquier relación y luego todo contacto 'oficial', los audios de la comida en 2009 en Rianxo con Villarejo y cuatro mandos policiales más —entre ellos, García Castaño, número dos de Villarejo— con Garzón y la ministra demostraban una familiaridad fuera de toda duda. Entre orujos "en vaso bien frío", gambas y licores, se desgranaban desde el chascarrillo de bar con serrín en el suelo a los entresijos de operaciones policiales pasadas pasando por ataques a compañeros del gremio.

Los audios, por tanto, no eran "un ataque al Estado" ni un "intento de chantaje", sino la demostración de que la ministra —y como cooperador necesario, el exjuez Garzón— había estado mintiendo en cuanto a su relación con Villarejo, ese al que ahora se le tilda una y otra vez de 'cloaca del Estado', pero con quien se reunía en torno a una mesa sin ninguna prevención hacia las artes grabatorias del susodicho.

Y la ministra tuvo que volver a rectificar: en un nuevo comunicado, sufrió un repentino ataque de memoria y confirmó que "a lo largo de los 25 años en que Dolores Delgado ha trabajado en la Fiscalía de la Audiencia Nacional tiene recuerdo de haber coincidido con el comisario José Villarejo en tres ocasiones junto a otros mandos policiales y cargos judiciales y fiscales". Así comenzaba su segunda semana negra.

Y la ministra tuvo que volver a rectificar: sufrió un ataque de memoria y confirmó que tiene recuerdo de haber coincidido con él en tres ocasiones

Y el sexo...

Pero los audios ya no iban a parar... por lo menos hasta que la propia judicatura se movilizara para requisar las grabaciones. El martes llegaron los comentarios homófobos de Delgado hacia su hoy compañero en el Gobierno, el ministro del Interior Fernando Grande Marlaska. "Ese es maricón", decía Delgado ante los cinco mandos y Baltasar Garzón. Y volvieron a llegar las burdas matizaciones —"No me refería a Marlaska"— y las contrarrectificaciones aun más ridículas —"sí, me refería a Marlaska, pero no como un insulto".

Para entonces, la campaña de intentar desviar el tiro hacia el chantaje de Villarejo al Estado o las relaciones de este con el medio que las desvelaba ya estaban en pleno apogeo para intentar tapar las únicas evidencias claras hasta entonces: que la ministra había mentido sobre su relación con el comisario, que los audios habían demostrado esa mentira y que la única relación cierta y evidente hecha pública era la que mantenían por entonces Dolores Delgado y Baltasar Garzón con Villarejo y el resto de mandos policiales en torno a un mantel y a un dispositivo oculto de grabación.

Y, por si fuera poco, los nuevos audios demostraban que la entonces fiscal y el todavía juez eran capaces de asistir —e incluso de aprobar— las prácticas delictivas de Villarejo cuando alardeaba de crear una agencia de prostitutas"éxito asegurado", afirma Delgado— para espiar a políticos y empresarios: "Me hice de oro con la información vaginal", se jacta el comisario. O de denunciar, solo de boquilla y a los postres, que fiscales y "tíos" del Supremo acabaron con menores en Cartagena de Indias. Una afirmación que, a una fiscal de la Audiencia Nacional diligente, le hubiera debido llevar a poner al menos una denuncia.

La ministra, reprobada en el Senado, acababa la semana salvada por la campana de su compañero astronauta, Pedro Duque, y sus chalés registrados a nombre de una sociedad. Solo su rueda de prensa —"he empezado mal el día, casi me muerde un perro cuando corría..."— era comparable a las rectificaciones y matizaciones de la ministra. La Policía ha requerido los audios a la web; el Gobierno lanza campañas contra "el chantaje al Estado" y las 'fake news' y Sánchez la respalda desde Estados Unidos mientras Podemos exige regeneración al Gobierno con la boca pequeña. Pronto empezará otra semana. La pieza 'Pit' sigue abierta en la Audiencia. Y hay muchos terabytes de audios...

La ministra de Justicia Dolores Delgado ha culminado su segunda semana de pasión con una nueva destitución: la de la jueza de enlace de Reino Unido, Gema Gallego, nombrada hace solo cuatro meses para ocupar esta plaza. La magistrada, adivínenlo, fue acusada por el exjuez Baltasar Garzón de "enemistad manifiesta" en el procedimiento que desembocó en su inhabilitación. La larga mano de 'Balta' volvía a hacerse notar por mucho que desde Justicia se asegurara que la jueza, perteneciente al Grupo de Expertos en la lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica (Grevio) del Consejo de Europa, carecía de experiencia internacional. ¿Uno de los pecados de Gallego? En 2010, siendo vocal del CGPJ, votó a favor de suspender al juez estrella.

Dolores Delgado Comisario Villarejo Baltasar Garzón Audiencia Nacional