:format(png)/f.elconfidencial.com%2Fjournalist%2Fdda%2F5b8%2Fdda%2Fdda5b8dda0dc781c70dfb9e093d21fa4.png)
Luna de Papel
Por
Kim Jong Albares y las purgas de embajadores
Cinco embajadores purgados -el último, por entrevistarse con Ayuso- y una carta de la asociación mayoritaria de diplomáticos quejándose por la falta de criterios objetivo en los nombramientos
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F173%2Fc0e%2Fce7%2F173c0ece716fad5b6415c07c2ae964a1.jpg)
Cinco embajadores han visto acortado y cambiado su destino de manera abrupta por decisión del ministro José Manuel Albares. Y el 60% de la carrera diplomática, agrupado en la AED, ha enviado a la sede del ministerio una carta de protesta -en los términos en los que lo permite precisamente el lenguaje diplomático- contra los modos y la política -más bien, voluntad unipersonal del titular de la cartera- con los que se decide nombrar a unos, cesar a otros y la sensación de que las manías personales y los intereses de amistad de Albares son la guía que iluminan los nombramientos en el servicio exterior de España.
La Junta Directiva de la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), a la que pertenece más del 60% de los funcionarios de la Carrera Diplomática, envió por escrito su malestar al ministro por la arbitrariedad de los nombramientos de los nuevos destinos. En la misiva, tachaban de "imprevisible y no transparente" la elección de los candidatos, además de que los recambios no "cumplían con los plazos predeterminados".
La ADE añadía que los criterios que han venido rigiendo los nombramientos de embajadores por parte de Albares no respondían a "criterios objetivos" sino a decisiones puramente "arbitrarias" y que no priorizaban el "perfil más adecuado para cada vacante".
Los diplomáticos españoles, agrupados en su mayor asociación, recordaban también en la carta que los servicios diplomáticos de otros países, comparables a la importancia de España, mantienen regulados los nombramientos con estándares "objetivos, transparentes y pautados y en los que hay participación de una pluralidad de voces”, y no la decisión del ministro de turno, en este caso, Albares, cuya voluntad lleva imponiéndose de manera plenipotenciaria y sin escuchar más que a sus propios intereses, filias y fobias, según aseguran fuentes diplomáticas que dicen recoger el "malestar" de la mayoría de los funcionarios.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F5c9%2Fd88%2F848%2F5c9d8884830444afbf571f5620bc1e87.jpg)
La carta de la ADE terminaba recogiendo este malestar y las "críticas al desarrollo de este proceso (de selección de embajadores) y el sentimiento de frustración personal y profesional que algunos de nuestros asociados nos han hecho llegar por la ausencia de valoración objetiva de sus méritos no serían tales si existiera un procedimiento más reglado que el que existe en la actualidad”.
Podría pensarse que la carta de la asociación mayoritaria de los diplomáticos es un desahogo contra Albares: en el fondo, y como acusan a los jueces, no son pocos en el PSOE quienes piensan que el mundo diplomático está colonizado por los conservadores, hijos de familias de posibles y de derechas, y que sus quejas no serían más que un pataleo ante los "nuevos tiempos" que el antiguo sherpa de Sánchez en Moncloa -el primero que apareció en una fotografía al lado del presidente del Gobierno en el falcon presidencial- ha instalado primero en Viana y Santa Cruz y, ahora también, en Marqués de Salamanca.
Pero Albares -cuyo currículum acumula episodios personales como la relación de su pareja con la empresa china Huawei, considerada por la UE un 'peligro' y vetada por riesgo de espionaje en las redes 5-G, y hoy, esa pareja, se sienta en el Consejo de Hispasat, la principal empresa con capital público de satélites española; además de ser vicepresidenta de alianzas estratégicas en Openchip & Software Technologies, empresa que recibió del Gobierno 111 millones de euros en mayo pasado sin tener aún una facturación registrada, como desveló este medio- Albares, insisto, ha dado en las últimas semanas buena muestra de qué criterios rigen sus decisiones de acortar los destinos de embajadores y cuáles son los méritos que deben acumular los elegidos. Unos criterios que parecen dar la razón a los diplomáticos y su pesarosa carta.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F31e%2F125%2F871%2F31e125871d4c1f79403b9dc74d54f390.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F31e%2F125%2F871%2F31e125871d4c1f79403b9dc74d54f390.jpg)
El ministro decidió acortar el destino de Juan González Barba, embajador en Croacia, tras publicar un artículo en El Confidencial bajo el título “La proyección exterior de nuestra monarquía parlamentaria” en el que defendía el papel del Rey más allá de nuestras fronteras. De González Barba, nombrado por la predecesora de Albares como secretario de Estado para Asuntos de la UE, el actual ministro nunca aceptó su autonomía y los roces fueron constantes. Cuando González Barba, para evitar males mayores, pidió el puesto de enviado especial del secretario general de Naciones Unidas para Chipre, Albares evitó respaldarle. Acabó como embajador en Zagreb y el pasado enero, el ministerio le comunicaba su relevo un año antes de lo habitual.
El caso de González Barba no fue el único: el último -desvelado por El Confidencial Digital- ha sido el de Guillermo Kirkpatrick, embajador en Corea del Sur que el pasado noviembre recibió allí a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Entonces, según fuentes de Sol, quedaron en que el diplomático se reuniría en Madrid con Ayuso para establecer un seguimiento de los asuntos tratados. Kirkpatrick fue recibido en la sede de la Comunidad el 10 de enero. La reunión, según informó El País, causó "asombro" en Exteriores porque el ministro no había sido informado. Y la reacción de Albares no se ha hecho esperar: Kirkpatrick ha recibido la notificación de su cese apenas dos años después de su nombramiento.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F313%2Fac9%2F65b%2F313ac965b997ea71d2367f724bccca1c.jpg)
Además de Barba y Kirkpatrick, Albares ha decidido prescindir del embajador en Bélgica, Alberto Antón. La excusa: dar varias cabezadas en el discurso de una hora del ministro en la pasada reunión del cuerpo diplomático. El mismo medio, sin embargo, aclara que Albares quería poder acercar a Bruselas a la mujer de su compañero de promoción y actual representante español ante la UE, Marcos Alonso. Como nombrar embajadora en Bruselas directamente a la esposa, Nieves Blanco, era muy evidente, ha movido al de Luxemburgo a Bruselas y la esposa de su amigo ocupará la sede luxemburguesa, a tiro de piedra de Bruselas, facilitando así la conciliación familiar de la pareja.
A finales de diciembre, Albares cesó también al embajador en Sudáfrica, Raimundo Robredo, tras varios roces con él y después de menos de tres años en el puesto. Y lo mismo sucedió con la embajadora en Dinamarca, Victoria González-Román, cuando no había cumplido los tres años en el destino. Según ECD, a Albares no le gustó nada que en la visita de los Reyes a Copenhague en noviembre de 2023, el marido de la embajadora y también diplomático, estuviera en esa recepción a donde se había trasladado desde Madrid para apoyar el trabajo de su mujer en la visita.
Un episodio más de la mala relación de Albares con el actual jefe de la Casa del Rey, el diplomático y mano derecha de su antecesora, Camilo Villarino, y a quien Albares vetó como embajador en Moscú. Desde su llegada a Zarzuela, Albares no ha acudido a ni una sola entrega de credenciales de los embajadores extranjeros acreditados en Madrid. El ministro, ante todo este malestar, ha defendido este lunes la discrecionalidad del Gobierno para nombrar y cesar embajadores, y ha asegurado que "no hay ningún capricho". Nada que ver con lo que piensa la mayoría de la carrera diplomática, expresada en la carta de protesta, y la manera de Kim Jong Albares de llevar un ministerio tan crítico como el de Asuntos Exteriores.
Cinco embajadores han visto acortado y cambiado su destino de manera abrupta por decisión del ministro José Manuel Albares. Y el 60% de la carrera diplomática, agrupado en la AED, ha enviado a la sede del ministerio una carta de protesta -en los términos en los que lo permite precisamente el lenguaje diplomático- contra los modos y la política -más bien, voluntad unipersonal del titular de la cartera- con los que se decide nombrar a unos, cesar a otros y la sensación de que las manías personales y los intereses de amistad de Albares son la guía que iluminan los nombramientos en el servicio exterior de España.