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El día en que Feijóo reventó el Palace y pidió entenderse con "el PSOE de siempre"
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Alberto Pérez Giménez

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El día en que Feijóo reventó el Palace y pidió entenderse con "el PSOE de siempre"

La decisión de que le presentara el exalcalde socialista y no, por ejemplo, Pablo Casado —como se preguntaban algunos políticos del PP presentes— era ya sintomática

Foto: Feijóo y Francisco Vázquez, "un político del PP de siempre con uno del PSOE de siempre", este martes en el Palace. (EFE)
Feijóo y Francisco Vázquez, "un político del PP de siempre con uno del PSOE de siempre", este martes en el Palace. (EFE)

El presidente de la Xunta llenó a reventar el Palace, con mucho PP, mucha prensa y poca empresa, y dejó los salones del emblemático hotel rebosando galleguismo: primero, por no decir ni mucho ni poco, sino todo lo contrario; segundo, por defender que nunca reclamará "transferencias exclusivas del Estado porque eso sería malo para España y, por ello, malo para Galicia". Pero sí dejó claro un mensaje ante la plana mayor de Génova: frente a otros pactos, coaliciones o apoyos (nadie de Ciudadanos en la sala, ni una mención a Vox, solo a 'ese partido'), Feijóo reivindicó el entendimiento "del PSOE de siempre con el PP de siempre".

El político gallego eligió para ser presentado a Francisco Vázquez, exalcalde socialista de A Coruña y exembajador en la Santa Sede, y representante de ese "PSOE de siempre" que ya ha anunciado que le votará el 5-A. La decisión de que le presentara él y no, por ejemplo, Pablo Casado —como se preguntaban algunos políticos del PP presentes— era ya sintomático. El líder gallego quiere "superar la política de bloques y me propongo empezar por Galicia: el lío político nacional ni me gusta ni me representa". Y volvió a apostar "por la moderación frente al extremismo, la confrontación y el lío permanente".

Eligió para presentarle a Paco Vázquez, exalcalde de A Coruña y representante de ese "PSOE de siempre" que ya ha anunciado que le votará el 5-A

Antes de que comenzara la conferencia, Paco Vázquez aguardaba la llegada de Núñez Feijóo en un butacón del salón privado del Palace desde muy primera hora, con la misma costumbre de los gallegos viejos como Manuel Fraga, que era siempre el primero en llegar a estos desayunos de la Villa y Corte con su andar de capitán de barco en plena marejada, fruto de unas caderas machacadas por los años. Lo de que echara alguna cabezada, también era fruto de la edad. Este martes, el desayuno del presidente de la Xunta en el foro Nueva Economía llegaba en el mejor momento para los patrocinadores —Asisa y Cabify— y en el menos oportuno para un PP aún conmocionado por el nombramiento de Carlos Iturgaiz y la dimisión de Alfonso Alonso en el País Vasco.

placeholder Feijóo, Casado y Pastor, durante el desayuno de este martes en Madrid. (EFE)
Feijóo, Casado y Pastor, durante el desayuno de este martes en Madrid. (EFE)

En el salón, ajeno a muchas miradas, el dueño de Intereconomía, Julio Ariza, apuraba un café en solitario mientras el clan gallego comenzaba a hacer su aparición. Ana Pastor, la vicepresidenta del Congreso, ejercía de cicerone. No era el único nexo con el marianismo que se dejaba ver por los salones del Palace: la exministra Isabel García Tejerina y Elvira Rodríguez, la expresidenta de la CNMV, hoy responsable de Economía con Pablo Casado, mostraban su preocupación por la rotura de la caja de las pensiones o el "poco talante del nuevo Gobierno". Tampoco faltó a la cita Pío García Escudero, que ha conocido todos los Gobiernos del PP, de Aznar a Rajoy, y sigue refugiado en el Senado con el casadismo.

Las ausencias madrileñas

Llegaron Adolfo Suárez Illana, Jesús Posada, Rafael Hernando o el consejero de Justicia del Gobierno de la Comunidad de Madrid y responsable del área en Génova, Enrique López. Sonada fue la ausencia de las autoridades de Madrid: el alcalde Almeida tenía excusa (el pleno en el que Begoña Villacís le amargó la mañana al rechazar el polémico 'parking' de 1.000 plazas junto al Retiro), pero nadie acertaba a explicar por qué Isabel Díaz Ayuso estaba en esos momentos en una entrevista en la COPE: "Se había anulado el día anterior y teníamos mucho interés", fue la explicación posterior de su entorno.

Feijóo responde a Arrimadas: ''Si el objetivo es unir, no se puede desunir a los cinco minutos''

Y apareció entonces la 'santísima trinidad' del actual PP: primero, Cayetana Álvarez de Toledo, liviana entre tanto peso pesado de antaño, que tuvo tiempo para echar sal en la herida de Alonso, de quien reconoció su "enorme valía" pero también "sus errores". Pablo Casado, rodeado por el aura que da el poder en el partido, repartiendo sonrisas y saludos a los muchos que se acercaban a recordarle "¿qué hay de lo mío?". Y por último, Teodoro García Egea, con sus exultantes —e insultantes, para muchos de los presentes hoy descabalgados— 35 años recién cumplidos y la etiqueta del 'nuevo PP' colgada de la sonrisa permanente.

Una estampa volvía a dejar claro que algunas cosas nunca cambian: López del Hierro, marido de Dolores de Cospedal, departía sonriente con Pablo Casado

Cuando llegó Feijóo, el más rápido fue su presentador: Paco Vázquez le agarró del brazo sin disimulo y se lo llevó a una esquina, lejos de los oídos indiscretos. "Me ha dicho que yo solo tengo que hablar hoy de Galicia, y le voy a hacer caso", aseguró luego Feijóo. El caso es que la excusa del consejo del veterano socialista le sirvió para esquivar "veintitantas preguntas" sobre la crisis del PP en el País Vasco. "Yo soy el 'lendakari gallego' y no voy a hablar de lo que sucede en el País Vasco". Eso sí, tuvo aún ocasión de volver a ejercer de ambigüedad: "Lamento profundamente que Alfonso Alonso deje la política". Sobre Iturgaiz, "nadie puede dudar de su trayectoria y su compromiso vital".

"No veo a Abascal pactando con Torra..."

Y un último mensaje que confirma que las encuestas, las públicas y las internas, le siguen sonriendo: "No veo a Abascal pactando con Torra [respondiendo a una pregunta en la que se le recordaba que el líder de Vox le compara con el presidente de la Generalitat]. No va a tener representación en el Parlamento gallego" sentenció. Desde una de las sillas, Narciso Michavilapresidente de GAD3 y señor de las encuestas, entre otros, del PP— intentaba no dejar traslucir lo que él ya debe saber.

En la despedida, mientras en el salón revoloteaban quienes querían saludar a los 'jefes' para que supieran que habían asistido, una estampa volvía a dejar claro que algunas cosas nunca cambiarán: Ignacio López del Hierro, marido de Dolores de Cospedal, departía sonriente con Pablo Casado.

El presidente de la Xunta llenó a reventar el Palace, con mucho PP, mucha prensa y poca empresa, y dejó los salones del emblemático hotel rebosando galleguismo: primero, por no decir ni mucho ni poco, sino todo lo contrario; segundo, por defender que nunca reclamará "transferencias exclusivas del Estado porque eso sería malo para España y, por ello, malo para Galicia". Pero sí dejó claro un mensaje ante la plana mayor de Génova: frente a otros pactos, coaliciones o apoyos (nadie de Ciudadanos en la sala, ni una mención a Vox, solo a 'ese partido'), Feijóo reivindicó el entendimiento "del PSOE de siempre con el PP de siempre".

Alberto Núñez Feijóo
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