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Luna de Papel
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Bulos, silencios y la teoría de la "vibración atmosférica inducida" detrás del apagón
El presidente del Gobierno pide a la población no caer en la desinformación mientras se presenta en la comparecencia sin preguntas de Moncloa sin ofrecer un detalle de lo sucedido más allá del "no descartamos ninguna hipótesis" de manual
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El presidente del Gobierno tardó casi seis horas en comparecer ante la ciudadanía para dar la primera explicación oficial de lo que, supuestamente, estaba sucediendo en el país. Con los hospitales funcionando gracias los generadores de diésel; el tren de cercanías, media y larga distancia completamente inutilizado; las grandes capitales colapsadas en su circulación rodada, con miles de conductores atrapados en ratoneras por la falta de semáforos; comercios que no podían ni bajar sus cierres... Con escenas propias de una distópica serie de apocalipsis, Pedro Sánchez pidió a la población no "caer en la desinformación" y no dejarse llevar por los bulos ni las fake news. El problema es que el presidente del Gobierno compareció para asegurar que no tenía ni idea de cuál era la causa del apagón más grave que ha sufrido la península ibérica en toda su historia.
Sánchez pide encarecidamente a los españoles casi seis horas después del comienzo del apagón que no se dejaran llevar por la desinformación... al tiempo que no daba ninguna explicación de lo que había podido pasar más allá del manual del "no descartamos ninguna hipótesis". Las compañías eléctricas se quejaban, eso sí, en voz baja, de que Red Eléctrica no les daba ninguna explicación del origen del desastre. Red Eléctrica, ahora Redeia, esa compañía presidida por Beatriz Corredor -experta registradora de la Propiedad- colocada con más de medio millón de euros al año por el gran mérito de ser del partido y que no ha sido capaz de dar la cara en esta crisis... La Transparencia y la gestión no son, definitivamente, señas de identidad de este Gobierno, por no hablar de la ocupación de los puestos claves de las empresas e instituciones públicas por amigos y compañeros de militancia, un mal, por cierto, endémico de nuestra política y que afecta por igual a los dos partidos que se alternan en el poder.
¿Se puede pedir a la población que no haga caso de quienes en estas situaciones intentan sacar partido al miedo, al caos y a la desesperación y, al mismo tiempo, comparecer desde Moncloa para proclamar que no se saben las causas casi seis horas después de quedarse el país paralizado? Los servicios de Información de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, pese a las primeras manifestaciones de los políticos, ponían en el congelador la teoría del cíberataque. "No hay evidencia alguna", aseguraban, "seguimos pensando en el fallo eléctrico porque no hay indicio de otra cosa".
Seis horas después de quedar el país paralizado, Sánchez comparecía para no dar información y pedir... que no se hiciera caso a la desinformación
Las informaciones, con cuentagotas, llegaban antes supuestamente de la Red Eléctrica Portuguesa que de la administración y el Gobierno español. Ni una palabra desde Moncloa sobre la supuesta "vibración atmosférica inducida" debida a la "extrema variación de temperaturas en el interior de España" que habría provocado "anómalas oscilaciones en las líneas de alto voltaje", una teoría alimentada desde nuestro país vecino y replicada por Reuters y posteriormente negada, cuyo primer ministro insistía en que el origen del problema "está en España". Había que seguir esperando para que alguna fuente autorizada de la Administración española ofreciera la alternativa verdadera a esta teoría del fallo eléctrico.
Este martes se cumplen justo seis meses de la dana que arrasó Valencia y que mató a más de doscientas personas. Y, como con la pandemia, no hemos aprendido nada. Bueno, sí: los 'barones' del PP, con Isabel Díaz Ayuso a la cabeza, se lanzaron a reclamar que el Gobierno activara el nivel de emergencia nacional y asumiera, con el Ejército si hiciera falta, la seguridad y el control de la situación. Primero Madrid, luego Andalucía, Extremadura, Murcia... reclamaron la ayuda, no fuera a repetirse la nefanda frase de los días posteriores a la dana: "Si necesitan ayuda, que la pidan". Marlaska asumirá la coordinación de la crisis en las CCAA que lo han reclamado. Es la única lección que nuestros políticos parecen haber aprendido de la penúltima catástrofe: no dar argumentos al 'enemigo' para la posterior lucha política que, con toda seguridad, se avecina en cuanto los semáforos vuelvan a funcionar.
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Bolaños, bien entrada la tarde, comunicaba en X que había compartido información con los portavoces parlamentarios... bastantes horas después de que el PP se quejara de la falta total de información.
Ocho horas después de que España se sumiera en el caos, y dos Juntas de Seguridad Nacional por medio, el Gobierno seguía sin avanzar una teoría de lo que había podido pasar. Los propagadores de bulos y amantes de las teorías de la conspiración no han proliferado aún no por falta de interés, sino porque Internet y las redes sociales permanecían caídas en media España y la luz, y las TV, no podían llegar tampoco a la mayoría de las casas.
En cuanto vaya recuperándose la normalidad, comenzarán los bulos, los programas 'alternativos' y los canales de youtube y los grupos de wasap que alimentan las más peregrinas teorías y llenan de dinero a sus promotores. Con un Gobierno incapaz de dar una información más o menos precisa de las causas, la culpa de que proliferen los bulos y la desinformación habrá que buscarla en ambos lados del tablero.
El presidente del Gobierno tardó casi seis horas en comparecer ante la ciudadanía para dar la primera explicación oficial de lo que, supuestamente, estaba sucediendo en el país. Con los hospitales funcionando gracias los generadores de diésel; el tren de cercanías, media y larga distancia completamente inutilizado; las grandes capitales colapsadas en su circulación rodada, con miles de conductores atrapados en ratoneras por la falta de semáforos; comercios que no podían ni bajar sus cierres... Con escenas propias de una distópica serie de apocalipsis, Pedro Sánchez pidió a la población no "caer en la desinformación" y no dejarse llevar por los bulos ni las fake news. El problema es que el presidente del Gobierno compareció para asegurar que no tenía ni idea de cuál era la causa del apagón más grave que ha sufrido la península ibérica en toda su historia.