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Luna de Papel
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Cuando el PSOE se mataba a aplaudir a Ábalos...
El 31 de mayo de 2018, el todopoderoso número dos del PSOE recibía la cerrada ovación de todo su grupo puesto en pie por su discurso de la moción de censura contra Rajoy
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"Porque ejercemos nuestra responsabilidad con la Constitución, reaccionamos frente a un Gobierno que está poniendo en cuestión el Estado de Derecho, señalando las sentencias judiciales como tendenciosas, amenazando a todo aquel que se atreva a cuestionar su permanencia en el Gobierno, como si fuera suyo, ¡de su propiedad!". Jueves 31 de mayo de 2018. José Luis Ábalos, con unos cuantos kilos y varios cargos de más, defiende la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados.
"Crearon con su particular uso del poder un verdadero círculo perfecto de corrupción, encubriéndola con tretas y artimañas, obstaculizando la justicia para intentar engañar a la gente”. La intervención del número dos del PSOE pretendía describir lo sucedido durante años del Gobierno popular, pero, además, anticipaba lo que sucedería en los años siguientes del sanchismo, en plena pandemia, con la participación de su círculo más íntimo: Koldo, matón de discoteca, condenado por agresiones e indultado por el Gobierno de Aznar, custodio de los avales de Sánchez en la reconquista de la Secretaría General socialista y conseguidor de 'sobrinas' para el todopoderoso futuro ministro de Transportes de los Gobiernos que saldrán de la moción de censura; Patricia Uriz, esposa de Koldo y secretaria personal del ministro que, tras años gozando del puesto público sin más mérito que la amistad con Ábalos, reclama ahora su derecho a la intimidad y acude disfrazada al Senado; Joseba, el otro García, hermano y cuñado, el 'señor Lobo' de las contrataciones públicas de las 'sobrinas' del ministro siempre dispuesto a apañar puestos de trabajo públicos para Jésica en Ineco o Tragsa, de Miss Asturias "la de Gijón" (Ábalos dixit) en Renfe o de apañarle la mudanza a Andrea…
"No han dudado en acusar de prevaricación a los jueces, e incluso han apartado a aquellos que creían que les perjudicarían". Nunca un discurso fue tan premonitorio de lo que iba a ser el comportamiento futuro de quienes, ese 31 de mayo y con la aquiescencia del resto de la Cámara y el tancredismo del propio Mariano Rajoy, iban a llegar al Gobierno para proceder a un "quítate tú, que me pongo yo". Efectivamente, desde el actual Gobierno se ha acusado sin rubor de prevaricar a los jueces que intentaron frenar la ley de Amnistía que el fugado Carles Puigdemont exigía para que Sánchez tuviera el apoyo en la investidura de los 7 votos de Junts. Hablaron de 'lawfare', amenazaron al CGPJ con una ley para quitarle poderes, destituyeron a coroneles molestos de la Guardia Civil e intentan someter a los jueces y a los medios que instruyen y desvelan las miserias del entorno del presidente Sánchez. A los jueces les llamaron prevaricadores y a los medios libres, fachosfera, mientras la instrucción de las causas imputaban a la mujer y al hermano del presidente y al que fuera su número dos en Ferraz y defensor de la moción de censura que le instaló en la Moncloa.
RTVE destacaba en su TD que la UCO no había podido demostrar que "esa Begoña" fuera la mujer del presidente…
"Solo se dedicaron a negar la realidad, menoscabar la tarea de los jueces, negar el fallo judicial. Usted, señor presidente, ha hundido hasta límites insospechados la dignidad de la Cámara. No ha tenido ni la decencia política de al menos dimitir. Lo que hoy debatimos es algo tan simple como la vigencia de nuestra democracia". Ábalos, desde la tribuna del Congreso, reprochaba al entonces presidente del Gobierno lo que el partido ganador de las últimas elecciones y principal grupo de la oposición al sanchismo le exige hoy. Dimitir, en España, sigue siendo apenas un nombre ruso. Como mucho, una excedencia de cinco días para "reflexionar", al conocer la imputación de su mujer, y para ver cómo se posicionaban los enemigos y, también, los 'amigos' en Ferraz. Y se dedicaron a eso: a negar la realidad. "No hay nada que investigar", "los informes de la UCO demuestran que no hay caso" decían desde las ministras portavoces a los medios de la propaganda. El último documento de la policía judicial conocido esta pasada semana estrecha cada vez más el cerco sobre el papel de Begoña Gómez —a quien Globalia/Air Europa le patrocinaba sus negocios personales y se reunía para poner en marcha nuevas iniciativas— en el rescate que aprobaba el Gobierno de su marido con la inestimable colaboración de Ábalos, Aldama y Koldo, como demuestran las conversaciones intervenidas por la Guardia Civil. (Por cierto, RTVE, en un ejercicio más que patético, destacaba en su TD de máxima audiencia que la UCO no había podido demostrar que "esa Begoña" de la que usted me habla fuera la mujer del presidente del Gobierno...).
"¿Y el resto? ¿Va a colaborar con la impunidad? ¿El resto va a encubrir todo esto, van a compartir la asunción de responsabilidades?". Ábalos, ante la Cámara hace ya siete años, interpelaba con vehemencia al resto de los grupos parlamentarios para que apoyaran la caída del presidente y de su Gobierno. Hoy, se sabe de antemano la respuesta del actual Congreso ante la misma petición: todos le deben algo a Pedro Sánchez. Sumar, ese proyecto que hoy está muerto por la insoportable levedad de Yolanda Díaz, la que iba a ser "la primera mujer presidenta del Gobierno de España" (Iván Redondo y sus dotes de gurú) no tiene más poder que el que le dan sus asientos en el Gobierno, y teme el mordisco de Podemos por su izquierda; Bildu sigue ganando cuota en el País Vasco y jamás tuvo más rédito político que con un Gobierno socialista en Madrid que le permite hasta presentar la ley de Vivienda "del Estado"; de Junts y el chantaje permanente de Puigdemont está todo dicho, y la sombra de la amnistía, colgando de un Constitucional que depende tanto de Pumpido como de Sánchez, hará que apoye al Gobierno mientras el chantaje sea rentable; el PNV, verdadero fiel de la balanza que inclinó la moción de censura en favor de Sánchez, está inmerso en su propia crisis interna que acabará, presumiblemente, con el sorpasso proetarra a la sombra del árbol de Guernica... Ninguno de estos partidos tiene ni un solo motivo particular para desalojar a Sánchez: pasarán más frío fuera de la 'coalición'.
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“Primero la moción, después las elecciones, porque si no será la impunidad". Así concluía José Luis Ábalos su discurso de tres cuartos de hora en el que reclamaba la dimisión del presidente del Gobierno y la convocatoria de elecciones. El hijo de Carbonerito, el torero frustrado de Cuenca, recogió los papeles de la tribuna y recorrió en un paseíllo triunfal los escasos metros que le separaban de su escaño mientras la bancada socialista, puesta en pie, se mataba a aplaudir con Sánchez a la cabeza, aún en el escaño de jefe de la oposición. El siempre solícito Patxi López, compañero de asiento de Ábalos, no dudó en abrazarle... Luego, llegarían las elecciones; del "no podría dormir con Iglesias de vicepresidente" al abrazo con Pablo y el Gobierno con Podemos; la pandemia y las mascarillas fake, la trama Koldo, los millones que investiga la UCO en obras públicas, los móviles, la detención de Aldama, el conseguidor, y la colaboración con la justicia; la imputación de Begoña Gómez, la de David Sánchez Pérez-Castejón tras no saber explicar ante la jueza dónde trabaja... Ábalos es hoy un apestado en Ferraz, imputado y apartado en un despacho del Grupo Mixto. Desde el Gobierno y desde sus terminales mediáticas montan un cordón de seguridad y culpa en torno al que fuera número dos socialista. "Toda, y la única, culpa es suya", es el mensaje. Lejos queda la ovación de todo el PSOE puesto en pie aquel 31 de mayo. Pero cerca, muy cerca, todo lo que denunciaba y los argumentos para que se produzca una dimisión y unas elecciones que, no lo duden, no se producirán. España, como siempre, es diferente.
"Porque ejercemos nuestra responsabilidad con la Constitución, reaccionamos frente a un Gobierno que está poniendo en cuestión el Estado de Derecho, señalando las sentencias judiciales como tendenciosas, amenazando a todo aquel que se atreva a cuestionar su permanencia en el Gobierno, como si fuera suyo, ¡de su propiedad!". Jueves 31 de mayo de 2018. José Luis Ábalos, con unos cuantos kilos y varios cargos de más, defiende la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy en el Congreso de los Diputados.