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Con Ábalos, Koldo y Jésica, esto no pasaba: un nuevo 'sabotaje' en el AVE
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Alberto Pérez Giménez

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Con Ábalos, Koldo y Jésica, esto no pasaba: un nuevo 'sabotaje' en el AVE

Del apagón a los AVE, miles de personas han vuelto a quedarse varadas en trenes y estaciones un lunes más. La batalla por el relato sigue desde Moncloa: siempre hay una mano negra para no asumir responsabilidades

Foto: Cientos de viajeros, tirados en la estación de Málaga. EFE/Jorge Zapata
Cientos de viajeros, tirados en la estación de Málaga. EFE/Jorge Zapata
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"Nos engañamos unos a otros a diario. Y, curiosamente, las encuestas indican que, en la mayoría de los casos, no lo hacemos por interés propio, sino para beneficiar a otros miembros de nuestro grupo (es decir, para evitar el sufrimiento innecesario de un amigo, para consolar a un enfermo, para educar a un niño). El engaño forma parte de muchas formas positivas de la vida social cotidiana (como el tacto, la cortesía y las excusas) que se llevan a cabo para evitar posibles conflictos y proteger la armonía social". Esto es lo que asegura Diego Rubio, jefe de Gabinete de Pedro Sánchez desde octubre de 2024, sobre el uso de la mentira en política.

Rubio (Cáceres, 1986), licenciado en Historia por la Universidad de Barcelona y con paradas en la Sorbona, Columbia y Oxford, acabó doctorándose en esta prestigiosa universidad con la tesis "La ética del engaño", donde asegura que "una sociedad en la que se expusieran sin rodeos todas las verdades sería más parecida a un infierno que a un paraíso". Y parece que su jefe en Moncloa y el resto del Gabinete, se lo han tomado al pie de la letra.

"Es evidente que la sociedad moderna no inventó el engaño, pero también es cierto que inventó su posibilidad, al reconocerlo como parte intrínseca del mundo y de las relaciones humanas... Por todas estas razones, sostengo que el engaño desempeñó un papel importante en la configuración de la Modernidad", afirma en su tesis el sucesor de Óscar López en la jefatura de los spin doctors de Moncloa y que llegó a la fontanería del palacio de Sánchez de la mano de Iván Redondo. Rubio, que también elaboró el Plan de Prospectiva España 2050 -presentado con bomba y boato por Sánchez y hoy olvidado- alaba las bondades de la mentira y declara que gracias a la introducción del engaño en la política con "El Príncipe" de Maquiavelo, se entró en la política moderna y se descartó que la mentira -como decía la religión- era mala.

Foto: Cientos de pasajeros aguardan en la Estación de Tren de Santa Justa este lunes. (EFE/José Manuel Vidal)

A la sombra de Pedro Sánchez han proliferado los gurús que luchan por ganar la batalla del 'relato'. Desde Iván Redondo, que cultivaba la dialéctica del "ellos contra nosotros", a Aleix Sanmartín, cerebro del 'marketing negativo' para arruinar a los rivales y hoy refugiado en Génova, y pasando por el escritor y hoy protagonista de la gran polémica literaria del año, Luisgé Martín, que tras escribir los discursos a Sánchez hizo un libro 'prohibido' en Anagrama con el parricida cordobés José Bretón, no sin antes alabar en entrevistas la hipocresía como "un valor social admirable en las relaciones personales. Salvo cuando tiene utilidad, yo no creo que haya que decirle a la gente la verdad".

Con todos estos mimbres en el Gabinete, no es de extrañar que la reacción de Sánchez y sus ministros ante los dos sucesos que han marcado la actualidad de España el lunes 28 de abril y el lunes 5 de mayo haya sido la misma: señalar a dos supuestos sabotajes. Ante el apagón, el presidente del Gobierno -y ante la respuesta de Europa y de su propia exvicepresidenta, Teresa Ribera, de que no había ningún cíberataque- deslizó la idea del "sabotaje" y apuntó a las eléctricas, los "operadores privados", que no quieren el cierre de las nucleares. "Nos engañamos unos a otros a diario...".

Da igual que la propia Red Eléctrica, en sus informes, advirtiera del riesgo de la inestabilidad del sistema por la entrada masiva de renovables. Se ignora también que el propio Grupo Socialista, por escrito y en el Congreso, asegurara hace justo un año que estaba en entredicho el suministro de energía si el sistema no se adaptaba a la generación de un 80% de renovables en 2030 y del 100 por 100 en el 2050. El presidente obviaba esos informes mientras sus ministros, Óscar López, y sus terminales mediáticas en las radios y la tele amiga, culpaban al PP y al "lobby de las eléctricas". "Salvo cuando tiene utilidad, yo no creo que haya que decirle a la gente la verdad...".

Pero el relato vuelve a retorcerse un semana después, con el mismo escenario de miles de personas varadas en trenes y estaciones y abandonadas a su suerte. Ahora, según el ministro Óscar Puente, el relato del 'sabotaje' vuleve a encajar. Dice el ministro que los robos se han producido en cuatro puntos sin cámaras, se han llevado cable de escaso valor y que la intención era la de causar el mayor estrago posible. Da igual que también haya habido un "enganchón" de uno de los trenes para contribuir al caos. Voluntariamente, el ministro obvia que solo entre enero de 2023 y marzo de 2024, según datos de la propia Adif, hubo 290 incidentes y robos, y que nada menos que 163 fueron sustracciones de cable que, en el 41% de los casos, produjeron incidencias en la circulación de trenes.

Hace solo unos años, el AVE era tan puntual que Renfe devolvía el importe con un retraso de solo media hora. Pero entonces, estaban Ábalos, Koldo y Jésica allí... Siempre se van los mejores

Además, si en el caso del apagón, el 'sabotaje' sería achacable a una mano negra movida por el lobby de las eléctricas que, apoyado por la malvada oposición, quiere impedir el cierre de las nucleares, en el caso del robo del cable, ¿qué lobby es el beneficiado? ¿Un supuesto grupo de apoyo al transporte en autobuses? ¿Bandas rivales del este apoyadas por el PP para intentar dominar el mercado subterráneo del tráfico ilegal del cobre? "El engaño forma parte parte de muchas formas positivas de la vida social cotidiana...", dice en su tesis el jefe de Gabinete de Sánchez.

Pero la batalla por el relato es, hoy por hoy, la que se ha impuesto en Moncloa. Y el engaño es un arte y un recurso. Todo, con tal de no asumir responsabilidades ni en el caso del apagón ni en el de un servicio de Alta Velocidad que, hace solo unos años, cumplía con puntualidad y hasta devolvía el importe total del billete en cuanto hubiera un retraso de solo media hora. Pero claro, entonces, en el Ministerio estaban Ábalos, Koldo y Joseba, y Jésica y miss Asturias trabajaban en Tragsatec y Logirail para Adif. Siempre se van los mejores...

"Nos engañamos unos a otros a diario. Y, curiosamente, las encuestas indican que, en la mayoría de los casos, no lo hacemos por interés propio, sino para beneficiar a otros miembros de nuestro grupo (es decir, para evitar el sufrimiento innecesario de un amigo, para consolar a un enfermo, para educar a un niño). El engaño forma parte de muchas formas positivas de la vida social cotidiana (como el tacto, la cortesía y las excusas) que se llevan a cabo para evitar posibles conflictos y proteger la armonía social". Esto es lo que asegura Diego Rubio, jefe de Gabinete de Pedro Sánchez desde octubre de 2024, sobre el uso de la mentira en política.

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